La sociedad del semáforo (2010) es el primer largometraje del cineasta boyacense Rubén Mendoza. La película cuenta la historia de un grupo de trabajadores informales de la calle que busca ganar algo más de dinero en su labor diaria.
Rodada en las entrañas de Bogotá, La sociedad del semáforo fue exhibida en importantes vitrinas internacionales como el Festival de Cannes, el Festival Internacional de cine de Mannheim, el Festival de cine de Guadalajara y en el Festival Internacional de Cine de Cartagena Ficci.
Protagonizada por Alexis Zúñiga, Antonio Reyes, Gala Bernal, Romelia Cajiao y Héctor Ramírez, un elenco compuesto por actores naturales, La sociedad del semáforo fue musicalizada con el reconocido cantante y compositor santandereano Edson Velandia.
Lee también → Actores naturales en el cine
Una sociedad fuera de la sociedad
La sociedad del semáforo cuenta la historia de Raúl Tréllez, el "Cucho" y los trabajadores callejeros de los miles de semáforos que ordenan el tráfico vehicular en Bogotá.
En medio del caos de la ciudad capital, furiosa, donde casi nada mira a nadie y parece no reconocer los más desfavorecidos frente a sus ojos, Tréllez nota que quienes trabajan en el semáforo tienen que competir demasiado entre ellos por los clientes que se detienen con la luz roja.
Malabaristas, mendigos, y todo tipo de comercio aprovechan para ganarse la vida allí, cuando el semáforo enciende la luz roja y les abre la ventana a la supervivencia por cada carro detenido en el cruce vehicular.
Es así que Raúl Tréllez, un reciclador enajenado por la terquedad y la libertad absoluta, tiene una idea que va a intentar cambiar radicalmente la vida de quienes hacen parte de la sociedad del semáforo: entre más tiempo esté la luz roja encendida, mayores son las posibilidades de hacer dinero en la parada.
Para lograrlo, Tréllez necesitará del apoyo del "Cucho" y los demás integrantes de la sociedad del semáforo para conseguir lo necesario para alterar la programación de las farolas.
Una vez presentada la idea a quienes trabajan en aquel lugar, todos se ilusionan con la posibilidad de poder montar actos más largos entre malabaristas, lisiados y vendedores ambulantes y otros habitantes de aquel cruce de calles.
Aunque el "Cucho" ve con escepticismo el plan, Tréllez se empeña en lograr con sus pocos conocimientos de electrónica e improvisados dispositivos, que la duración de la luz roja del semáforo pueda ser controlada por él, por la cantidad de tiempo que él quiera.
Pero el plan no es fácil de ejecutar, y Raúl, en medio del delirio y la fantasía, va convirtiendo esta ambición en una sinfonía al desespero, la desesperanza y anarquía cuando la vida insista en recordarle que algunas veces el dolor y las dificultades son más poderosas que la voluntad y el deseo.
Mira gratis La sociedad del semáforo en → RTVCPlay