Pedro Causil, patinador colombiano / Fedepatín
Pedro Causil, patinador colombiano / Fedepatín
31 / 03 / 2017

Pedro Causil: el isleño que aprendió a patinar en un parqueadero


Por Señal Colombia
Señal Colombia
31 / 03 / 2017
Pedro Causil, patinador colombiano / Fedepatín
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Poco antes de ingresar a su primera escuela de patinaje, a Pedro Causil le regalaron unos patines negros con amarillo. Era navidad. También era tiempo de que el niño se interesara en algún deporte, porque ya había abandonado las clases de fútbol, béisbol, karate y natación. Tal vez el patinaje podría gustarle, pensaron sus padres Olga Lucía y Pedro.

Lo inscribieron en el único escenario posible: el parqueadero del aeropuerto Gustavo Rojas Pinilla de San Andrés, donde permitían la práctica del patinaje de 6 a 8 de la noche, únicamente. “La madrina de mi hermana nos llevó a un entrenamiento de su hija y, desde ese momento, soy patinador”, asegura. Entonces la cotidianidad se le convirtió en ir al colegio, visitar las playas en la tarde y entrenar con el instructor Álvaro Torres en la noche.

Pedro nació el 14 de abril de 1991 en Cartagena, pero a los cinco meses se radicó en San Andrés junto con sus padres y sus dos hermanas. Su papá trabajaba en la escuela de suboficiales de la naval y debían seguirlo adonde fuera. Pero el patinaje de Pedro y de su hermana Jeimy promovió un nuevo cambio de ciudad. “Los entrenadores le decían a mi mamá que yo tenía potencial, pero que en San Andrés no había escenarios. En el parqueadero era complicado aprender de técnica. Entonces la opción fue volver a Cartagena”, recuerda el velocista de 23 años.

A los 10 años, se radicó en un apartamento junto con su hermana y comenzó a entrenar bajo el mando de Orlando Cortines, quien lo orientó por dos años antes de que empezara un nuevo proceso con Abel Paula. Su hermana se convirtió en su acudiente e incluso después de que se retirara, en una de sus motivaciones. “Nunca deje de luchar, porque el esfuerzo siempre deja ganancias”, le dijo ella por teléfono, antes de viajar a Estados Unidos para comenzar de nuevo.

Desde entonces comenzó a vivir solo. El 4 de enero del 2006 se radicó en Medellín porque le dijeron que allí podría explotarse más. Sus rutinas no han cambiado: si no está en competencia entrena de 6 a 8 de la mañana y de 6 a 8 de la noche. “Sólo estoy dedicado a mi patinaje”, dice el deportista colombiano, quien ahora está participando en competencias de patinaje sobre hielo.

En su brazo derecho se lee el nombre de su madre Olga Lucía en letras de láser y lengua árabe. En la espalda, tiene su apellido paterno. En el tobillo derecho una P y en el izquierdo una C en caracteres japoneses. Y en la muñeca derecha cuelga una pulsera con un mensaje tallado sobre el metal: “Campeón mundial”. En su carrera ha demostrado por qué se lo estampó.

A la fecha, este patinador es uno de los referentes colombianos en cuanto a competencias nacionales como internacionales. En cuanto a Juegos Suramericanos, acumula cuatro medallas de oro y dos de plata. 

Los Juegos Centroamericanos y del Caribe también lo han visto coronarse en tres oportunidades, además de un bronce que también tiene registrado. 

Otro de los escenarios que lo ha visto triunfar son los Juegos Panamericanos, en los cuales ha conseguido un póker dorado y una plata.