El colombiano con mayor participación (ocho ediciones), ganador de dos etapas (1985 y 1988), campeón de los jóvenes y tercero en la clasificación general. Todo eso lo consiguió Fabio Parra en el Tour de Francia, pero lo más interesante de su historia es que fue este certamen el que lo convenció de pedalear de nuevo. En 1982, con 23 años y después de haber ganado una Vuelta a Colombia en la temporada anterior, decidió retirarse del ciclismo y dedicarse a estudiar administración de empresas.
El Tour de 1983, el primero que vio por televisión, lo animó a volverse a montar en la bicicleta. Y en 1985 (hace 30 años) debutó en Francia para enseñarles a los extranjeros a pronunciar dos eres seguidas en una palabra. "Parra" fue uno de los apellidos más nombrado en esa edición.
¿Qué estaba haciendo en 1983 y 1984, cuando Colombia debutó como equipo en el Tour?
Yo después del año 82, tras la Vuelta a Colombia, me retiro del ciclismo. Digo que no más, porque en esa época no era rentable ser ciclista, pagaban muy poco, era duro vivir de eso. Entonces decidí dejar la ruta y dedicarme a estudiar administración de empresas en el Externado. Y estando en la U me dijeron que los representara en Juegos Universitarios, pero participé sin entrenar, solo por estar. Entonces Colombia fue al Tour del 83 y ahí cambió todo.
¿Qué pasó después?
Las primeras imágenes del Tour empezaron a llegar por televisión al país. Pudimos ver a Patrocinio y a ‘Condorito’. Y vi que a ellos les iba bien en la montaña y de alguna manera pensé diferente. El espectáculo allá era distinto, acompañaban al corredor con vehículos muy bien acoplados. Y se veía mucha gente apoyando. Eso me motivó. Finalizando el 83 vuelvo a entrenar y en el 84 comienzo a competir de nuevo. En el 85 me llaman del Café de Colombia y empieza la historia.
¿Pero su regreso fue por envidia con Patrocinio y ‘Condorito’ o fue una revelación gracias a ellos?
No, no. Envidia no. Ellos me abrieron los ojos. Me acuerdo ver a Patrocinio que lo estaban grabando desde el helicóptero y me emocioné. Y pensé, hice cuentas, recordé que yo tenía el mismo nivel que ellos, que había ganado la Vuelta a Colombia un tiempo atrás. ‘Si a ellos les va bien, a mí también’, me dije. Entonces decidí retornar.
Y encontrarse de frente en el 85 con todo lo que había visto en televisión, ¿no lo emocionó mucho?
Pues sí, pero también fue fuerte. Cuando conforman el equipo deciden que para practicar debemos hacer antes unas clásicas y otras carreras pequeñas. Pero era invierno, estaba nevando, entonces fue un choque negativo. Yo no aspiraba a encontrar ese frío. Pero, a pesar de eso, yo lograba mantenerme adelante y tenía buenos resultados. Yo sabía sufrir.
¿El mejor día de esa edición fue cuando ganó la etapa 12 (10 de julio) o no necesariamente?
Eso fue especial. Me acuerdo del podio, de la camiseta blanca. Yo estaba muy emocionado. Pero también hubo un excelente día cuando Lucho ganó (en la undécima fracción). Estábamos peleando al final Lucho y yo, contra Bernard Hinault y Greg Lemond, que eran del mismo equipo. ‘Dos para dos’, pensaba yo. Fue muy emocionante esa jornada. Pero hubo otras muy duras. Los trazados llanos nos mataban al igual que las cronos. Teníamos que estar en una posición muy incómoda y terminábamos con un dolor de espalda muy grande. (Mira el video del triunfo de Fabio Parra en la etapa 12 del Tour de Francia).
Después de ocho participaciones (1985-1992), ¿qué es lo primero que piensa cuando escucha la frase “Tour de Francia?
Es un pensamiento encontrado. Chévere estar allá, pero también un compromiso demasiado grande, porque cada vez la gente exigía más. Yo pensaba: ‘Uy, juemadre, bacano el ambiente, la fiesta para los aficionados, pero qué responsabilidad tan grande’. A veces me daba temor no cumplirle a la gente o a los patrocinadores.
¿Eso influyó para que abandonara cuatro veces en el certamen?
No necesariamente. En el año 86 tuve una lesión en la rodilla que no me dejó seguir y las otras fueron caídas. El último que corrí, en 1992, me fracturé la mano. Así que yo no podía sobreponerme, como no pudo hacerlo Tony Martin este año. Yo no abandonaba por susto, sino por cuestiones ajenas a mi voluntad. Había temor, pero a la vez una mentalidad de echar para adelante y estando ahí, uno ambicionaba. El Tour es como una pelea de boxeo: después del primer round ya pasa el susto.
¿Qué consecuencias traía abandonar en el Tour de Francia?
Todos los planes del equipo se iban al traste. Todo el trabajo. Es muy maluco porque uno se prepara mucho tiempo. Los equipos españoles en los que estuve tenían como objetivo Uno-A, figurar en el Tour y luego pelear la Vuelta. Pero con un retiro todo se desordena y uno queda muy aburrido porque hacer un buen Tour es la posibilidad de merecer un buen contrato al año próximo o tener la posibilidad de cambiar a una mejor escuadra.
¿Por qué de los 74 colombianos que han ido a un Tour de Francia la mayoría son de Boyacá? ¿Cuál es la explicación de eso?
¿Cómo son esas estadísticas detalladamente?
21 de Boyacá, 20 de Cundinamarca y 15 de Antioquia. Esos son los tres departamentos que más han aportado.
Históricamente, en el ciclismo colombiano se ha notado que este departamento ha llevado la batuta. Y estos números demuestran que siempre hubo esa rivalidad entre esas tres regiones. Los boyacenses hemos sido buenos por la situación geográfica, la altitud y es gente que está acostumbrada al trabajo duro y a la disciplina. Eso influye en esas estadísticas.
¿Cuál ha sido el mejor colombiano en el Tour de Francia?
Es difícil decidirlo. Me parece injusto nombrar a uno que sobresalga porque son épocas diferentes. Cochise compitió antes (1975), pero mis tiempos fueron diferentes a esos y los actuales de Nairo. No me atrevería a concluir eso.
¿Qué le hubiera gustado cambiar de su época?
El descontrol médico. Si los controles al dopaje hubiera sido más rigurosos tal vez hubiéramos tenido más chances de ganar. Es que en ese tiempo se daban muchas ventajas y por más que uno entrenara la superioridad era notoria. Eso desmoralizaba y nos asombraba mucho esa situación. Para nosotros era imposible ganar un Tour sin controles de dopaje. Todo es fácil decirlo ahora, pero el escándalo de Armstrong le da a uno pie para decir las cosas como son.
¿Usted vio alguna escena en ese sentido?
No, uno no veía nada. Lo que pasa es que el rendimiento de los corredores era muy abismal. Y luego ese tema se empezó a divulgar y todos empezamos a atar cabos. Es que uno pensaba: ‘Estos manes por qué van tan rápido, si yo entreno mucho. Gáneme pero no me saque tanta diferencia’. Es que parecían motos. Era muy raro.
¿Antes se sufría más en el ciclismo, no?
Yo creo que es porque las cosas van evolucionando. En el deporte, y en este caso en el Tour, hay un progreso en todos los aspectos, en lo tecnológico, con los uniformes, en la medicina deportiva y en la alimentación. Son épocas completamente diferentes, pero siempre se ha buscado el mismo objetivo que es ganar.
Así son los horarios de transmisión de Señal Colombia durante el Tour de Francia.
Foto: EFE.