Una de las curiosas tradiciones en la navidad de los colombianos, además del rezo de las novenas y los gozos, está la de esperar hasta la medianoche del 24 de diciembre para ubicar al niño dios en el pesebre, como símbolo de su nacimiento.
Con su nacimiento, además, llegan los regalos de navidad, al menos para quienes se lo pueden permitir en este país desigual y donde muchas familias sufren dificultades económicas.
Pero, ¿de dónde surgió la costumbre de poner al “niño dios” en el pesebre y dejarle a un niño recién nacido la responsabilidad de entregar los presentes de la navidad? Aquí te contamos.
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El origen de la navidad católica que se celebra en Colombia
La Navidad es la festividad cristiana que conmemora el nacimiento de Jesucristo, y desde hace siglos se celebra cada 25 de diciembre.
De acuerdo con los Evangelios de Mateo y Lucas en la biblia, Jesús de Nazareth nació en un pesebre de Belén, aldea de Oriente Próximo, y su llegada habría sido anunciada por un ángel.
Sin embargo, estas escrituras no especifican el día exacto del nacimiento, ni una época en particular que diera lugar al 25 de diciembre, próximo al fin de año.
Como es costumbre, esta fecha se escogió por conveniencia y no por más: se fijó, desde la época del Imperio Romano, el 25 de diciembre para hacer coincidir las fiestas paganas de la época con las nuevas costumbres cristianas y de esa manera “facilitar” su transición a la nueva y única religión.
Y es que eran varias las festividades que tenían lugar a finales de diciembre en territorio romano, coexistiendo durante los inicios del Cristianismo, principalmente vinculadas al solsticio de invierno del hemisferio norte.
Así, el emperador Constantino, quien fue el primero en legalizar el cristianismo en el Imperio Romano, estableció el 25 de diciembre para la conmemoración del nacimiento de Jesús, fijándose esta fecha como Navidad, término que proviene del latín nativitas, que traduce “nacimiento”.
El objetivo de esta superposición de fecha no era otra que convertir a los paganos romanos a la religión cristiana, estableciendo con esta fecha una tradición asimilable para quienes aún celebraban las fiestas Saturnales y el Sol Invictus.
El mismo 25 de diciembre ya era una fecha de celebración para los romanos: el Sol Invictus, un culto a la divinidad solar asociado al nacimiento de Apolo, dios del Sol.
Además, antes de su conversión al cristianismo, para favorecer la agricultura y la cosecha se adoraba en Roma al dios Saturno, y se celebraban unas fiestas paganas en su honor: las Saturnales.
Estas transcurrían originalmente entre el 17 y el 23 de diciembre coincidiendo con el inicio del solsticio de invierno, el período más oscuro del año, época en la que el sol sale más tarde y se pone más pronto, y era el momento del año en que las labores agrícolas finalizaban y tanto trabajadores de la tierra como esclavos podían descansar un poco del trabajo cotidiano.
Durante estas fiestas que se convirtieron en la Navidad, los romanos visitaban a sus familiares y amigos, intercambiaban regalos y celebraban banquetes públicos.
Todo esto ocurrió como iniciativa del emperador Constantino y el apoyo del sumo pontífice del momento, el papa Julio I.

El Niño Dios en la navidad colombiana
Aunque es difícil determinar exactamente porqué en Colombia elegimos el Niño Dios como el repartidor oficial de los regalos navideños, es probable que tuviera sus inicios en la tradición de hacer el pesebre para representar el nacimiento de Jesús, el cual se fijó para la medianoche del 24 de diciembre, y el comienzo del 25 de diciembre.
De acuerdo con Señal Memoria, la tradición del pesebre se remonta al año 1223, cuando San Francisco de Asís hizo la primera representación del nacimiento de Jesús, en Greccio, una localidad italiana en la provincia de Rieti.
“Este suceso ha llegado a nosotros gracias a uno de los primeros biógrafos de San Francisco de Asís, Tomás de Celano, en su obra Primera vida de San Francisco de Asís, que presenta los elementos principales que subsisten bajo la tradición del pesebre y de toda la cosmovisión navideña: la integración familiar, la búsqueda de los elementos para realizar el pesebre, los rituales propios de cada una de las escenas que se representan, desde la procesión hasta el alumbramiento y, desde luego, las oraciones”, explican los historiadores de RTVC.
La tradición se extendió por la acción de la comunidad de franciscanos que modificó la manera convencional de recordar el advenimiento de Jesús, que antes se hacía con pinturas y altares en algunas basílicas y capillas, hasta que llegó a nuestro continente como parte de la labor evangelizadora de la Iglesia católica, pues los misioneros recurrieron al pesebre como elemento didáctico que permitiera sobreponer la cosmogonía europea a la indígena.
Esto sumado a la devoción al Divino Niño que empezó en el Monte Carmelo en Israel, donde supuestamente Jesús frecuentaba con su familia, es posible que haya surgido esta particular tradición colombiana.
Esto debido a que en el año 1636, Jesús supuestamente le hizo una promesa a una monja carmelita del convento de Beaune en Francia, conocida como la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento, donde le aseguró que “todo lo que quieras pedir, pídemelo por los méritos de mi infancia, y nada te será negado”.
Al parecer, a los colombianos les sonó la idea de que justo cuando nace Jesús también llegan los regalos de navidad.