Templo de la luna en Tikal, Guatemala. Foto: Wikipedia.
Templo de la luna en Tikal, Guatemala. Foto: Wikipedia.
14 / 01 / 2020

¿Por qué el cielo fascinó nuestros ancestros?


Por Sebastián Acosta Alzate
Sebastián Acosta Alzate
14 / 01 / 2020
Templo de la luna en Tikal, Guatemala. Foto: Wikipedia.
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Titilan desde lo alto, apenas se pueden ver con la ausencia del sol y su misterio fortaleció la vida diaria de nuestros ancestros. Entorno a ellas, las estrellas, desarrollaron pirámides, calendarios, periodos de cultivo y hasta formas de estructurar el tiempo.

Varios de estos sucesos son explorados por la serie documental 'Hijos de las estrellas', donde a través de prácticas ancestrales de nuestro continente, se encuentra la fascinación de los nativos pueblos indígenas por los astros, las estrellas y los planetas.

A continuación algunos datos sobre la cultura de San Agustín, mayas, aztecas e incas, quienes fueron capaces de sacar adelante civilizaciones compactas y respetuosas del cosmos exterior sin un telescopio o internet.

Marcadores solares de San Agustín

El Bosque de las Estatuas, de San Agustín, Huila, es uno de los lugares más importantes de Colombia por sus restos precolombinos y el numeroso (aunque saqueado) recurso arqueológico patrimonial de tumbas y figuras talladas en piedra volcánica. 

Lo mejor, es que detrás de toda esta cosmogonía, el investigador José Rodrigo Betancur, profesor de la Universidad de Antioquia, hizo una investigación sobre su cultura, pero en especial de los marcadores solares.

Piedras de San Agustin

Su periodo de estudio fue: "del siglo VIII a. C. al siglo VIII d. C. de la cultura agustiniana. Se habla del conocimiento astronómico que tuvieron los chamanes y sacerdotes agustinianos para diseñar y construir las necrópolis. Se establecen por lo menos cuatro líneas acimutales que posiblemente sirvieron de calendario, en función de las cuales fueron situados los centros funerarios con direcciones al orto del sol en los equinoccios y solsticios". 

Betancur además añadió que: " La comunidad de San Agustín no escapó a la práctica de mirar el cielo para comprender los ciclos de las luminarias y las relaciones que tienen con el ecosistema (donde estaría presente el fin de aprovechar y conservar los recursos naturales). Así, cualquier observador comprobará que en las necrópolis agustinianas las direcciones de las unidades funerario-religiosas se repiten en los diferentes centros, y es eso lo que motiva la pregunta de investigación de hacia dónde “miran” las tumbas y las estatuas". 

 

Midiendo el tiempo

El Parque Nacional Tikal, ubicado en medio de la selva guatemalteca, que además fue proclamado patrimonio de la humanidad por la Unesco. Es un lugar ideal, en términos arquelógicos para comprender la importancia de la astronomía ancestral maya.

Tikal

Observatorio astronómico maya en Tikal, Guatemala.

La especialidad de este lugar radica en la obsesión humana por medir el tiempo. El cual nosotros medimos cómodamente con un reloj, pero que allí lo hacían con el movimiento de los astros, que gracias observatorios y paciencia, fue posible crear los primeros calendarios de la humanidad en Mesoamérica.

La civilización maya surgió cerca del año 2000 a. C. y colapsó en 1697. Toda una civilización que expresó sus conocimientos del tiempo a través de piezas en piedra y cerámicas. Estructuraban que el tiempo es circular y cíclico. No es lineal como principio o fin. Incluso, utilizaban las Estelas (monumentos verticales) para cuantificar la edad de sus gobernantes.

Estela maya en guatemala

Estela maya en Guatemala

Tanta fue su exactitud con el tiempo, que según la Universidad Autónoma de Honduras, aseguró que "los cómputos calendáricos y de los movimientos planetarios fueron más precisos que los europeos de la época anterior a la conquista española. Copán, Palenque y Quirigúa fueron importantes centros dedicados a la astronomía. En Copán, en el siglo VIII, los mayas lograron determinar la duración del año real en 365.2420 días (el valor actual es de 365.2422, de manera que solamente hay una diferencia de un diezmilésimo de día)".

La piedra del sol

Los aztecas tampoco se quedaron atrás, su existencia data desde el año 1323, hasta su exterminio en 1521 por parte del imperio español. Sin embargo, antes de perder numerosas batallas, dejaron un legado astronómico nada despreciable, entre este; La Piedra del Sol.

La piedra del sol

Según la el Instituto Catalán de Antropología de la Universidad de Barcelona, "La Piedra del Sol consiste, formalmente, en un gran círculo que lleva esculpidos toda una serie de círculos menores, a manera de anillos, que separan distintos órdenes de elementos. Dichos anillos están dispuestos concéntricamente en torno a un círculo central, donde aparece representado el rostro de una deidad; ésta se ha identificado comúnmente con el sol, Tonatiuh, pero también se ha sugerido que se trataba de la cara de la diosa de la tierra, Tlaltecuhtli".

Siguiendo el estudio del instituto, con este elemento podían detectar el inicio de la estación de lluvias, los tiempos secos para cuidar los cultivos y estar atentos a las catástrofes o temblores de tierra.

Ofrendas al universo

El imperio inca también tuvo una gran devoción por la astronomía, los movimientos del sol y en especial sobre las ofrendas. Pues resulta que, en Cusco, Perú, existe una construcción llamada Ushnu, donde los incas solían hacer ofrendas de líquidos en las ceremonias.

Ushnu

De acuerdo con estudios de la Universidad Católica del Norte de Chile, el principal líquido que ofrendaban al sol era la chicha. Entre los ritos se practicaba la libación, es decir, derramar licor en honor de alguna divinidad. A su vez que se hacían sacrificios de animales.

Allí mismo, donde hacían estas prácticas culturales, también servía como lugar astronómico para comprender los fenómenos del universo "el ushnu fue el centro arquitectónico de la plaza del Cusco y junto con el Templo del Sol influyó en el trazo del plano general de la ciudad (...) en las sociedades andinas la astronomía cumplió un rol importante, para los incas, quienes no sólo consideraron al sol, sino también al centro de la vía láctea para orientarse de manera más exacta". Aseguró el estudio.