¿Para qué vida, si no hay historias?
05 / 06 / 2015

¿Para qué vida, si no hay historias?


Por Paola Arcila Perdomo
Paola Arcila Perdomo
05 / 06 / 2015

Hace poco recibimos un comentario interesante en redes sociales. Luego de una emisión de 'La vendedora de rosas' de Víctor Gaviria, un televidente nos preguntó “¿a esa ñerada le llaman cine?”. Aprovechamos esta breve nota para responderle que sí, efectivamente lo llamamos cine.

Las historias de vida que componen el ciclo de películas llamado "¿Qué estamos pagando?, son las de la mayoría de quienes habitamos este país. No necesitamos esgrimir argumentos “culturizantes”, pues creemos con firmeza que el alma del cine y de la cultura en general, incluso de las religiones, las ideologías y la vida misma, son las historias. Todo está compuesto por ellas y todo cuanto pasa es susceptible de transformarse en un relato, tan bueno o tan malo como el talento del narrador lo permita.

Los barrios populares y las situaciones extremas son un gran hervidero de historias, por la cantidad de conflictos que en estos contextos se presentan. Para demostrarlo te proponemos el siguiente ejercicio: compara la sinopsis de una película con una noticia del tipo “crónica roja” que puedes encontrar en la sección de judiciales de cualquier periódico, a ver qué tan diferentes resultan.

Historia #1: “Grito en el silencio”

Es la historia de Paola, un personaje fuera de lo común. Nació hombre, y también sordomuda. Con trabajo consiguió todo cuanto se propuso y ahora pasa una vida sin problemas en su barrio, donde todos la conocen como la estilista. Vive con su mamá y no tiene problemas con nadie; o al menos eso parece, pues su historia de valentía y superación es segada de tajo por unos asesinos en la oscuridad. ¿Crimen de odio? ¿Asesinato al interior de la familia? ¿Desgracia fortuita? Ahora descubrir la verdad será responsabilidad de Pablo, un joven detective de la Fiscalía; doña María del Carmen, madre de Paola; y Carlos Alfredo, un joven periodista con mucho que probar. Juntos, irán hasta las últimas consecuencias para encontrar la verdad sobre este misterioso y cruento asesinato.

Historia 2: “Celos, malditos celos”

Los hechos registrados entre Venecia y Chipre en la noche anterior han llenado de estupor a la población local. Los protagonistas, cuya identidad será ocultada por seguridad de sus parientes y allegados, son el señor O. y la señora D.

Cuentan los vecinos que O., militar de profesión, llegó despechado por el aviso que un amigo, de nombre Y., le habría dado sobre la presunta infidelidad de su esposa con un amigo en común. Una vez cometido el delito, Acudieron vecinos y amigos para desmentir los rumores sobre su difunta esposa. Reconociendo la inocencia de su amada, el señor O. no encontró una mejor opción que quitarse la vida, para caer desfallecido encima del cadáver de su mujer. Los dos fueron encontrados esta madrugada.

Al fallecido exmilitar se le conocía por su mal temperamento. “Cuando empezó a sospechar de la pobre D., el mundo se le vino encima. Ellos tenían una bonita relación, pero los celos se lo tiraron todo, ya ve las cosas que pasan”, contó una vecina y amiga de la joven pareja, que también pidió que su nombre fuera borrado de esta noticia.

Para la policía, cuya investigación sigue en proceso, este siniestro episodio tiene un origen incierto. Los hechos están aún por esclarecer y se desconocen los motivos por los que se le habría suministrado la falsa información al fallecido militar. Muchos ya denominan el insuceso como un “crimen pasional”, mientras que algunas ONGs del sector han pedido a las autoridades competentes que se tipifique como un delito de género.

Este ejercicio puedes replicarlo cuantas veces quieras en tantas historias como lleguen a tus manos y siempre va a dar resultado porque créenos: sin historias no sería posible vivir, no importa si eres William Shakespeare, Chespirito, o William Chespier Martínez, residente de la periferia. En cine nos vemos.

Ahora puedes constatar de dónde nacen las historias que hemos contado:

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