Isleños alistando sus botes para el catboat
Imagen del documental Sailors.
26 / 11 / 2018

5 tradiciones de San Andrés y Providencia que nacieron de la pesca


Por David Jáuregui Sarmiento
David Jáuregui Sarmiento
26 / 11 / 2018
Isleños alistando sus botes para el catboat
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A las pantallas de Señal Colombia llega Sailors, una producción del Ministerio de Cultura que tiene como escenario la isla de Providencia, donde se celebra el catboat, una competencia tradicional que reúne a todos los habitantes del archipiélago de San Andrés.

En esta competencia los habitantes de las islas disputan carreras en botes artesanales a vela llamados como el certamen: cat boat.

Lo que significa para los isleños esta competencia es más que un carrera; también significa llevarse la presea del mejor navegante de la isla, un título importante un lugar en el que la pesca artesanal es uno de los principales medios de subsistencia de los locales.

 

Cat boats

Esta tradición ha pasado de generación en generación gracias al vínculo que existe entre ellos y el mar: desde el proceso de la construcción de los botes hechos por los locales, hasta los conocimientos necesarios para navegar y competir en estas embarcaciones se han pasado a través de generaciones.

Esta tradición, sin embargo, sobrevive por el interés de los habitantes del archipiélago colombiano pese a que ya no se navega a vela artesanal. Al respecto, la académica Ana Isabel Márquez en su investigación Catboats, lanchs and canoes: apuntes para una historia de las relaciones de las islas de Providencia y Santa Catalina con el caribe centroamericano e insular ha destacado que este tipo de embarcaciones de madera ya han sido reemplazadas por las de fibra de vidrio más modernas.

Fotograma del documental Sailors.

 

“La declaración del Puerto Libre en San Andrés en 1953 alteró dramáticamente la dinámica de las islas generando, entre otros fenómenos, la incorporación definitiva de los isleños a una economía de mercado. Esto, a su vez, inició un proceso de especialización de los pescadores artesanales, lo cual implicó un cambio en las formas más tradicionales de pescar en las islas (...) A medida que los motores fuera de borda se popularizaron y se volvieron más accesibles, las lanchas de madera reemplazaron a los catboats que, aunque no desaparecieron por completo, dejaron de ser la principal opción para la mayoría de los pescadores”, aseguró Márquez en su investigación.

Pero, ¿por qué los habitantes de las islas no han dejado atrás la construcción y la navegación de cat boats?

La respuesta es el arraigo a sus tradiciones como una forma de avivar todos lo años la cultura local, especialmente la cultura de los raizales, la comunidad étnica nativa del territorio insular de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.

Fotograma de la serie Sailors.

 

“Los raizales han luchado a favor y en contra de la corriente, asumiendo retos impuestos por la globalización, los mercados abiertos y la internacionalización. Con ello, se han puesto en la difícil posición de asumir las nuevas demandas del siglo pasado y presente, sin dejar a un lado sus tradiciones ancestrales y sus orígenes africanos, ingleses y eurpeos”, destacan Valentina Rudd y los demás investigadores que hicieron la página Raizales de San Andrés con contenido informativo de la cultura local.

Por eso, tenemos para ti una lista con otras actividades tradicionales de la isla directamente relacionadas con la actividad artesanal de la pesca, que te ayudarán a conocer mejor la cultura de esta parte del territorio nacional.

 

El llamado del caracol

Según rescató Rudd y sus compañeros, “El caracol” es una tradición oral que tenía como propósito alertar o traer buenas nuevas a la población, pues significaba la llegada de los pescadores y su pesca.

El llamado se hacía con la concha de un caracol gigante para hacer resonancia a la voz de la persona que hacía el anuncio.

Foto del movimiento Aen de San Andrés.

Fotografía tomada del movimiento Amen de San Andrés Islas y Providencia.

 

Rundown o Rondón

El rondón es un plato de la cocina tradicional isleña en el que se juntan los productos del mar y de la tierra, pero no es emblemático únicamente por la sazón de la preparación, sino también por su capacidad de reunir a su alrededor a familiares y amigos. Esto convierte a este plato en un acontecimiento comunitario, un espacio de encuentro social donde, hasta hoy, los isleños refuerzan sus vínculos de solidaridad, de acuerdo con el texto Entre la Tierra y el Mar, las cocinas tradicionales de San Andrés, Providencia y Santa Catalina publicado por el Ministerio de Cultura y escrito por Karen Livingston Hooker, Sharry Bryan Britton y Aydeé O’Neill Fernánde.,

“Según cuenta la memoria colectiva, las mujeres en las casas ponían a cocinar la olla con la leche de coco, los tubérculos y otros vegetales, a la espera de la llegada de los pescadores con el producto fresco del mar, que era puesto de último junto con el dumpling, un amasijo elaborado con harina de trigo que se añade al rundown para que se cocine en el guiso”, afirman Livingston, Bryan y O’neil en su investigación.

 

Fair & dance, iepan party & serenade

De acuerdo con la misma investigación, otro espacio de encuentro social en el que la comida que recogían los pescadores tenía un papel de gran importancia son los fair & dance, un tipo de fiesta en el que se conjugaba música, danza y comida, que jugaba el papel de mecanismo de redistribución y reciprocidad de lo conseguido en las pescas tradicionales, y con el cual se fortalecía el sentimiento de comunidad.

Estos encuentros eran planeados por una familia o grupo de amigos, y en ellos los organizadores preparaban comida y contrataban a los músicos, al tiempo que convocaban a la comunidad para asistir.

Livingston Hooker, Bryan Britton y O’Neill Fernández, investigadores del Ministerio de Cultura colombiano

Según dicha investigación, sin embargo, en las últimas décadas este tipo de espacios se ha debilitado y ha ido desapareciendo gradualmente, a medida que la música y la danza tradicionales han perdido importancia en los espacios domésticos cotidianos, donde han sido sustituidos por nuevos ritmos y expresiones musicales.

“Aunque la comida tradicional con frecuencia sigue siendo vendida en eventos culturales donde confluyen también la música y la danza, la asociación de música, danza y comida ha desaparecido, y hoy es poco frecuente que la gente baile por comida”, explicaron los investigadores.

Imagen del libro Entre la tierra y el mar, del Ministerio de Cultura Colombiano.

Imagen del libro Entre la tierra y el mar, del Ministerio de Cultura Colombiano.

 

Food sale (venta de comidas)

La investigación de Mincultura también destacó que además de la pesca, en algunos momentos las familias lugareñas también recurrían a la comercialización de productos y comidas preparados en momentos de necesidad.

Esta tradición, fuertemente arraigada entre las mujeres isleñas y también entre algunos hombres, constituye una actividad económica de gran importancia para algunos miembros de la comunidad, gracias a la cual garantizan ingresos adicionales para la familia, especialmente cuando surgen necesidades inesperadas, como por ejemplo para pagar gastos médicos, ayudar a una persona que pasa por una calamidad o enviar a un joven a estudiar.

“También existe una relación entre estas ventas y las Iglesias, principalmente la bautista, aunque también la católica, que han promovido tradicionalmente este tipo de eventos para recaudar fondos con fines religiosos y sociales, como la construcción o reparación de un templo, o para ayudar al prójimo que lo necesita”, dice la investigación.

imagen del libro Entre la tierra y el mar, del Ministerio de Cultura colombiano.

Fotografía del libro Entre la tierra y el mar, del Ministerio de Cultura colombiano.