Imagen de la película 'Chocó' (2012).
La Cultura afrocolombiana en la pantalla grande
29 / 08 / 2024

Cultura afrocolombiana en la pantalla grande


Por Sebastián Acosta Alzate
Sebastián Acosta Alzate
29 / 08 / 2024
Imagen de la película 'Chocó' (2012).
0

Además de entretener, el cine colombiano cumple también una labor de de inclusión. Específicamente, en años recientes las comunidades afrodescendientes han ganado notoriedad en este medio, pese al aislamiento y olvido que han sufrido históricamente en nuestro territorio.

Dentro de la afrocolombianidad hay un enorme potencial de historias que nos cuentan como país, como sociedad, y por eso Señal Colombia les ha dedicado un lugar destacado en su franja 'En cine nos vemos' a esas películas que vislumbran puntos de vista sobre la comprensión de nuestra afrocolombianidad.

Películas como El vuelco del cangrejo (2009), dirigida por Óscar Ruiz Navia, se acerca a la realidad de algunas comunidades afro del Pacífico colombiano. La playa DC (2012), dirigida por Juan Andrés Arango, retrata la vida de una familia afro, pero esta vez en condición de migrante en Bogotá, con la adaptación cultural y los problemas que enfrenta, signados por el delito y la violencia, mientras que La sociedad del semáforo (2010), dirigida por Rubén Mendoza, también se acerca a un retrato de migración, pero esta vez la de un individuo en la marginalidad.

Si bien hay representación afrocolombiana en las historias y protagonistas de varias películas, suelen ser directores no afro quienes cuentan esas historias.

Frente a esto, Mauricio Cuervo, quien ha sido curador de cine en Señal Colombia, asegura que "este primer gran tirón de películas alrededor de personajes afrodescendientes y sus conflictos, todas ellas, es de resaltar, con una destacada recepción en festivales de cine del mundo. 

Aparece por primera vez un director y productor afrodescendiente con una película que escapa de los temas de las películas anteriores, acercándose a la violencia intrafamiliar y a la vida cotidiana como ejes temáticos. Se trata de Chocó (2012), dirigida y producida por Jhonny Hendrix Hinestroza, nacido en el departamento del Chocó, que fue estrenada en el Festival de cine de Berlín en 2012".

Dicha iniciativa fue muy importante pues, según Cuervo, se han producido en el país nuevas películas que han ampliado ese acercamiento a las comunidades afro de Colombia, permitiendo miradas femeninas, como en Keyla, dirigida por Viviana Gómez en 2017, que recoge la vida de una mujer que se enfrenta a un drama familiar, y es la primera película rodada en la pequeña isla de Providencia, con su lenguaje, particularidades culturales y actores raizales.

En esta misma línea, Siembra (2016), dirigida por Ángela Osorio y Santiago Lozano en 2016, retrata un drama familiar codificado por la violencia y el desplazamiento en Cali. Por otro lado, con la intención de mostrar la realidad de regiones olvidadas del país, está El día de la cabra (2017), dirigida por Samir Oliveros, rodada en la isla de Providencia, con un elenco local que se distingue además por ser una película familiar de aventuras y ser protagonizada por adolescentes afrodescendientes.

¿Colombia es el único país que hace cine afro?

Nuestro país no es el único en aportar en esta corriente del cine afro, de acuerdo con la antropóloga Natalie Adorno y su investigación "La identidad afrodescendiente dentro del cine colombiano", Estados Unidos y Brasil también han sido grandes referentes.

La experta argumenta que "países con fuertes movimientos de afrodescendientes, por ejemplo en Estados Unidos, dentro del cine de Hollywood, los integrantes de este grupo étnico hasta hace pocos años tenían papeles de desadaptados sociales, empleados subalternos, desempleados o drogadictos. Una representación que está cambiando, seguramente debido a una voluntad política de imponer una nueva imagen del afroamericano".

Frente a esta voluntad de cambio, Adorno trae a colación la frase del escritor Jean-Joseph Palmier: "facilitando la emergencia de un estrellato y una élite afro, la clase política busca promover una cierta forma de integración".

A su vez, el caso brasileño despertó inquietud en ella. "En Suramérica, Brasil es un país que tiene también una fuerte trayectoria de reivindicación étnica dentro de sus producciones cinematográficas y en particular en lo que concierne el pueblo afrodescendiente", asegura su investigación.

Incluso, compara a Colombia con Brasil en materia de cine afro y concluye que "A diferencia de la historia del cine afrobrasilero donde la toma de conciencia de la diáspora ha sido llevada a cabo por cineastas afrobrasileros, en Colombia, los realizadores siguen siendo en su mayoría “blancos”, “mestizos” que, si bien es cierto, no pertenecen a los movimientos identitarios de los “negros”, sí se unen a sus causas. 

Es lo que se observa al describir elementos propios a las identidades de las poblaciones afrocolombianas que resaltan de estas películas. Es importante tener en cuenta que los directores no los reivindican como filmes específicamente étnicos, inclusive en el caso de Chocó, cuyo director es afrodescendiente. Sin embargo, estas películas comparten una posición política clara que favorece el respeto por la población afrocolombiana".