Vivimos en un mundo lleno de pantallas que están en constante competencia por nuestra atención. Entre las redes sociales, las aplicaciones interactivas e incluso el mundo laboral se establece dicha disputa, pero los contenidos son definitivamente los reyes de los dispositivos con pantalla. Dos de los más feroces competidores por atraparnos frente a una pantalla son los videojuegos y las películas.
La relación entre estos dos ha sido innovadora en el siglo XXI y el documental La guerra de las pantallas se pregunta ¿cuáles son las relaciones reales entre el cine y los videojuegos?, ¿cómo llegamos a tener películas que se hicieron videojuegos y videojuegos que se hicieron parte de la gran pantalla?, ¿en qué consiste esa relación y cómo se resuelven las disputas entre sí por el público?
Hoy más que nunca estas preguntas cobran sentido, pues ante la forma en la que el mundo ha cambiado y nuestra relación con el exterior está mediada casi siempre por las pantallas, vale la pena preguntarse cómo la industria del entretenimiento se relaciona para convivir de diferentes formas en dichos dispositivos.
En la actualidad, por ejemplo, la industria de los videojuegos tiene más peso en la economía que el cine, y es de esperarse que por ello el cine y los videojuegos hayan multiplicado sus colaboraciones. Sin embargo, incluso a medida que un número creciente de videojuegos se adapta a la pantalla grande y más películas se están convirtiendo en juegos, la relación entre estas dos industrias es muy acalorada.
Este documental francés, dirigido por Jeremy Fauchoux, y producido por Joachim Landau para Empreinte Digitale, cuestiona la relación entre el cine y los videojuegos, y para ello convoca las opiniones y experiencias de varios talentos de los dos respectivos medios.
De esta manera, podemos ver en la pantalla a Paul WS Anderson, especializado en películas de ciencia ficción y considerado como uno de los creadores del género de películas basadas en videojuegos como Resident Evil; Steven Lisberger, creador, escritor y director de Tron (1982) y Steven De Souza, guionista de la película de Street Fighter, basada en el popular videojuego que lleva el mismo nombre, entre muchos otros creadores que unen los dos mundos, el del séptimo arte y los videojuegos.