Llega la tercera serie documental de Aislados, producción que hace un revelador recorrido algunas de las regiones y comunidades más apartadas y desconocidas de la geografía colombiana.
Aislados muestra a través de testimonios y la narración de acontecimientos a sus habitantes desde sus modos de ser hasta de crear, creer, sentir y pensar, por lo que es una ventana a tradiciones y culturas preservadas por el distanciamiento nacional con los grandes cascos urbanos del país.
En cada capítulo de la serie el público se sumerge en un destino diferente, revelado a través de los personajes originarios y representativos de su comunidad, quienes se encargan de guiar el recorrido y mostrar a la audiencia sus procesos culturales y su forma de permanecer.
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Esta es la diversidad étnica y cultural de la tercera temporada de Aislados
La Chorrera (Amazonas)
La Chorrera es un corregimiento ubicado en el departamento del Amazonas. Allí habitan, aproximadamente 3.600 indígenas divididos en 22 cabildos conformados por 4 etnias diferentes: Uitotos, Boras, Okaínas y Muinanes.
En Aislados somos testigos de cómo estas comunidades comparten afinidad cultural, religiosa y tradicional.
En medio de la exploración los protagonistas cuentan la historia de la masacre de las caucherías a inicios del siglo XX y como está casi desaparece a su población.
Buenavista (Magdalena)
Buenavista es una comunidad palafítica (de viviendas sobre el agua) ubicada sobre aguas en la Ciénaga Grande de Santa Marta.
Allí viven aproximadamente 1.200 personas, divididas en 150 casas construidas en palafitos. La cuarta temporada de esta serie documental revela las culturas y tradiciones del lugar, definida en parte por su principal actividad productiva: la pesca.
Los colores de cada hogar resaltan y llenan de vida el lugar. Desde Tasajera a Buenavista hay aproximadamente una hora y quince minutos de trayecto en una canoa, lo cual lo hace una población bastante alejada de locaciones urbanas sobre tierra.
En Buenavista hasta los gatos disfrutan el agua y los jóvenes juegan fútbol y reciben clases en su pequeño mundo flotante.
Puerto López (La Guajira)
Puerto López es un corregimiento del departamento de La Guajira, jurisdicción de Uribia, ubicado en la Alta Guajira, cerca a la frontera con Venezuela.
Allí habitan 45 comunidades wayuu, por lo que Puerto López es el corregimiento de la zona que condensa el mayor número de estas comunidades en el departamento.
Las casas de los habitantes de Puerto López están diseminadas en un terreno desértico detrás de las ruinas del viejo puerto ubicado frente al caño donde se ubican los pescadores para salir a las faenas de pesca.
En los años 50 del siglo pasado Puerto López fue un puerto próspero producto del contrabando marítimo que incluso contaba con aeropuerto, comando de policía, colegio, almacenes y bares; pero esto ya no es así, y lo que queda allí es toda una tradición por la pasión propia del pueblo wayúu.
En este capítulo de Aislados T3 se revela cómo sobreviven los locales en un lugar recóndito, el cual conserva vestigios otros tiempos que no lograron borrar la ancestralidad, los sueños reveladores, la recursividad al extremo y amor por la familia, la tierra y los animales, los cuales componen las raíces de sus pobladores.
Sunape (Vichada)
Este capítulo de Aislados cuenta cómo se desarrolla la educación en un lugar aislado, como lo es la I.E. Internado Nuestra Señora de Fátima, en Sunape, donde habita la comunidad Sikuani del departamento del Vichada.
Allí sus profesores narran las muchas limitaciones con las que dictan clases en este lugar, mientras sumerge al público en las costumbres y formas de vida de las comunidades sikuani, así como sus creencias, mitos y leyendas.
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Cumaribo (Vichada)
A través de los testimonios de sus pobladores Aislados T3 reconstruye la historia de esta zona del Vichada, en Cumaribo.
Esta comunidad lucha por organizarse política y socialmente para desligarse de un pasado forjado por la economía de la coca.
Pero no es fácil, pues llegar allí por tierra solo es posible cuando no llueve, y solamente después de hacer un recorrido de 14 horas por camino destapado.
Cumaribo está aislado en medio de la inmensa Orinoquía y sobrevive a la bonanza coquera, la violencia y corrupción de los años ochenta y noventa, debido a la insistencia, al carácter y arraigo de sus habitantes, quienes conforman una población pluriétnica con seis pueblos indígenas de la Selva Matavén.
Nabusimake (Cesar)
Nabusimake, capital del Pueblo Arhuaco, es reconocida por ser el corregimiento más grande del municipio de Pueblo Bello en el Departamento del Cesar.
Se encuentra habitada por 35 mil personas aproximadamente, todos pertenecientes a la etnia indígena Arhuaca, distribuidos en diferentes sectores o veredas, y cuya lengua pertenece a la familia Chibcha.
Nabusimake parece detenido en el tiempo. Se trata de un asentamiento centenario extendido en un valle a más de 2000 metros de altura, el cual es para la cultura Arhuaca su capital ancestral.
Vivir y crecer allí para los indígenas tiene una razón de ser: preservar la Sierra Nevada de Santa Marta, el pico más alto del mundo en zona litoral y tropical, compartiendo este compromiso milenario con los Koguis, Kankuamos y Wiwas.
Este capítulo los protagonistas explican al público porqué ellos son los hermanos mayores de la tierra madre que sostiene al mundo, del agua y de la nieve que nivela al planeta, y que nosotros (los hermanos menores) debemos desistir de herir y enfermar a un ecosistema nacional que pierde progresivamente sus glaciares.
Pialapí Pueblo Viejo (Nariño)
El pueblo indígena Awá del departamento de Nariño se encuentra asentado en el piedemonte andino costero de la región Pacífica, entre los 200 y los 1.200 metros sobre el nivel del mar, en un ecosistema frágil de selva húmeda tropical.
Cuenta con 30.000 habitantes, 33 resguardos indígenas legalmente constituidos y seis en proceso de formación sobre una extensión territorial de 350.000 hectáreas, aproximadamente.
En este capítulo, conoceremos la forma de vida de los Awa en el resguardo Pialapí Pueblo Viejo, donde se vive una maravillosa experiencia para la conservación de la vida integral en un territorio clavado en las montañas cubierto por la niebla.
Los testimonios de los habitantes del Resguardo Indígena Pialapí Pueblo Viejo dejan ver sus modos y medios de vida, su cosmovisión y su experiencia de éxito por la conservación de la vida integral en su territorio.
Allí los Inkal Awá, o “gente de montaña”, reciben cordialmente a los visitantes que quieran conocer un cielo en la tierra: la Reserva Natural La Planada.
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