Una partida de ajedrez con la muerte es la trama principal de El séptimo sello (1957), una película dirigida por el legendario cineasta sueco Ingmar Bergman.
Considerada una de las principales piezas del cine universal, El séptimo sello es protagonizada por Max von Sydow, Bengt Ekerod, Bibi Andersson, Gunnar Björnstrand y Nils Poppe, donde interpretan a una caballero sueco, la muerte en carne y hueso y un pueblo cortesano enfermo y atrasado.
Ambientada durante una peste medieval, Bergman transporta al público a una conversación en la que la vida y la muerte tienen un alto contenido simbólico y filosófico, donde el miedo padecido por la humanidad frente a lo desconocido y a la búsqueda de sentido de la existencia son la carne de los 96 minutos de película.
Todo o nada
Antonius Block es un caballero que regresa a su pueblo natal en compañía de Jöns, su escudero. Ha pasado una década desde que se fue para luchar en las Cruzadas, por la causa de la fe.
Sin embargo, al regresar se encuentra con un paisaje desolador, puesto que Suecia, su país, ha sido azotada por la peste cobrando con ella incontables vidas.
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Cuando por fin Antonious y su escudero encuentran algo de paz en una playa, la muerte hace su aparición con la intención de llevarse con ella a Antonius.
El caballero, quien a lo largo de sus viajes y batallas se ha curtido para una situación así, reta a la muerte una partida de ajedrez, apostando con el juego su propia vida: si la muerte pierde la partida, no podrá llevarse al caballero.
El juego de ajedrez se desarrolla a medida que ocurren otros sucesos de la película en los que los personajes constantemente se ven en la vulnerabilidad de la condición humana, pues desde la cacería de brujas, las violaciones a mujeres, el robo, la burla e incluso la huída a la muerte van cuestionando la verdadera existencia de cada quien.
Al final, como es de esperarse, la muerte triunfa y se lleva con ella no sólo al caballero sino también a todos a quienes él ha acogido en su castillo donde, supuestamente, todos estarían a salvo de la peste que con seguridad cobraría sus vidas.
El simbolismo de El séptimo sello
El guión de El séptimo sello es un juego donde Bergman apunta a resolver su crisis existencial por el miedo a la muerte. Es por esto que la tradujo a partir de la alegoría medieval con el caballero jugando al ajedrez con la muerte.
León García, curador de la exhibición Ingmar Bergman 100 años
Esta película de Bergman, ampliamente celebrada y premiada en festivales como el mismísimo Festival de Cine de Cannes, tiene a la muerte como la protagonista por la cantidad de dudas existencialistas y de seguridades que se van al piso cuando las personas la enfrentan en realidad.
Sin embargo, la historia también está relacionada con el libro bíblico del Apocalipsis, con el que Bergman tendría cercanía -como con toda la biblia en general, pues era hijo de un estricto pastor protestante-, y del cual Bergman tomó la idea: “al abrir el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo…” concluye el apocalipsis, de acuerdo con las “sagradas escrituras”.
En el Apocalipsis una serie de siete sellos se va desplegando representando con ellos escenas de sufrimiento como la muerte, la guerra, la peste o el hambre. En este relato cuatro de ellos son anunciados por jinetes. El quinto sello revela la existencia de legiones de muertos y el sexto, la ira divina. En el séptimo solo aparece el silencio.
Esta relación con las preguntas existenciales y la religión, además, está inspirada en un mural del pintor medieval de iglesias Albertus Pictor (Albert Målare), quien también aparece como personaje en la película cuando el caballero apenas está llegando a su pueblo.
En una de las pintura célebres de Pictor se puede ver a una persona disputando una partida de ajedrez con la muerte, en una época donde era mucho más pronta y normal que en la modernidad tanto por las precarias condiciones de vida y conocimientos científicos al alcance de la población general como por el momento histórico que vivía Europa.
Este tipo de representaciones hacen parte de un género medieval conocido como Danza de la muerte, o Danza macabra, que recuerda que los goces mundanos tienen su fin y que todos han de morir.
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