Candelaria (2017) es la tercera película del cineasta chocoano Jhonny Hendrix Hinestroza, protagonizada por los actores cubanos Verónica Lynn y Alden Knight, quienes encarnan a un par de adultos mayores que sobreviven a la Cuba de los años 90 del siglo pasado, en plena depresión social debido al bloqueo económico estadounidense.
La historia, grabada en Cuba, cuenta la historia de amor entre dos ancianos en medio de las dificultades económicas y sociales de la isla, seriamente afectada por las “medidas” restrictivas de Estados Unidos al país Caribeño debido a la corriente política de su gobierno.
Esta película, ambientada en los paisajes del Caribe cubano, así como con el son y la música que caracteriza a la isla, fue bien recibida por el público nacional e internacional, haciéndose merecedora de hacer parte de la selección de varios festivales del mundo, así como ganadora de varios premios en certámenes de cine.
Esta coproducción entre Colombia, Argentina, Alemania, Noruega y Cuba recibió el Gran Premio del Público del Festival de Cine Latinoamericano de Toulouse, así como el Premio del Público a Mejor Película en el Festival de Minsk (Bielorrusia) en 2017.
También se hizo acreedora al Premio a Mejor Director de las Jornadas de los Autores (en el Festival de Cine de Venecia) y obtuvo una Mención Especial del Jurado en el Festival de Kerala (India), y de selecciones oficiales en Panamá, Reino Unido, Rumania, Estados Unidos y Alemania.
En los Premios Macondo, otorgados por la Academia Colombiana de Artes y Ciencias Cinematográficas, Candelaria se llevó en 2019 los premios a mejor guion y mejor actor principal para Aldren Knight.
Candelaria y Víctor Hugo, el renacer de una pasión
Víctor Hugo y Candelaria son un par de adultos mayores que viven su día a día sobreviviendo a Cuba. De algún modo, como ellos, la isla se las arregla para sobrellevar el bloqueo económico, y así mismo lo ha hecho esta pareja con la monotonía y el tiempo.
Las cosas van como siempre han sido hasta que un día Candelaria llega con una videocámara que toma en secreto de uno de sus trabajos. La mujer lleva una vida ajetreada para mantenerse en pie: trabaja de noche como cantante y de día como aseadora en un hotel de La Habana.
Una vez toma en secreto el susodicho aparato y lo lleva a casa, no solo lleva a la pareja el dilema si devolverla o venderla para comer mejor, sino también un renacer pasional entre Victor Hugo y Candelaria.
La videocámara los comienza a conectar de otra manera a su edad y empiezan a usarla para hacer pequeños videos con los que renace su apetito sexual.
Este objeto, sin embargo, más pronto que tarde se pierde y llega al mercado ilegal donde descubren qué ha estado haciendo esta pareja con la cámara. Sus travesuras les permitirá resolver algunos asuntos y determinará el destino de los dos.
“Hendrix ha creado una película de buen espíritu, generosa con sus personajes y una temática que suele presentarse bajo una sola perspectiva: la de la desesperanza y la crueldad de la senectud y el fin de la existencia”, aseguró la bloguera especializada en cine Sandra Ríos.
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