La tierra y el polvo desafiarán a los pedalistas en el Giro
En la antigüedad, los ciclistas que participaban de las grandes vueltas lo hacían con máquinas rudimentarias que transitaban senderos de tierras con algunos huecos y baches repletos de agua y barro. Una proeza que parecía más una lucha contra la naturaleza que una competencia deportiva.
Un ciclismo para sagaces y físicos privilegiados. Sin vehículos de asistencia, las etapas eran interminables. Cargados con botellas de agua, tubulares y parches, estaban expuestos a constantes peligros. Otros tiempos dirían los más grandes.