Los acontecimientos del “Bogotazo”, ocurrido el 9 de abril de 1948 tras el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, son la columna vertebral de la película Confesión a Laura (1990), una película coproducida por Colombia, Cuba y España, y dirigida por el cineasta caldense Jaime Osorio.
La película, escrita por Alexandra Cardona Restrepo y con la actuación protagónica de Vicky Hernández como Laura, Gustavo Londoño como Santiago y María Cristina Galvéz como Josefina, fue estrenada en el festival de cine de Huelva en 1990.
Confesión a Laura fue realizada en la Habana, capital de Cuba, pero destacó porque recreó con detalle elementos de la época cuando ocurrió el asesinato de Gaitán, así como el estilo de vida de la clase media Bogotana de mediados del siglo XX.
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Más allá del acontecimiento político
Confesión a Laura se desarrolla durante el estallido social y político que generó el asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, ocurrido el 9 de abril de 1948, durante una presidencia del partido Conservador.
El acontecimiento político, sin embargo, es una excusa para presentarnos a los personajes principales de la historia, pues tiene lugar a pocas cuadras de la Biblioteca Nacional, un punto álgido de las manifestaciones frenéticas de los ciudadanos, quienes respondieron al asesinato de Gaitán con una fuerte sacudida de violencia en la capital.
Allí vive Laura, una profesora de colegio que vive sola en su apartamento, y que tiene una fuerte relación de amistad con Josefina, una vecina que vive en un edificio frente al suyo.
La historia cuenta lo ocurrido el 10 de abril, fecha del cumpleaños número 45 de Laura. Josefina había preparado una torta para celebrar el natalicio de su amiga, pero le dice a su esposo Santiago que debe ir a entregársela, en vista de que tan sólo cruzar la calle podía significar un peligro inminente.
Cuando Santiago llega a la casa de Laura la situación se complica, y le es imposible regresar donde su mujer, pues un grupo de francotiradores del Gobierno se han ubicado en los tejados para controlar el orden público y asesinar a quien se atreviera a salir a la calle.
Allí, en el apartamento de su vecina, Santiago empezará a reflexionar sobre el transcurrir de su vida, acompañado de Laura, una mujer muy diferente a todas las que antes había conocido.
Los misteriosos francotiradores en los tejados de la ciudad, la proximidad de la violencia en las calles y su propia verdad obligará a los personajes a mostrarse sin velos, o como siempre desearon ser en realidad, justo antes de que la tragedia del Bogotazo toque a sus puertas.
