Frida
10 / 03 / 2022

"Frida", retrato de una mujer atípica


Por Sherly Montaguth
Sherly Montaguth
10 / 03 / 2022
Cine

Frida

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Las películas biográficas son todo un reto en en el cine y fácilmente pueden ser la comidilla de la crítica y los fanáticos. Nunca nadie queda realmente satisfecho desde la idealización que tenga del personaje.

Frida es un perfecto retrato de la mujer que fue la mexicana Frida Kahlo, una de las artistas más influyentes de América Latina, no solo por la exquisitez cruda y colorida de sus obras, sino por su imponente y anárquica personalidad, tan arrolladora como sus obras. Así que, si estás buscando conocer la obra de Frida, ésta no es la película. En esta biografía se destapa a la mujer, con el lado más luminoso y el más oscuro de su historia.

Un personaje como Frida Kahlo cuenta con infinidad de documentales y cintas, cada uno diferente en su acercamiento, algunos con más material de archivo que otros, pero hasta la fecha Frida, la película parida por la actriz mexicana Salma Hayek, se destaca como la versión más pasional.

La cinta está basada en los libros de Hayden Herrera, una respetada historiadora del arte que además es curadora de exhibiciones y que también ha ejercitado su pluma escribiendo sobre otros artistas, como Matisse. Hayden no escribe culebrones. Sus biografías cuentan con investigación y buenas críticas. A pesar de esto, no es una película sobre arte.

Al pensar en Frida desde las fotografías y autorretratos es fácil sentirla como una mujer tosca, dura, sin gracia, pero esta película muestra todo lo contrario. En dos horas de película, el espectador conoce detalles de la vida de Frida como su familia, el accidente que la dejó con la columna rota, el amor tormentoso con el muralista Diego Rivera y su constante búsqueda de lo que consideraba buen arte.

A través de todas esas situaciones, la cinta muestra a la jovencita altanera, la mujer enamorada, la solitaria, la promiscua, la dolorida, pero ante todo, la valiente y llena de coraje. Frida, una interpretación de Salma Hayek que muestra una mujer agraciada, bruscamente femenina y genuinamente atípica.

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Este acercamiento difiere totalmente con lo mucho que se ha malinterpretado la personalidad de Frida a través de los años, permitiendo que su figura fuerte y decidida diera pie a subestimar ese lado tan impresionantemente romántico y apasionado de una mujer devota a su amor y a su verdad.

Toda la historia en el filme viene acompañada de una banda sonora ganadora del Premio Óscar liderada por el compositor estadounidense Elliot Goldenthal, que cuenta con voces tan frescas como la de Lila Downs y la propia Salma Hayek, la voz del poeta brasileño Caetano Veloso y todo el sentimiento que lleva cada palabra cantada por la gran Chavela Vargas, quien incluso hizo un cameo en la cinta para beber tequila con una Frida despechada.

La escena es definitivamente una de las más importantes y hermosas de la película, más aún teniendo en cuenta que Chavela y Frida fueron grandes amigas y, según algunas cartas cruzadas entre las dos, se dice que también fueron amantes:

Esta, ciertamente, es una cinta inspiradora que lleva a la pantalla esa pasión que encendió por dentro a Frida Kahlo y que la hizo creadora de un mundo artístico que realmente expresa la naturaleza y fragilidad humana en cada pintura. Aquello que todos callamos pero que ella logró plasmar en lienzos.

Frida

Salma Hayek, la diva detrás del film

Toda película de Hollywood tiene sus divas en la nómina, esta cinta no es la excepción, aunque su protagonista es también la cabeza de este proyecto. Esa diva es Salma Hayek, quien se despojó de su estatus de sexy latina para encarnar de la manera más natural a un personaje tan salvaje como este.

Pero su participación va más allá de su interpretación en el rol principal. Salma fue, además, cabeza del equipo de productores con su compañía VentanaRosa y fue el cerebro visionario detrás de la película. Sus ganas de llevar a Frida a la pantalla grande la consumieron al punto de convertir este proceso de 8 años en una realidad, sorteando la gran complicación de pasar por dos directores y frustrar la película en la búsqueda de alguien que realmente entendiera su visión.

Para Salma fue un proceso casi tormentoso antes de ser el éxito que es ahora para ella, siendo su gran hijo y el proyecto más importante de su carrera al desafiarla a encaminar su pasión y concentración en una sola cosa, sin contar el reto de paciencia que significó el tener la oportunidad de hacer la película dos veces y rechazar ambos directores hasta encontrar “el correcto”; según ella, fue un aprendizaje que la ayudó a ser más humilde ante la frustración de enfrentar la posibilidad de que la película nunca se realizara.

Ese director, que llegó después de muchos tropiezos, fue Julie Taymor, quien curiosamente no se especializa en cine, sino en dirección de obras y óperas de Broadway. Según la propia Salma, el lenguaje de Frida no era el español o el inglés de la película sino el lenguaje visual, y Julie fue quien supo explotar el poder de comunicación que tiene ese mundo visual de la artista. Así lo muestra en insertos que mezclan la realidad y la fantasía, y que bien parecieran darle un toque de musical a la película que, lejos de distraer, dan fuerza al personaje y a su emoción.

Taymor, además, es la responsable de lograr escenas impresionantes: explosiones de color totalmente fieles al arte de Frida, pero mejor aún, la manera espectacular de relacionar una escena con una de las obras en un trabajo de dirección realmente impresionante, destacando ese mundo interior que Frida arrastró hasta convertirlo en cada una de sus pinturas.

A pesar de esto, lo más difícil para Hayek como productora fue hallar el guión que le permitiera hacer una buena película biográfica. Teniendo un personaje con tantos matices y con tantas memorias, era necesario hallar la espina dorsal que los uniera, en vez de tratar de resumir toda una vida de historias en dos horas. Por este motivo, ‘Frida’ es una película sobre el amor y resistencia, no sobre el arte o el activismo político.

En el personaje más desafiante de su carrera, Salma logra encarnar a una mujer que tomó todo el dolor producto de las situaciones horribles de su vida y lo convirtió en arte, en poesía, y en una vida bien vivida.

Frida en la cultura pop

Décadas después de su muerte, Frida sigue siendo un símbolo mexicano, un ícono del feminismo y la bandera de las mujeres fuertes, lo que la eleva en el estatus de la cultura pop. Así, el internet está plagado con sus retratos originales, nuevas versiones y hasta citas de las cartas de amor que le escribía a Diego Rivera. Incluso se puede decir que es toda una herramienta del marketing cuando encontramos su cara en ilustraciones, medias, camisetas, zapatos, pines y hasta ropa interior.

Frida en la cultura pop

Frida no siempre fue la sensación que es hoy. En su época, casi siempre tuvo que vivir a la sombra del talento y éxito de su marido, pero no fue sino hasta su redescubrimiento en Londres que la “fridamanía” empezó a gestarse hasta convertirse en lo que es hoy, tanto que la revista Vogue la incluyó dentro de una de sus ediciones en 1937 y la resucitó para su primera portada en 2012 al intervenir una foto que Nickolas Muray le tomó en 1939 en Nueva York.

Ella decía que en Europa a la gente no le importaba su trabajo y que solo la veían como algo exótico. Quizás tenía razón.

Algunos argumentan que todo esto seguramente nace de una mala percepción de Frida y su verdadero impacto, ya que el común denominador es verla como una víctima, no como una guerrera, lo que ha llevado a otros artistas a reinterpretarla en cosas como esta colección de Valentino.

¿Inspiración o apropiación?

Valentino resort, 2016.

En la música también está presente como inspiración de numerosos artistas, y uno de los más populares es la banda británica Coldplay. Su álbum ‘Viva la vida’ fue bautizado gracias a la obra ‘Naturaleza muerta: viva la vida’. En honor a ella, decidieron terminar la gira del disco con un concierto en Ciudad de México.

En palabras de Chris Martin, vocalista de la banda, Frida “pasó por muchas cosas, por supuesto, y después empezó este gran cuadro en su casa que decía ‘Viva la vida’. Amé la audacia de esto”.

La banda entonces catalogó este álbum como un disco para celebrar la vida a pesar de sus penas y dificultades.

Hoy en día, seguimos viviendo la "fridamanía", y no parece desaparecer pronto. La habilidad de Frida Kahlo para traducir el espíritu indígena a sus obras y para vivirlo ella misma al vestirse como una Tehuana, sigue siendo una fuente casi inagotable de material para la cultura pop que la ha hecho todo un ícono internacional que perdura en el tiempo.