En Colombia no hay región, pueblo o vereda que no tenga historias de personajes míticos salidos de la selva, la montaña o el río. Estos seres legendarios hacen parte de toda una mitología popular que ha pasado de generación en generación.
Inspirados en uno de los 12 capítulos de la quinta temporada de 'Los puros criollos', que explora algunos de los mitos y leyendas más conocidos en el territorio colombiano, escogimos estos 6 personajes para crear unas cartas estilo tarot con ilustraciones de Elver Mora.
Barba larga y melena enredada, uñas afiladas y ojos que brillan en la oscuridad. En la región del macizo colombiano todo el mundo ha escuchado hablar del mohán, un tipo que merodea los ríos con un cigarro prendido en la boca, en busca de mujeres lavanderas para robárselas.
Cuenta la leyenda que la patasola es el alma en pena de una mujer que deshonró a su familia. Se alimenta de carne humana y chupa la sangre de quienes se atreven a entrar en su territorio, en los bosques y selvas de Colombia.
Dicen las matronas de Plato, Magdalena, que en las aguas del río más importante del país hay una criatura mitad hombre, mitad caimán. Cuentan que solía ser un pescador llamado Saúl Montenegro a quien le gustaba espiar a las mujeres que se bañan en el río.
Aseguran que podía convertirse en caimán temporalmente gracias a una pócima roja que le preparó un brujo de la Alta Guajira y, con otra pócima blanca, podía volver a su forma humana. Pero una accidentada confusión lo dejó en su forma actual.
En las noches oscuras de lluvia se escucha el bramido de una mujer que vive entre la espesa vegetación de las montañas colombianas. Según cuentan algunos campesinos, es una dama cubierta de hojas y musgos que cuando se enfada es capaz de desbordar ríos, causar inundaciones, destruir cultivos y acabar con caseríos enteros.
Sus ojos y los de su caballo alumbran en la oscuridad de la noche. Dicen que cabalga vestido de negro por las calles de los pueblos bajo la luna llena. Muchos dicen que lo han visto, pero nadie conoce su rostro pues siempre está oculto bajo la sombra de su sombrero de ala ancha.
¿Quién no ha escuchado hablar de la llorona? Desconsolada con su bebé en brazos, una mujer demabula por las veredas llorando y gritando en la noche oscura. Se dice que solía ser hermosa, pero ahora es una maraña de pelo sucio con harapos rotos y rostro cadavérico.
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