Calvin y Ras, protagonistas de Los hongos frente a la facultad de artes
10 / 12 / 2019

El arte nocturno y callejero de "Los hongos"


Por David Jáuregui Sarmiento
David Jáuregui Sarmiento
10 / 12 / 2019
Cine

Los hongos

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Ras Skate es un grafitero de un barrio marginal de Cali. Ras ve con recelo que la policía permite la contaminación del espacio público con panfletos políticos, pero a su vez, actúa con rigidez desmedida contra los grafiteros que buscan llenar de mensaje con arte y pintura el espacio público de la ciudad. Ras y Calvin son los protagonistas de la película Los hongos (2014), dirigida por Óscar Ruiz Navia.

Este largometraje, ganador del premio especial del jurado en el Festival de Cine de Locarno (Suiza) en 2014 y nominado a los premios Macondo en las categorías mejor película y mejor montaje, es una excelente oportunidad para adentrarse en el mundo cinematográfico de Ruiz Navia, cuya primera película El vuelco del cangrejo (2009) se llevó el premio a Nuevo Cine Latinoamericano en la Habana, Cuba, entre otras distinciones.

Los protagonistas de esta película son actores naturales, lo que significa que se trata de personas escogidas para personificar papeles sin ninguna formación actoral más allá de su propia experiencia de vida. A lo largo de la película, el espectador se adentra en la vida diaria de dos grafiteros que viven la ciudad más en la noche en el día, por lo que su contacto con la realidad social se divide entre la marginalidad social y el desarrollo normal de dos adolescentes de diferente procedencia social.

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Por un lado, Calvin, un joven de la Cali acomodada, pasa sus días en la universidad pública, cuidando de su abuela quien padece un cáncer; y surfea por la ciudad -junto con Ras- dejando su huella en el espacio público tanto como sus recursos y las autoridades se lo permiten. La consigna de la familia de Calvin es una frase popular pero muy diciente: “Eso es dar mucha papaya”.



Dar papaya en esta historia es vivir la nocturnidad en sitios donde las autoridades prefieren ver gente pegando propaganda política que gente pintando las paredes, atendiendo a conciertos, o simplemente disfrutando de la noche. Por otro lado, la madre de Ras intenta a través de la presión social de sus vecinos adentrarlo en el mundo religioso de la comunidad, en la que la palabra de Jesucristo tiene más peso que su propia conciencia.

Ras, joven y en una edad conflictiva, no se entrega ni a la iglesia ni al control de su madre, en parte porque ha visto que el político que llena las paredes de su barrio con papeles con su rostro y el número del tarjetón, es parte de las influencias que hacen parte de la comunidad religiosa local, y eso parece generarle tanto desconfianza como la sensación de que su compañía con Calvin y los grafiteros tiene un sentido legítimo que no está dispuesto a dejar ir.


ras, protagonista de la película los hongos en fotografía fija de la película


La película, en otras palabras, es un largometraje sobre la realidad social de Cali: por un lado el poder político domina el imaginario de lo que está bien y lo que está mal a través de la moral y la fe de las personas, y por el otro, quienes no aceptan los designios sociales, buscando masticar un poco más todo aquello que los rodea, se delegan a la marginalidad. 

La marginalidad, lejos de ser solamente un tema de vicios o virtudes, se relega a todo aquello que la sociedad rechaza y que es controlada por cuerpos policiales que solamente dan un aviso antes de ejercer desde su trabajo hasta algunos excesos que suelen ser peligrosos.


Calvin, protagonista de la película hongos recorre cali en bicicleta


Tal vez es por eso que la película tiene todo tipo de personajes -empujados por la realidad del actor natural- como el locutor de la radio clandestina que combate con el arte a “Babilon” (metáfora del sistema), el cantante frustrado, las matronas afrocolombianas sacadas de sus tierras y enviadas por la fuerza hacia la urbe, mujeres y hombres que aún están decidiendo su identidad sexual o los artistas que con su trabajo forcejean con un poder omnipotente y todopoderoso: las normas tácitas de la sociedad.

Al final, la conclusión de los jóvenes tras sus aventuras estará relacionada con su arte pictórico, pero también con lo que es más valioso para todos al cierre de cuentas: sus familias.