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9/26/2019

8 maravillas turísticas que no se pueden visitar por los conflictos armados


Por David Jáuregui Sarmiento

La historia de la humanidad es tan compleja que aún cuando hemos visto transcurrir dos guerras mundiales y una guerra fría, aún en diferentes países persisten las guerras que impiden al mundo disfrutar de sus grandes joyas naturales o antropológicas.

El documental Socotra, una vez y hoy, precisamente, narra las historias de la isla de Socotra, cómo ha transcurrido el tiempo a su propio paso y cómo, por el conflicto en Yemen, la isla solamente puede ser disfrutada por un grupo muy reducido de personas a pesar de su belleza y la exoticidad de su ecosistema, único en el mundo.

Como Socotra hay muchos lugares más alojados en alguno de los más de veinte países que en la actualidad atraviesan un conflicto armado o una guerra intern y que, por el peligro que representan tanto para los locales como los turistas internacionales, no hacen parte del mapa de maravillas por descubrir en un viaje.

Un ejemplo convencional es la posibilidad que se abrió de visitar Caño Cristales, ubicado en la Sierra de la Macarena en el Meta, Colombia, y que hasta hace muy poco empezó a ser visitado con regularidad por los riesgos que debían tomarse para disfrutar del paisaje de cinco colores que ofrece el lugar. Se dice, incluso, que en las cercanías del río hay pinturas rupestres, hechas por antepasados, que aún están inexploradas.

De la misma forma, joyas de la historia de la especie humana y monumentos naturales se alzan en lugares como Afganistán, Irán, Irak, Libia y otros países sin que puedan ser visitados por los turistas, y algunos incluso corren el riesgo de ser destruidos dada la intensidad del conflicto en esos países que, bien sea por el calor de los combates, o por cuestiones políticas o religiosas, terminan siendo destruidos total o parcialmente.

Sin embargo, el ánimo del descubrimiento de lugares nuevos y de otras formas de vida representadas en construcciones o en ruinas debe ser una intención constante de quienes aprecian la cultura y las cosas nuevas que ofrece el mundo, sin necesidad de que interfieran nuestras propias creencias, pues conocer no implica hacer parte. Por eso, tenemos ocho lugares más, ubicados en cinco países, que han sido vedados por la violencia humana y que esperamos, por el bien de quienes viven allí y de la especie en general, podamos visitar algún día.

 

1. Minarete de Jam (Afganistán)

Desde 1978 Afganistán vive un conflicto interno entre las fuerzas armadas del país y los muyahidines (querrillas anticomunistas islámicas) en el que además de los afganos también participaron los Estados Unidos y la Unión Soviética, en otro de los tantos conflictos armados que dejó su disputa por el poder ideológico del mundo (guerra fría, comunismo-capitalismo). Sin embargo, en 2001 Estados Unidos volvió a poner pie en el país y hasta hace apenas cuatro años, en 2014, abandonó el territorio afgano en una guerra que se prolongó por más de una década.

Pero, aunque la guerra aparentemente acabó, las consecuencias siguen poniendo precio en el país y, por ejemplo, no se puede visitar con seguridad el Minarete de Jam (Torre de Mesquita).

Esta torre milenaria ubicada en Afganistán fue declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, tiene una base de 9 metros, 65 de alto y se sitúa entre los ríos Hari-Rud y Jam. Es, a todas luces, una de las grandes construcciones representantes del arte y la arquitectura de la civilización Gurida que dominó dicha región en los siglos XII y XIII.

 

2. Lagos del Parque Nacional de Band-e-Amir (Afganistán)

De la misma forma, los lagos del Parque Nacional de Band-e-Amir en Afganistán hacen parte de este listado. Estos lagos tienen fama de ser uno de los atractivos de ese país, pues el agua es cristalina y helada, y además le rodean montañas color ocre.

Para llegar hasta allá, de acuerdo con Juan Pablo Villarino, uno de los pocos suramericanos en visitar tales parajes y que escribió el libro Vagabundeando en el Eje del Mal – Un viaje a dedo en Irak, Irán y Afganistán, visitar este lugar no es tan inseguro pero, como en Colombia, las minas antipersona, los secuestros y el encuentro con hombres armados violentos hacen parte de los riesgos que cada quien debe cotejar.

 

 

3. Leptis Magna (Libia)

Desde 2014 Libia, como lo fue Colombia hasta hace muy poco, es un sitio casi impenetrable por los turistas debido al conflicto armado en su interior.

La lucha interna que dejó la caída del dictador Muamar Gadafi (quien solamente estuvo gobernando Libia por 42 años) dejó en disputa al país en manos de varios grupos armados que quieren hacerse del control político del país.

Allá, justamente, se encuentra la antigua ciudad romana Leptis Magna o Lepcis Magna, ubicada cerca de Trípoli, la capital de Libia y una de las ciudades que más ha sufrido desde que se desató el conflicto interno en Libia.

Leptis Magna se considera una de las ciudades más bellas que gobernó el Imperio Roman, y ha sido habitada por bereberes autóctonos del territorio, bizantinos, árabes, españoles, turcos e italianos.

 

Fue, hasta ese momento, uno de los lugares históricos más bellos para visitar previa a la escalada de la violencia y, por ahora, para visitarla las posibilidades de hacerlo son mucho mejores en internet que en físico.

 

4. Deraa (Siria)

Siria vive una guerra civil desde 2011, cuando en marzo de ese año, un grupo de adolescentes que habían pintado consignas revolucionarias en un muro escolar en la ciudad sureña de Deraa fueron arrestados y torturados por las fuerzas de seguridad. Ese acontecimiento levantó protestas prodemocráticas, inspiradas por la Primavera Árabe, que clamaban más democracia y derechos para sus poblaciones.

Entre marzo de 2011 y el mismo mes de 2018 han muerto entre 353.593 y 498.593 personas, pero además de las pérdidas humanas, también se han ido algunas joyas de la humanidad situadas en la ciudad de Alepo y Damasco, dos ciudades con tradiciones históricas que datan desde de milenios antes de Cristo.

Es decir, el conflicto sirio además de cobrar vidas ha cobrado lo que queda de dos de los lugares con más historia del planeta, sitios que pertenecieron y sobrevivieron a diferentes imperios, desde el Romano, Otomano, Mameluco, Selyúcida, entre otros.

 

 

5. Crac de los Caballeros (Siria)

En Siria también se encuentra el Crac de los Caballeros, un castillo que fue la sede central de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén en territorio sirio durante la época de las cruzadas y uno de los dos exponentes del prototipo de la arquitectura militar del siglo XII y XIII junto con  la Alcazaba de Málaga.

El conflicto sirio actual también lo tiene en riesgo de destrucción.

 

6. Saná (Yemen)

La arquitectura de Yemen -como el archipiélago Socotra- es bastante singular, y es posible encontrar pueblos y ciudades que no han cambiado casi incluso en los últimos mil años, al igual que su gente. Sin embargo la capital de ese país, Saná, es uno de los centros culturales islámicos con mayor tradición en la región, es considerada la capital árabe de la cultura y en su totalidad fue nombrada patrimonio de la humanidad por la Unesco. Este hecho es irónico, pues aunque sea “patrimonio de la humanidad”, solamente una escasa -casi minúscula- porción de la especie humana tiene acceso a ella en la actualidad.

 

Su importancia es tal que en 1972 fueron encontrados en la Gran Mezquita de Saná unos textos que han sido llamados los Manuscritos de Saná y que contienen algunos de los primeros versos del Corán. Estos versos, al parecer, difieren ligeramente de la versión que hoy en día se tiene de dicho libro sagrado para la religión musulmana, pues en él están las revelaciones que hizo Dios a Mahoma.

 

7. Socotra (Yemen)

Aunque ya lo mencionamos, no podemos ignorar a la isla de Socotra, de la que justamente se habla en el documental Socotra, una vez y hoy, pues se trata de una isla que es considerada la Isla Galápagos de oriente medio, pues tiene a su haber fauna, flora y formaciones naturales que son únicas en el mundo y que, junto con lugares que se pueden contar con los dedos de las manos, incluyendo a Australia, son parajes que disfrutarían desde biólogos hasta turistas de todas las definiciones.

Del archipiélago de Socotra, que además de la isla de Socotra cuenta con dos islas pequeñas adicionales que lo componen (Abd Al Kuri, Samha y Darsa); se dice que al menos 300 de sus 800 especies de plantas son endémicas, lo que quiere decir que no se encuentran de forma natural en otra parte del mundo. Los botánicos consideran la flora de Socotra entre las diez floras isleñas más amenazadas en el mundo.

"El sitio es excepcional por la gran riqueza y diversidad de su flora y fauna, así como por el elevado índice de endemismo de éstas. En efecto, el 37% de sus 825 especies de plantas, el 90% de los reptiles y el 95% de los caracoles terrestres no se dan en ninguna otra parte del mundo.

El archipiélago alberga, además, importantes poblaciones de aves terrestres y marinas de importancia mundial. De las 192 variedades de pájaros existentes, 44 se reproducen en las islas y 85 son especies migratorias regulares. Algunas de ellas se hallan en peligro de extinción.

La biodiversidad marina del sitio es también considerable, ya que cuenta con 253 especies de corales constructores de arrecifes, 730 especies de peces costeros y 300 variedades de langostas, cangrejos y camarones", destacó la Unesco en la descripción de la isla y la sustentación de su declaración como Patrimonio Natural de la Humanidad.

 

8. Ruinas de Baalbek (Líbano)

La guerra de Siria se ha extendido y ha llegado a incluir en el conflicto al Líbano, incluso al punto de que la capital, Beirut, ha quedado parcialmente destruida por las acciones bélicas. Sin embargo, a pesar del fragor de la violencia en dicha región, de acuerdo con la página Against The Compas (Contra el compás), se puede viajar a ese país y descubrir sus particularidades.

Una de ellas son las ruinas de Baalbek, la principal atracción turística del Líbano: contiene unas impresionantes ruinas romanas, consideradas como las más importantes en Oriente Medio y unas de las más insólitas y menos visitadas del mundo. De acuerdo con la misma página de turismo aventurero, allí reposan el templo de Júpiter y el templo de Bachus, dos construcciones que dominan la impresionante obra arquitectónica.

 

Sin embargo, para mala suerte de las ruinas, Baalbek se encuentra en el valle de Beqaa, una región del Líbano que bordea la frontera con Siria; es decir, está extremadamente cerca de la frontera, y según Contra el compás, desde las ruinas se pueden oír sonidos de bombas y ametralladoras. Este aspecto puede asustar pero, aunque se escucha el furor de la guerra en el país vecino, se trata de un efecto eco producto de la ubicación de las ruinas en un la geografía característica de un valle.

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