La circulación de vuelco meridional del Atlántico, conocida como AMOC por sus siglas en inglés Atlantic meridional overturning circulation, llamada también Corriente del Golfo es un sistema de corrientes oceánicas que se encarga de transportar agua caliente desde los trópicos hacía el Atlántico Norte y devolver agua fría hacía el sur.
Además de ser parte esencial en la regulación del clima global, este sistema de corrientes también es vital para el transporte de nutrientes de los ecosistemas y especies marinas. Sin embargo, desde hace tiempo los científicos han advertido sobre el peligro del debilitamiento de la AMOC a causa del cambio climático.
En febrero de 2024 investigadores del Instituto de Investigación Marina y Atmosférica de la Universidad de Utrecht manifestaron preocupantes síntomas alrededor de este fenómeno. El hecho de que la AMOC se esté debilitando a un ritmo alarmante puede traer graves consecuencias como inviernos más fríos y severos, sequías y olas de calor, subida del nivel del mar e impactos en la biodiversidad.
A pesar de que las observaciones directas de la fuerza de esta corriente han estado disponibles desde 2004, según los estudios se estima que la AMOC se ha debilitado a ritmos muy acelerados en los últimos 150 años en comparación con los 1.500 años anteriores, ya que desde mediados del siglo XX ha disminuído en un 15%.
Riesgo de Colapso
Recientemente las redes sociales y los medios de comunicación comenzaron a replicar información alarmante sobre el posible colapso de la AMOC en 2030, lo cual causaría una glaciación en Europa en la que “Europa quedaría sepultada bajo la nieve” y “Reino Unido sería como Groenlandia”, si bien el debilitamiento y posible colapso de la AMOC traería consecuencias graves para el planeta, vale la pena aclarar que Europa no va a quedar congelada en 2030.
Todo comenzó con una publicación en X que escribió el oceanógrafo alemán Stefan Rahmstorf, quien asistió a un taller de tres días con especialistas en el tema, en la que afirmaba que “en el 35-45% de los modelos la convección en el giro subpolar colapsaría en la década de 2030 debido al calentamiento global”. Esto quiere decir que no va a haber un colapso total de la AMOC, por ahora, y tampoco va a suceder en los próximos seis años, así como lo aseguraron diferentes medios de comunicación.
Según un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Copenhague, el colapso de la AMOC comenzaría en cualquier momento entre 2025 y 2095, es decir que la probabilidad de que inicie este colapso se daría para mediados de este siglo. Por su parte, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático IPCC señala en sus informes que las señales de cambio en la circulación atlántica son evidentes, pero que no existen datos suficientes para poder cuantificar la magnitud del debilitamiento.
Si bien el debilitamiento de la AMOC es una realidad, y es importante tomar medidas, vale la pena aclarar que no va a ocurrir una glaciación en 2030, así lo aclaró Rahmstorf luego de que la noticia se expandió.
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¿Por qué se debilita la AMOC?
La principal razón del debilitamiento de la AMOC es el cambio climático, ya que el aumento de las emisiones de gases de invernadero provoca el calentamiento del planeta a un ritmo acelerado, así que se derriten los glaciares y el hielo marino del Ártico, liberando agua dulce fría en el Atlántico Norte.
Como se libera agua dulce menos densa se dificulta el hundimiento del agua oceánica profunda, un proceso esencial para la circulación de la AMOC, entonces la corriente se ralentiza y pierde fuerza.
¿Qué pasa si colapsa la AMOC?
Si la AMOC colapsara totalmente las consecuencias serían devastadoras para el planeta, algunas de las consecuencias serían:
- Inviernos más fríos y severos en Europa y Norteamérica: la falta de agua caliente transportada por la AMOC podría provocar una caída significativa de las temperaturas en estas regiones, con inviernos más largos, fríos y nevados.
- Sequías y olas de calor: las alteraciones en los patrones de precipitación podrían ocasionar sequías prolongadas en algunas zonas y olas de calor más intensas en otras.
- Subida del nivel del mar: Un colapso de la AMOC podría contribuir a la aceleración del aumento del nivel del mar, lo que inundaría zonas costeras y desplazaría a millones de personas.
- Impactos en la biodiversidad: los cambios en el clima y las corrientes oceánicas podrían tener un impacto negativo en la flora y fauna marina, con graves consecuencias para los ecosistemas marinos.
¿Cómo se puede evitar el colapso de la AMOC?
La única forma de evitar que la AMOC colapse es mitigando el cambio climático, pero con acciones contundentes, es imprescindible reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero.
Además, es necesario adaptarse a los impactos actuales del debilitamiento de la AMOC, creando infraestructuras más residentes al clima, mejorando los sistemas de alerta temprana y establecimiento planes de gestión de riesgo para proteger a las comunidades más vulnerables.
Puede que la AMOC no colapse en 2030 pero las acciones que hagamos en el presente determinarán su destino. La comunidad científica y los gobiernos del mundo deben trabajar en conjunto para mitigar el cambio climático y poder proteger este sistema oceánico vital, con el fin de garantizar un futuro sostenible para las futuras generaciones.