Chocó
05 / 06 / 2017

Jhonny Hendrix: "Llevar este color de piel es un honor"


Por Paola Arcila Perdomo
Paola Arcila Perdomo
05 / 06 / 2017
Cine

Chocó

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De nuevo llega a nuestra pantalla 'Chocó', cinta colombiana dirigida por Jhonny Hendrix con quien nos tomamos un café, un tipo que lleva su cultura y sus raíces en todo lo que dice, que tiene el misticismo a flor de piel y a quien se le nota que su sangre vibra al ritmo de su origen, de su tierra, de su gente y del cine. Lo notamos en cada respuesta de esta entrevista.

Periodista: Usted ha estado en la producción de diferentes cintas que se destacan en el cine nacional como 'Perro come perro', 'Anina' y 'En coma', entre otras tantas, por lo tanto, estamos hablando de una carrera que lleva años de construcción. Sin embargo, por ser 'Chocó' su primer filme, además de ser realizado en su tierra, supongo se manejaron muchas sensibilidades alrededor y, seguramente, hubo algo que le tocó el alma ¿cuál fue ese momento inolvidable?

Jhonny Hendrix: Yo diría que toda la película es un momento inolvidable para mí. Tengo anécdotas que me conmovieron mucho, pero todo el proceso fue enriquecedor, por ser mi primera película casi siempre muele desde adentro, literalmente no dormía en las noches, trataba de reconstruir el guión para tenerlo lo mejor pulido y en ese no dormir imaginaba demasiadas cosas en la selva.

La fase de preparación con los actores y con los niños fue un momento bellísimo, todos le metían demasiada energía a la cosa. Escoger a los niños era doloroso en el sentido que escoger a uno era decirle a los otros que no, eso me costó bastante.

Recuerdo también que en la casa donde vivía Chocó -Karen Hinestroza-, la protagonista, se construyó a orillas del río San Juan y cuando llueve el río se crece alrededor de 8 metros. Una noche nos dimos cuenta que el río estaba a menos de un metro de distancia, todos empezaron a recoger los equipos y yo me prendí una vela, oré para pedir el milagro y de una forma soprendente el río empezó a bajar.

Además recuerdo que el último día de grabación fue hermoso, queríamos rodar la fiesta que hace honor a la Virgen del Carmen y cuando llegamos, básicamente lo que hicieron fue montar el evento completo, todo el pueblo estaba grabando. A mí se me salieron las lágrimas, lo recuerdo con mucha alegría y nostalgia.

P: Chocó es un lugar auténtico e inolvidable, que en últimas se recupera día a día de sus dolores y que tiene una sociedad admirable. En la película ¿cuál es el mensaje que usted quiere transmitir?

JH: La película tiene varias líneas, una de ellas es que la protagonista se llama Chocó por una metáfora, éste es un lugar inhóspito y con muchos dones pero que, al mismo tiempo, es destrozado con la minería y otras cosas, por eso quisimos hacer una metáfora con la mujer, porque ella es golpeada, maltratada, pero sigue esforzándose por seguir adelante y darle lo mejor a sus hijos.

En la película hay una canción que dice 'Oyeme chocó, oye por favor, tú no tienes porque estar sufriendo así", este es un llamado para que se saque la casta, para que se luche por la tierra, para que dejemos de ser un pueblo segregado, pero al mismo tiempo habla de 4 minorías que incluyen a la mujer, el tema afro, la pobreza y el desplazamiento, que son asumidas como minorías pero que no lo son tanto. Ella representa esas 4 perspectivas de vida.

 

P: Haberle puesto Chocó y finalizar de esa manera el filme ¿es un mensaje de liberación o de redención?

JH: Las dos, es liberación porque el departamento debe salir de esos dolores económicos, de salud y políticos. Pero, al mismo tiempo, es redención por su esfuerzo, es decir, hay fiesta, se rumbea como en todos lados, aunque las oportunidades no estén prestas como en Bogotá o en Medellín. Eso de alguna forma duele y da una perspectiva de posiblidadades muy pequeñas para una región o un pueblo. Sin embargo, el pueblo sigue luchando, hay mucha gente talentosa, inteligente. Eso tiene que ser aplaudido.

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P: En Chocó aparece al final un mensaje que dice que ser negro es un milagro, ¿es verdad?

JH: La película es un homenaje a mi padre, a mi madre y a mi hijo. Llevar este color de piel es un honor, sé que en Colombia hay racismo, pero la alegría que tiene esta piel no es la misma que tienen las otras, el poder con el que se hacen las cosas y el sentimiento, no es lo mismo. Por eso cuando escuchamos a una cantaora del pacífico sentimos un desgarre y una nostalgia. El escuchar a mi papá me hace sentir un honor por ser negro al igual que escuchar a mi hijo y su orgullo por la raza. Ver a mi mamá todos los días pujando, luchando, me hace pensar que es un honor. Las personas que viven el racismo están equivocadas.

 

P: Frente a esta película, ¿cree usted que abrió las puertas del cine afrocolombiano en nuestro país?

JH: No sé si podría decirse así. Diría que hasta ese momento no se había hecho una película pensada en problemas afro ni ningún hombre negro había dirigido una película en Colombia con una protagonista negra. Se marcó un camino y no quiero tener la medalla del salvador o del promotor, creo que alguien lo tenía que hacer y esto ha sido una bendición de Dios. Lo que se viene en el futuro con el cine y las series tiene mucho sabor afro y estoy orgulloso de que eso esté ocurriendo, aceptarnos como somos, como indios, como negros.

 

P: El siguiente paso en su carrera fue Saudó, ¿nos puede contar algo de dicha cinta?

JH: Saudó es una película de suspenso en el pacífico colombiano en Chocó. Es la historia de un hombre que salió joven de su pueblo, que se convierte en médico y que conforma una familia. Cuando su hijo cumple la misma edad que cuando él se fue de su tierra, comienzan a suceder cosas extrañas y este hombre decide devolverse a su pueblo. Allí giran esos tintes de suspenso en una selva que tiene misticismo y un toque de aventura, quise referirme un poco a eso, a los rituales, a las raíces. Es una película distinta, con muchos matices.