Oso de anteojos
13 / 09 / 2021

5 razones para amar y proteger al oso de anteojos


Por David Jáuregui Sarmiento
David Jáuregui Sarmiento
13 / 09 / 2021
Documental

La vida secreta del oso de anteojos

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El oso de anteojos es la especie de oso más rara en peligro de extinción en el mundo. Habita por toda Sudamérica, pero la vasta extensión de su hábitat no le alcanza para mantenerse a salvo del ser humano.

De acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se trata de una especie vulnerable que, de no tomar acciones pronto, podría desaparecer.

Por eso figura en el Apéndice I de la Convención de Washington sobre el comercio de especies en peligro de extinción.

Su carne y pieles son, por ejemplo, particularmente populares en el norte del Perú, al igual que su bilis y grasa utilizadas en la medicina tradicional, mientras que en Colombia algunas personas los han asesinado a sangre fría a pesar de la escasez de ejemplares en la región.

La situación es tan delicada que para honrar su conservación se designó al 21 de febrero como el Día Internacional del Oso de anteojos u Oso Andino, pues las autoridades ven con preocupación cómo disminuye su población. Para generar conciencia sobre su existencia, además, los ojos de anteojos son el animal que aparece en la moneda de 50 pesos.

Se trata de una hermosa especie milenaria, sumamente esquiva y pacífica, misteriosa para muchos, que por cuenta de los seres humanos está a punto de extinguirse, algo que ni siquiera pudo hacer la última era glacial, a la que sobrevivió y desde la cual habita en el territorio sudamericano.

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Cinco razones para proteger esta especie

1. Por su agilidad

A pesar de que alcanzan 175 kilogramos de peso y 2 metros de altura, los osos de anteojos son muy particulares porque son ágiles como los primates a la hora de trepar árboles. A la manera de los orangutanes, los osos de anteojos suben los árboles, donde las hembras construyen sus nidos en las ramas para dar a luz.

2. Por ser nómada

Los osos de anteojos necesitan más de 16.000 hectáreas para encontrar su alimento. Los machos pueden viajar más de 50 kilómetros por día, lo que los convierte en jardineros y protectores de los bosques: su rol ecológico es esencial porque ayudan a regenerar los bosques, pues dispersan las semillas que se encuentran en los alimentos que consumen, abren caminos de sol hacia el piso y posibilita los mecanismos de renovación del bosque.

3. Por su capacidad de sobrevivir

El oso de anteojos sobrevivió a la última era glacial. Es una especie de museo andante de la naturaleza del pasado. Cubre una gran área desde Colombia hasta Argentina, poblando la cordillera de los Andes y sus laderas tropicales. Los osos de anteojos son los únicos osos que habitan los andes suramericanos de Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia desde los 200 hasta los 4750 metros de altitud, cubriendo un área aproximada de 260.000 km².

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4. Por su singularidad

Es la única especie de oso nativa de América del sur. De las 13 especies de cara corta que aparecieron en el mundo hace 2.5 millones de años, el oso de anteojos es la única que sobrevive. Por si fuera poco, se trata de una de las ocho especies de osos que aún quedan en el planeta, junto a los osos polares, el oso pardo, el oso negro, el panda, el malayo y el oso negro asiático.

5. Por su tamaño

El oso de anteojos es uno de los mamíferos más grandes de América del Sur, una región donde cohabitaron los seres humanos con megamamíferos que sobrevivieron a la última glaciación, pero que se fueron extinguiendo por varios factores, incluyendo la colonización del continente por el ser humano.

El listado en Colombia de grandes mamíferos que aún existen es pequeño. En los cerros de los Andes hay dos grandes mamíferos carnívoros, el puma y el oso andino, por lo que son el último vestigio, al menos en nuestro territorio, de la herencia natural de millones de años en el pasado.