¿Recuerda a Chris Froome observando su potenciómetro, el aparato que mide cómo se encuentra el ciclista de acuerdo al recorrido que está realizando, en Lagos de Covadonga durante Vuelta a España? Si no la tiene en mente, aquí le contamos la polémica que se generó después de este episodio.
Mientras se realizaba la subida al mítico alto español, el británico observaba reiteradamente este dispositivo. Esto hizo que se hablara del uso del mismo en competencia. Froome es uno de los defensores del uso de la tecnología en carrera, mientras que pedalistas como Alberto Contador aseguran que le resta espectáculo a la prueba.
Incluso, en aquella ocasión, Joaquím ‘Purito’ Rodríguez afirmó a la cadena de televisión Eurosport “Si las patas no van, los números no funcionan”.
No obstante, el uso de la tecnología es cada vez más frecuente en el deporte y en el ciclismo. 95% de los corredores profesionales utilizan la misma en los entrenamientos y en las competencias.
Jenaro Leguízamo, exciclista y ahora entrenador deportivo es uno de los colombianos que ha innovado con la aplicación de la ciencia en el deporte. Grandes corredores como Nairo Quintana, Rigoberto Urán y Esteban Chaves han hecho parte de su programa de entrenamiento.
Lo primero que se realiza es una prueba de esfuerzo en 3 sistemas: cardiovascular, metabólico y neuromuscular. Con las variables de esta prueba se determinan las condiciones físicas del pedalista, sus fortalezas y debilidades y a partir de los resultados se enfoca el entrenamiento según el número de carreras y la importancia de las mismas. “Se deja de lado el entrenamiento por sensaciones para acercarlo a la perfección de los números”, asegura Leguízamo, quien fue seleccionador nacional de ciclismo de ruta de 2011 a 2013.
Los resultados se enfocan en 3 aspectos: biomecánico, antropométrico y fisiológico. Si se compara el cuerpo humano con un carro, el elemento biomecánico sería la alineación y el balanceo, el antropométrico podría ser similar a la presión de las llantas y el fisiológico se asemejaría a la parte interna del motor.
En el plan de entrenamiento y gracias a dispositivos como el potenciómetro se pueden analizar elementos de cada tramo del recorrido: cómo se comportó la frecuencia cardíaca, la potencia que generan sus piernas y los pedalazos por minuto por cada segmento, entre otros.
Se tienen en cuenta factores como el volumen, número de horas y de kilómetros recorridos, intensidad el ritmo que ejerce el pedalista durante el trazado, el terreno por el que pedalea el corredor (plano, montaña, descenso) y la cadencia, el número de revoluciones por minuto durante el recorrido.
Los resultados de cada entrenamiento se monitorean en aplicaciones y software como Garmin Connect y Strava, Garmin lee la frecuencia cardíaca, la potencia, la cadencia, la velocidad, la altitud y la posición en el espacio, cuando el dispositivo está conectado a algún sistema operativo como IOS o Android la información pasa de manera automática y los deportistas y los entrenadores conocen inmediatamente cómo fue el rendimiento durante la jornada.
“No se puede pretender que un corredor esté en su mejor punto de forma todo todo el año. Hay ciclos que se programan de manera progresiva, buscando que llegue en su mejor condición física para una carrera específica del año”, asegura Jenaro.
Después de trabajar en pro de dicha competencia y de disputarla se pierde la condición física. A partir de ese momento se empiezan a trabajar los procesos regenerativos, para alcanzar luego un punto superior o similar en el que el pedalista se encontraba, añadió Jenaro, quien está cursando un doctorado en educación con especialización en investigación de la educación física, el rendimiento y la salud en la Universidad Internacional Iberoamericana en México.
La aplicación de la tecnología en el ciclismo le da más elementos a los corredores para que tengan en cuenta factores externos en su práctica deportiva y así puedan mejorar su rendimiento. El tema sigue generando controversia, sin embargo en nuestro país se ha venido desarrollando con fuerza y es más común ver a los ciclistas apoyarse en la tecnología para alcanzar su desarrollo profesional.