La imagen de Carlos Gardel vuelve a recorrer el mundo, pero esta vez no llega desde un archivo restaurado ni desde una película clásica: llega desde una animación generada con inteligencia artificial.
El día que me quieras. El viaje de Gardel, es un cortometraje argentino dirigido por Matías Mera y producido por la Universidad de Buenos Aires junto a Cráneo Films, que acaba de ganar el Premio del Jurado a Mejor Animación IA en el primer AI Film Festival de Tokio, uno de los certámenes que empiezan a definir el nuevo mapa del cine digital.
El reconocimiento no solo aplaude una obra innovadora, sino que marca un precedente para el cine argentino y para la producción audiovisual universitaria: es la primera película animada hecha con IA generativa en la historia de la UBA. Y aunque su triunfo es motivo de celebración, también es un recordatorio de que estamos entrando en una zona ambigua, tan fascinante como preocupante.
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Gardel animado: entre la memoria histórica y el algoritmo
El cortometraje reconstruye la vida de Carlos Gardel, a 90 años de su muerte, a través de un lenguaje visual que mezcla animación, archivos históricos e IA. El resultado es un Gardel rejuvenecido y vibrante, un ícono del tango recreado por modelos generativos que permiten componer imágenes, movimientos y escenas que nunca existieron.
El equipo de la UBA trabajó durante ocho meses para recrear 47 personajes y 75 escenas, incluyendo momentos poco conocidos de la vida del cantante: su encuentro con Astor Piazzolla en Estados Unidos, su relación con Charles Chaplin, su amistad con Enrico Caruso y pasajes íntimos de su infancia y educación.
En su tráiler se reconocen espacios emblemáticos como el Teatro Colón, Caminito y la calle Corrientes, todos reconstruidos digitalmente para una narrativa que viaja del arrabal a Manhattan, de la pobreza al esmoquin, del mito al avatar.
Un logro argentino que trasciende fronteras
El jurado del festival destacó la capacidad del corto para unir emoción, innovación y memoria cultural en un relato que “trasciende el tiempo y las fronteras”. Para la UBA, el premio es también un mensaje simbólico: por primera vez, la universidad pública argentina entra en el terreno de la realización audiovisual con IA generativa.
“El logro es un testimonio del enorme trabajo y de la confianza depositada por la Universidad en este proyecto”, dijo Mera. Y no es para menos: el festival reunió a cineastas, investigadores y tecnólogos del mundo entero que exploran los límites y riesgos de la narrativa impulsada por IA.
La celebración y la inquietud
Si bien El día que me quieras. El viaje de Gardel demuestra el potencial de la IA para acercar la memoria cultural a nuevas generaciones, también abre preguntas que la industria audiovisual aún no sabe responder del todo: ¿Hasta dónde la IA puede intervenir en la creación sin borrar el oficio humano?, ¿Qué implicaciones tiene esto para los animadores, ilustradores y guionistas cuya labor puede ser desplazada por modelos generativos?
La obra es valiosa, sin duda. Pero también es inquietante: se inscribe en un momento en el que sindicatos, cineastas y artistas de todo el mundo alertan sobre los riesgos de una tecnología que, sin regulación clara, podría redefinir los derechos de autor, la propiedad intelectual y la forma en la que narramos nuestro pasado.
En ese sentido, el cortometraje argentino funciona como metáfora: un Gardel vuelto algoritmo, un mito del siglo XX resucitado por herramientas del siglo XXI. Una belleza que no oculta la tensión de fondo.
La IA como herramienta en la industria audiovisual
Los creadores del corto han sido claros: su objetivo fue acercar la figura de Gardel a nuevas generaciones mediante un código visual que les resulte familiar. Y lo logran. La película permite que un público joven dialogue con un ícono cultural que parecía confinado a la nostalgia.
El cortometraje argentino es un punto de inflexión. Un logro artístico que llena de orgullo, sí, pero también una alarma suave pero constante para una industria que necesita urgente una conversación seria sobre derechos, límites y futuro.


