La confrontación entre las divinidades, las creencias, lo que aparenta ser el bien o el mal y el papel central de la mujer en estas contradicciones vuelve con la película El manantial de la doncella (1960), otra obra maestra de Ingmar Bergman.
La película, ganadora del premio Óscar a Mejor película de habla no inglesa, de un Globo de Oro a mejor película extranjera, con mención especial en el Festival de Cannes, entre otros reconocimientos, es también una celebrada cinta del mítico cineasta sueco.
De acuerdo con la página especializada Cinema Esencial, "la confrontación entre paganismo y cristianismo será una constante en la adaptación de esta leyenda nórdica del siglo XIV, en la que Bergman encuentra una excusa ideal para tratar algunos de sus temas favoritos: la religión, la muerte, el amor, la culpa y la venganza".
En la película, la doncella Karin, hija de un próspero cristiano es designada para llevar velas a la Virgen en la iglesia en un viernes santo. Karin va acompañada por Ingeri, su criada, quien secretamente la odia y adora a la deidad nórdica Odín. En su camino por el bosque, Ingeri y Karin se separan.
Karin e Inger se encuentran, cada una por su lado, con lo que parece una encarnación de sus deidades: mientras Ingeri se encuentra con un hombre misterioso con parche en un ojo, sin nombre y con propuestas indecorosas que le ofrece poder a cambio de sexo, Karin se encuentra con tres pastores que la invitan tomar una comida con ellos.
Karin es violada y asesinada. Inger lo presencia todo pero calla. Los hombres, sin saberlo, buscan refugio en el hogar de la víctima. Los padres descubren el crimen y toman venganza.
Al final, sin embargo, cada quien mantiene su fe a pesar de la tragedia. Una acción que parece milagrosa logra, como si se tratara de un engaño de otro dios, que tanto los padres de Karin como Inger renueven sus creencias a pesar de la tragedia.
"En esta confrontación, sin embargo, ninguna de las dos manifestaciones religiosas es mostrada como una doctrina liberadora, sino más bien al contrario, como fuerzas coercitivas o generadoras de violencia", explica David Vericat para Cinema Esencial.
No te pierdas esta película de Ingmar Bergman, una adaptación de la leyenda medieval (Törens dotter i Vänge, en lenguaje sueco) que dice que “donde muere una doncella aparecerá un manantial”.
