Todos los conflictos armados tienen combatientes que son quienes viven desde cerca el horror de la guerra y las cicatrices que deja. El documental La promesa (2020) de William Ospina Ramírez es una película que deja ver una de esas historias desde el lado más humano de las personas que participaron directamente en el conflicto.
La promesa, una coproducción de Asspa Comunicaciones y Señal Colombia, cuenta la historia de una excombatiente que prometió devolver los restos de una de sus compañeras a su madre, con el fin de que la familia de su amiga pueda aliviar el dolor de su deceso.
El documental, grabado en el departamento del Meta, en lugares como Mesetas, Villavicencio, la Serranía de La Macarena o los ríos Duda, Santo Domingo, Guayabero, recrea a través de este testimonio la necesidad de miles de desaparecidos en el marco del conflicto y la tarea humanitaria de encontrar sus cadáveres.
Una promesa entre dos excombatientes y amigas
En la Serranía de la Macarena, en medio de la tensión de la guerra se conocen Yolima y Yesenia, y rápidamente se hacen amigas íntimas. Yolima le cuenta a Yesenia que no quiere vivir más con su familia.
Ambas dejan la escuela y hablan de realizar sus sueños cobijadas por la inocencia de la juventud. Sin embargo, unos meses después el sueño de Yesenia de ayudar a su madre con la economía del hogar la hará tropezar con la violenta realidad del conflicto armado colombiano.
La madre de Yesenia ya había perdido otro hijo, su hermano mayor, quien murió en medio de su labor como policía durante una toma guerrillera.
Gloria Monroy, madre de Yolima, protagonista del documental.
Yesenia, quién después respondería al alias de “La piña”, le confiesa un día a Yolima su deseo de irse con la guerrilla de las FARC para comprarle una casa a su mamá, y allí sellan una de sus tantas promesas de amigas: si alguna de las dos decide irse a la guerrilla, la otra deberá hacer lo mismo.
Pronto “La piña” se encuentra con Yolima y se enrolan en uno de los frentes del grupo guerrillero. Las dos deben dejar atrás los sueños, los juegos y la inocencia, y los reemplazan por el fusil y el instinto de supervivencia.
En 2010, antes de los acuerdos finales de paz entre el Estado colombiano y la extinta guerrilla, “La piña” le pide a Yolima que de morir en combate le avise a su madre para que no la esperen nunca más en casa. En respuesta, Yolima le pide que haga lo mismo por ella.
Es así que sellan una última promesa: la que sobreviva tendrá que entregarle el cuerpo a la respectiva madre. Poco tiempo después, “La piña” muere en un enfrentamiento y la entierran allí mismo donde se produjo el combate, rodeada de minas explosivas como era costumbre durante aquella época.
Antes de encontrar el cuerpo de su amiga, en 2014 durante los diálogos de paz entre el Gobierno y las FARC, Yolima visita la vereda donde vive la madre de “La piña” y le promete, como un juramento de honor, que le devolverá los restos mortales de su hija para que repose en un lugar donde pueda ser llorada y recordada.
Diezaños después el conflicto, al menos en el papel, ha terminado con la firma de los Acuerdos de Paz, y Yolima solo tiene en mente recuperar el cuerpo de su amiga y ex combatiente.
Dayana Cardozo Lasso interpretó a la excombatiente "La Piña", una de las protagonistas del documental.
Para lograrlo acude a la Comisión de Búsqueda de desaparecidos componente Farc (Yaritza Paniagua, Mauricio Jaramillo)y a la Cruz Roja Internacional, entidades encargadas de prestar ayuda humanitaria para la búsqueda de los más de cien mil desaparecidos declarados del conflicto armado, una tarea dispendiosa y compleja que tardará casi dos décadas.
La zona aún está en manos de grupos armados, pero con determinación Yolima se decide a caminar durante días en la selva para ubicar el lugar del combate y así el cuerpo de “la Piña”. La labor de los reincorporados a la vida civil, quienes han entregado información valiosa de más de 700 desaparecidos, ayudó a facilitar la tarea de encontrar el cuerpo de “La piña” y muchos otros, cuyos familiares habían perdido ya la esperanza de recuperar.
Es así que Yolima parte junto con los asesores de la búsqueda hacia La Serranía de La Macarena, cruzando desde ríos hasta campos minados, para dar con el paradero de su amiga. Por el camino conoceremos su historia, una de tantas miles que han sufrido el conflicto sin importar el bando.
