Cuando en 1966 Jaime Arroyave se dio a la tarea de extender en Colombia la práctica de fútbol de salón, la práctica deportiva que había descubierto en Brasil pero que había sido creada por los uruguayos, jamás habría podido imaginarse que este deporte calaría tan profundo en la cultura colombiana al punto de ser, quizá, el más practicado en todo el país.
Con el paso del tiempo y el aumento en la práctica de esta disciplina, Colombia se fue convirtiendo poco a poco en una de las más importantes potencias de este deporte, consiguiendo la nada despreciable cifra de cuatro campeonatos mundiales de selecciones mayores (tres masculinos y uno femenino).
A esto se suma que en el país han surgido importantes referentes del salonismo como el Panadero Estupiñán, Jaime Azza, Diego Abril, Jhon Fredy Celis y Simón Bolívar, además del archirreconocido John Pinilla, jugador que ha llegado a ser considerado el mejor exponente del micro a nivel mundial.
Todo esto nos llevó a preguntarnos cómo y por qué nos convertimos en potencia del micro a nivel mundial, pero preferimos que sean los expertos (ustedes) los que nos ayuden a responder. Esto es lo que nos dijeron:
Para Fernando Mejía, reconocido periodista deportivo y comentarista, la razón de nuestro éxito en esta disciplina está en la facilidad del acceso al espacio para la práctica que tienen los colombianos desde muy pequeños.
“En Colombia el Sistema Nacional del Deporte afortunadamente aprobó que en todo conjunto residencial, barrio, vereda o municipio hayan canchas de microfútbol. Entonces lo que los niños hacen en sus primeros pinitos en el deporte es irse a jugar microfútbol, porque es lo que tienen más fácil” dice el comunicador y agrega, “cómo hay tanta facilidad en el acceso al microfútbol empiezan desde muy niños y por eso hay tanto talento también, porque todos los días juegan”.
Esta idea es apoyada por el también periodista deportivo Gabriel Barrera: “el micro se puede jugar en cualquier parte, he visto porterías armadas con palos, pedazos mangueras bola de trapo y a jugar”.
“Otra cosa es que el modelo que se implementó en la mayoría de parques de la ciudad, trae cancha de micro, voley y basquet, situación que masificó el deporte. El micro se disparó porque los regalos que los niños siempre recibieron fueron o un par de patines o un balón de micro o fútbol”, agrega Barrera.
Orlando Russo, jefe de prensa de la Federación Colombiana de Fútbol de Salón, cree que el éxito del micro colombiano radica en la apropiación cultural que ha hecho el país del deporte. “No hay que buscar la respuesta en los 5 títulos mundiales, pues ese es el resultado. Va más allá. El micro en Colombia es toda una cultura y hace parte de la rutina social de este país”, dice.
Barrera agrega que la cantidad de torneos barriales y competencias semiprofesionales ayudaron en el crecimiento del talento que se consolidó con la conformación de una copa profesional.
“Torneos como el Mil Ciudades y los tradicionales torneos de barrio alimentaron por años el talentos de los micreros. Hoy la liga profesional le da la línea y seriedad que necesitaba esta disciplina. Sumarle a ello los títulos mundiales y continentales. Además siguen brotando las grandes figuras de manera silvestre de las diversas barriadas del país” sentencia Barrera.
Estas son unas buenas razones. Ahora te mostramos lo que dicen nuestros usuarios:
Para que conozcas más de este deporte, aquí te dejamos las 5 cosas que debes saber del micro femenino según Heroínas de Tunja: