En 2015, Miguel Ángel Rodríguez se convirtió en el primer latinoamericano en llegar a una semifinal de un Grand Slam de squash, ahora marcha en el puesto 11 del ránking mundial. Señal Deportes habló con Miguel Ángel no solo de las victorias sino de jugadas, música e incluso hasta de su gusto por Atlético Nacional.
¿Una palabra que defina para usted el squash?
Pasión.
¿La medalla de Veracruz, la semifinal en New York o el título en el Motor City Open?
Me quedo con el título del Motor City Open.
¿Tiene algún ritual antes de entrar a la cancha?
Entrar siempre con el pie derecho a jugar.
Su música favorita.
El reggaetón y la salsa.
¿El mejor maestro que ha tenido?
Mi papá, Ángel Rodríguez. Gracias a él estoy donde estoy. También, David Palmer ex número uno del mundo, hace cuatro años estoy entrenando con él en Orlando.
¿Cómo es un día de Miguel Ángel Rodríguez?
Hago entrenamiento en la mañana, físico hora y media y luego dos horas de rutinas en cancha. En la tarde entreno tres horas con juegos condicionados con mis amigos y partidos. Terminó en el gimnasio 45 minutos y tomo cinco comidas al día.
Un sueño
Manejar un Lamborguini.
¿Por qué es hincha de Atlético Nacional?
Porque cuando era pequeño la primera vez que fui al estadio vi jugar a Atlético Nacional contra América de Cali. Desde entonces lo sigo.
¿Cuál ha sido la jugada más fantástica que ha hecho?
¿Cómo lo explico? (risas). Pegarle por detrás de mi cuerpo a la bola girando 360 grados. La hice en la semifinal de New York en el 2015.