¿Escapar es la solución a los problemas? Esa pregunta está en el centro de la película 'Río seco', del director Pedro Hernández, una historia sobre trampas, amistad y lazos familiares.
Entre llantas, aceites y carros pinchados, trabajan Ariel y Raúl, un par de amigos que viven de poner puntillas afiladas en las carreteras para reparar neumáticos que se dañan 'por accidente'.
Ambos están aislados en un taller de mecánica que está construido a punta de tablas y tejas de metal. Alrededor, no hay más que un territorio árido, naranja, seco y tan silencioso, que apenas la radio logra romper el silencio apunta de vallenatos y rancheras.
Claro que, no son los únicos personajes, también está el tierno Capitán. Un noble perro que acompaña a este par de mecánicos en sus bromas, mentiras y el trabajo. Ellos, en medio de la soledad del terreno, ven descender de un bus intermunicipal a alguien que jamás esperaban ver, pero que a pesar de la distancia ya la tenían ahí en frente.
Se trata de Carmen, la hermana de Alirio, una mujer que soportó 14 horas de viaje para verlo a él y resolver los vacíos que le dejó tras escapar de casa hace unos nueve años.
A pesar de que ella llega a reabrir una herida que hay entre ambos, estos tres personajes junto al Capitán, aprenden a comprenderse con chistes pesados y viajes gratos por carretera.
Y es que la película es muy entretenida, no solo por su composición fotográfica, sino por las condiciones agrestes de su locación en Huila, muy cerca del desierto de la Tatacoa, donde hicieron posible esta producción que ha participado en los siguientes festivales:
- Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana,
- Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, FICCI,
- Foro de coproducción del Festival Iberoamericano de Cine de Huelva
- Iberoamerican Films Crossing Borders del Festival Internacional de Cine en Guadalajara - FICG.
¿En qué se inspiró el director?
Pedro Hernández, director de la película, aseguró que la difícil situación laboral a la que se tuvo que enfrentar en su adolescencia fue fundamental para la creación de 'Río seco'. "Han pasado más de quince años desde aquella primera búsqueda para tener una economía independiente, yo era un adolescente. En aquel entonces trabajé en cuanta ocupación informal encontré a mi paso. En medio de una serie de oficios mal pagados, probé suerte en un montallantas. Era un taller de poca monta, de herramientas hechizas y riesgos constantes y ubicado a orillas de una carretera municipal, frecuentado por camiones y flotas de pasajeros. Allí, de manera inconsciente, estaba escribiendo mi primera película".