Imagen de la película 'Cometas en el cielo'.
Imagen de la película 'Cometas en el cielo'.
05 / 07 / 2017

Lagrimómetro del cine, del nudo en la garganta al trauma


Por Sherly Montaguth Gonzalez
Sherly Montaguth Gonzalez
05 / 07 / 2017
Imagen de la película 'Cometas en el cielo'.
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El cine no solamente te lleva a conocer otros mundos y otras realidades, también te enfrenta con dilemas de un existencialismo monumental que te hacen cuestionar tus valores, decisiones, memoria y hasta amores pasados o presentes.

Hay películas que te hacen llorar, como cuando viste Bambi por primera vez, y te hacen pasar por distintos niveles de emotividad hasta llegar a una llorada monumental de la cual solo sales con algún tipo de trauma.

Aquí te presentamos los cinco estados del lagrimómetro, momentos que todos hemos vivido al ver una película desgarradora:

1. Nudo en la garganta, voz entrecortada

Ese momento en el que empieza el drama y sientes que te atoras. Pasar saliva se hace más difícil porque la película te ubicó en una tragedia sentimental ajena y la tienes que padecer con el protagonista...

 

2. Ojo aguado, abanicada ocular

Porque manotearle a los ojos te hace sentir que el charco en cada uno se empieza a secar. Así es la segunda fase después de que fracasas miserablemente aguantando el nudo en la garganta. Esa sensación de tener los ojos a punto de desbordarse por cuenta de un parpadeo.

 

3. Cachete inundado, maquillaje corrido

No pudiste contener las lágrimas manoteando y ya estás con los ojos rojos o el maquillaje chorreado, los cachetes mojados por la cascada que estás soltando y la nariz ya se pone colorada. Aquí ya empiezas a sentir algo de vergüenza llorar con una historia ficticia.

 

4. Grito herido, moco tendido

La película te pegó, la historia está a cinco minutos de traumatizarte de por vida, así que empiezas a soltar todo ese trauma reprimido por años a punta de sonada de mocos y a justificar el llanto a grito herido, porque claro, ¿qué es llorar a moco tendido sin pelearle al actor que ocasionó tal desgracia?

 

5. Acurrucada en la ducha, mecida postraumática

Ya. La película te marcó. Te jodió la vida. No serás la misma persona y ya estás meciéndote con mirada enternecida mientras te preguntas por qué has desperdiciado tu vida y por qué el mundo te odia. Todo mal, apaga y vámonos.

Películas de esas que son para llorar y cortarse las venas, porque ¿quién no ha tenido una traga maluca?