En un país de mitos y leyendas populares como Colombia resulta curiosa la gran popularidad de una festividad importada como el Halloween o día de brujas.
El día de brujas es una celebración con una larga historia que proviene de una antigua tradición celta que marcaba el año nuevo.
Durante tres días, del 31 de al 2 de noviembre, se creía que la brecha que divide el mundo de los espíritus al de los humanos se hacía más estrecha, por lo que los espíritus podían caminar entre nosotros.
Para poder confundirlos, los humanos se disfrazaban en esas fechas y dejaban ofrendas de comida y de regalos en sus hogares. Esta tradición fue mutando con el tiempo y se extendió por el mundo.
La televisión también se vio afectada, por lo que hablamos sobre la importancia de la televisión en festividades como Halloween con el antropólogo, historiador e investigador de misterio colombiano Esteban Cruz.
Cruz nos habló sobre por qué tenemos esta festividad en Colombia y cómo nos relacionamos con los mitos y leyendas que hacen parte de nuestra idiosincrasia pero no hacen parte de esta celebración.
Esteban Cruz se ha dedicado a hacer periodismo de misterio en el que se divulgan temáticas relacionadas a los enigmas, leyendas y mitos y a las preguntas que queremos responder pero no podemos.
A continuación, lee la entrevista que le hicimos.
¿Por qué cree usted que tenemos en Colombia una celebración extranjera como lo es Halloween?
Voy a responder como antropólogo. Siempre hay una hegemonía en la comunicación, en la cultura y, como diría Gramsci, siempre existe lo hegemónico y lo subalterno. Y de alguna manera, lo hegemónico va permeando lo subalterno y nos va a influyendo culturalmente.
Esto también lo dice un autor que se llama Néstor García Canclini, en su libro Las culturas populares en el capitalismo, en el que afirma que muchas de las cosas que se cree en la cultura popular son una reproducción de lo hegemónico. Entonces yo siento que esto es lo que pasa con nosotros en el Halloween.
E incluso en las protestas: acá se tumban estatuas, no porque se tumben estatuas como una forma de expresión autónoma. Para mí como antropólogo, es un eco de que se tumbaron estatuas seis meses antes en Estados Unidos, que es la cultura dominante.
Acá se hacen protestas masivas, no porque no haya razones para no hacerlas, pero si no hubiera existido la protesta que hubo en Chile, o en Estados Unidos, no la hubiéramos tenido.
Lo que tenemos es una especie de eco. Halloween es lo mismo. Es un eco cultural a través de las películas a través de la gente que viaja y vuelve, a través de los juguetes que se compran como bienes materiales de consumo, donde se transmite la tradición anglo y se crea una versión nuestra "tropical" colombiana del Halloween que va a salir también en los programas de TV.
¿Cómo celebramos el Halloween en Colombia?
El Halloween nuestro está desconectado del origen de lo que empezó siendo esta celebración. El nuestro es más festivo.
El original, que viene de los celtas, del Shamhain, se remite a que en el final de octubre era el día que marcaba el nuevo año y en el que los muertos volvían a caminar entre los vivos.
Era el día en que los espíritus retornaban. Para eso se disfrazaban y dejaban comida para que los muertos malvados no los atacaran.
Cuando llega la tradición a Estados Unidos, empieza a cristianizarse, pero sigue estando ligada a los muertos y se transforma y se comercializa. Y esa hegemonía comercial nos llega a nosotros y acá lo volvemos una gran fiesta.
Nosotros tenemos esta fiesta como un carnaval más, pero lo estamos desligando de los muertos porque nuestra tradición es otra. La tradición nuestra está más ligada al día de las almas y de todos los santos, que es el 2 de noviembre, en el que vamos a una misa.
Nuestras festividades no fusionan nuestros espantos como la Patasola o el Hojarasquín del monte con el Halloween. Son dos dimensiones distintas.
¿Cómo es nuestra relación con nuestros espíritus?
Las cosas paranormales en nuestra sociedad no tienen días específicos. No tienen momentos específicos generales. Como dice Germán Castro Caycedo, "nuestra sociedad colombiana son varias naciones en una".
De hecho, en algunas regiones del país sí hay la creencia de que aparecen ciertos espantos en algunas épocas, sí hay la creencia de que las ánimas salen cuando el río está crecido. Incluso García Márquez ha escrito algo sobre los fantasmas de agosto.
Nosotros tenemos una tradición que no riñe. Importamos el Halloween y lo volvemos una fiesta. Nuestro Halloween no es de miedo, ni de espantos.
¿Existe una necesidad de aprender nuestros mitos?
En mi opinión, el asunto de los espantos está más en la práctica. Sí tiene una educación más en la comunidad y en la familia que en la oficialidad.
Si uno va a unas regiones del país, muchos conocen las historias del "Duende del puente", de la "Niña de la carta", de la "Bola de fuego", que se aprenden por tradición oral de la abuela, de los niños, de los adultos.
No necesitan un día en específico y en la oficialidad no está, pero en el mundo de lo popular se transmite: no con enciclopedias, no con videos, no con páginas en internet, pero por la palabra. Ahí está la fuente, que viene desde lo ancestral.
¿La televisión tiene un papel para hacer reconocer este tipo de expresiones?
La televisión no ha explorado mucho estos temas yo creo que no por miedo al rating, sino por no hablar de algo tan importante o tan intelectual.
Se considera que son temas muy banales a lo que normalmente necesitaría la gente. Sin embargo, yo hago programas de misterio y el público siempre ha respondido masivamente. Por eso creo que valdría la pena arriesgarse a mostrar más estas relaciones.