En un año cargado de adaptaciones en live action, Cómo entrenar a tu dragón ha logrado conquistar al público por su calidad técnica y por algo mucho más profundo: su respeto total hacia la historia original. A semanas de su primera presentación ante críticos y fanáticos, el live action de esta saga ha sido recibido con entusiasmo, destacando por su fidelidad casi exacta a la versión animada de 2010.
Mientras tanto, Disney, con apuestas como Lilo & Stitch ha enfrentado una ola de comentarios mixtos. Aunque visualmente atractivos, sus remakes suelen introducir cambios en personajes, tramas o tonos, provocando que parte del público se desconecte emocionalmente.
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Cómo entrenar a tu dragón: un regreso fiel a lo que amamos
Dirigida nuevamente por Dean DeBlois, dicha versión de Cómo Entrenar a tu dragón ha recibido elogios por capturar casi cuadro a cuadro la esencia de la cinta animada. Las primeras reacciones, tanto de críticos como del público general, destacan su tono emotivo, su diseño visual y el respeto absoluto por la relación entre Hipo y Chimuelo.
“Captura la magia del original en casi todos los sentidos”, señaló un fan en redes.
“Toothless es perfecto, y la emoción está intacta”, reseñaron medios como Rotten Tomatoes.
A pesar de la polémica inicial por cambios en el elenco, como la inclusión de Nico Parker como Astrid, el propio DeBlois declaró que las dudas desaparecieron al ver la actuación: “Fue una elección con alma, no solo apariencia”.
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La audiencia ha respondido con entusiasmo: recibió una calificación “A” en CinemaScore y un 94 % de recomendaciones en PostTrak. A nivel global, ya supera los $375 millones de dólares en taquilla.
Disney: nostalgia en disputa
En contraste, la adaptación de Lilo & Stitch, aunque visualmente logrado y con un elenco diverso, ha generado divisiones. El principal foco de críticas ha sido el cambio del final: en lugar de mantener la unión familiar de Lilo y Nani, se introduce la figura de una tutora llamada “Tutu”, que representa una práctica cultural hawaiana de crianza compartida llamada hanai.
Aunque este cambio tiene una justificación cultural, para muchos espectadores rompió con el mensaje emocional de “ohana” que hizo tan entrañable al filme original. Algunas críticas apuntan a que la película, pese a sus buenas intenciones, pierde el corazón del relato por buscar reinterpretaciones modernas.
Nostalgia con propósito
Esta comparación deja una reflexión clara: la nostalgia no basta si no está bien cuidada. Mientras algunas adaptaciones apuestan por reimaginaciones que corren riesgos, a veces acertados, otras no, Cómo entrenar a tu dragón demuestra que una adaptación fiel también puede emocionar, cautivar y renovar sin alterar su esencia.