El niño con el pijama de rayas (2008) es una película dirigida por Mark Herman basada en la novela homónima del irlandés John Boyne, una popular obra literaria ambientada en los campos de concentración Nazi de la segunda guerra mundial, pero desde la perspectiva de un niño.
Protagonizada por Asa Butterfield, David Thewlis, Vera Farmiga, Rupert Friend, Cara Horgan, David Hayman y Amber Beattie, El niño con el pijama de rayas cuenta la historia de Bruno, hijo de un comandante de un campo de concentración que desarrolla una amistad prohibida con un niño judío de 8 años.
Coproducida por Reino Unido y Estados Unidos por las productoras Heyday Films, BBC Films, Miramax, este largometraje explora la relación de dos infantes que atraviesan circunstancias opuestas, y cómo crece su amistad en medio de aquella sórdida realidad.
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El horror atravesado por la inocencia
El niño con el pijama de rayas deja ver el horror de los campos de exterminio nazi de forma diferente a como se ha acostumbrado en el cine, sino que lo sugiere y lo pasa por el filtro de los ojos inocentes y limpios de unos chicos que ignorar lo que esos campos eran en realidad.
En El niño con el pijama de rayas muestra los campos de concentración hacia afuera, es decir, desde la perspectiva de las familias que acompañaban a los jefes nazis, y explora en preguntas como qué sentían las familias de los mandos en los campos de exterminio, o cómo soportaban vivir sabiendo lo que pasaba en esas instalaciones de exterminio.
Para lograrlo, la historia se centra en la experiencia de Bruno, un niño que se ve obligado a abandonar Berlín y dejar atrás a sus amigos cuando su padre, un oficial nazi, recibe un asenso y recibe el mando del campo de concentración de Auschwitz.
Como es de esperarse, Bruno no entiende qué ocurre allí ni por qué del otro lado de las rejas las personas visten de forma tan inusual. El chico desconoce el significado de la "solución final" (el exterminio judío en Europa) y del Holocausto, y tampoco es consciente de las crueldades que su país está infligiendo a los pueblos de Europa.
Sin embargo, Bruno es un chico inquieto, y la curiosidad lo impulsa a explorar los límites del campo de concentración siempre que puede. Durante una de sus aventuras, Bruno conoce a un niño judío llamado Shmuel. Aquel chico se encuentra al otro lado de la alambrada que separa las residencias nazi del campo de concentración, y siempre está vestido con un curioso traje que parece una pijama de rayas.
Bruno, en su inocencia, da por supuesto que quienes están del otro lado de la alambrada son granjeros, y piensa que Shmuel es tan sólo otro chico que se encuentra en condiciones diferentes a las de él y su familia, hasta que su amistad revela lo que en realidad allí ocurre.
Un día los padres de Bruno deciden que aquel lugar no es adecuado para el crecimiento de sus hijos, pues Elsa, la madre de Bruno, conoce la verdadera misión de su marido en el campo de concentración. Elsa descubre que en el campo están asesinando a los judíos cuando huele el humo que sale de un crematorio del mismo campo, por lo que decide partir de allí tan pronto como les sea posible.
La noticia golpea especialmente duro a Shmuel, pues el día que Bruno le comunica que abandonará aquel lugar, Shmuel se encontraba muy triste porque no encontraba a su padre.
Bruno decide ayudarle a encontrarlo, como una última aventura antes de marcharse. Para lograrlo, el último día de su estancia en Auschwitz, Bruno pasaría al otro lado de la alambrada, y disfrazado con ropas de prisionero que Shmuel consiguió, y juntos buscarían al padre de Shmuel.
Mientras buscan al padre de Shmuel entre los barracones comienza a llover. En medio de la confusión los dos niños son llevados con un grupo de prisioneros que es llevado a lo que Bruno pensaba era un refugio para la lluvia, pero que en realidad se trataba de la realidad tocando a la puerta de él y su familia.
