En esta historia podrás seguir la travesía de un pueblo a otro a través del monte en el que viven Rosana y Hermelinda, dos mujeres campesinas, y Corina, la vaca que siempre las acompaña.
Rosana es una mujer ya entrada en años, viuda, cuya única compañía es la vaca Corina, un animal testarudo y rebelde que se le escapa cada vez que puede. Ella guarda sus secretos y su memoria con recelo mientras espera que su hijo Pastor regrese sano a casa. En la espera se encarga de cuidar de Hermelinda, su nuera, una jovencita embarazada que, además de imprudente, es voluntariosa y terca.
Juntas esperan con ansias alguna noticia sobre Pastor, hijo de Rosana y esposo de Hermelinda, de quien no saben nada desde que partió a trabajar en las plantaciones; la espera termina cuando reciben una carta de él, pero desafortunadamente las dos son tan analfabetas como la propia vaca y no pueden leer la carta que han querido recibir por tanto tiempo.
Así, en medio del berrinche propio de la juventud y el embarazo de Hermelinda, deciden dejar su casa y su pueblo para buscar en otro al cartero que puede leer lo que dice en el mensaje. Al llegar a su destino encontrarán que la guerra y sus horrores las han estado esperando, y con esa escena frente a sus ojos el parto de Hermelinda se adelanta.
Allí pasan de ser peregrinas a secuestradas cuando un paramilitar en huida decide tomarlas como rehenes, deambulando con ellas por horas y horas en el monte en donde los tres que en medio de sus realidades marcadas por la violencia tienen mucho en común y que, de hecho, tienen una historia cruzada y secretos que revelar.
La cinta es del colombiano Efraín Bahamón, literato y director de la maestría en escrituras creativas de la Universidad Nacional de Colombia, quien después de desempeñarse por años como libretista de seriados y telenovelas decide hacer de este relato su ópera prima en largometraje.
Esta es una espectacular historia sobre la esperanza, los secretos guardados, los miedos, y la prolongación del odio. Las dos mujeres y la propia vaca te pondrán a reflexionar sobre el valor de la familia a la que llegamos al nacer y la que escogemos con el paso de los años, la doble moral, la obsesión, y ciertamente te pondrá a pensar sobre cuál es la manera más sana de mantener la fe en medio de la tristeza y la desesperación.