Cuando Colombia se volvió Macondo

Un mes antes de que le entregaran el Premio Nobel, Gabriel García Márquez manifestó su deseo de celebrarlo con vallenatos y cumbias en Estocolmo. Pese a la oposición de la prensa colombiana, que temía que se hiciera el ridículo, artistas populares de todo el país decidieron cumplirle el deseo a Gabo. Así comenzó la historia de la mayor fiesta que se ha hecho en el Nobel, una celebración que, para bien o para mal, cambió la manera que teníamos los colombianos de concebirnos.

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