Conoce a los guardianes de las bicicletas de pista / Juan Carlos Quintero
Conoce a los guardianes de las bicicletas de pista / Juan Carlos Quintero
31 / 03 / 2017

Conoce a los guardianes de las bicicletas de pista


Por Señal Colombia
Señal Colombia
31 / 03 / 2017
Conoce a los guardianes de las bicicletas de pista / Juan Carlos Quintero

En el ciclismo existe un factor trascendental que fortalece la unión entre el ciclista y su bicicleta: la mecánica. Armar, desarmar, pulir y embellecer una bicicleta, montar y desmontar ruedas, manubrios y tubulares. Ese es el oficio de constancia y paciencia de Aliter Tejada y Daniel Echavarría, mecánicos de la selección Colombia de pista.

 

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Las bicicletas de Fabián Puerta, Fernando Gaviria, Juliana Gaviria, Milena Salcedo, Edwin Ávila y otros tantos campeones de los seleccionados nacionales, han recibido el trato meticuloso, ágil y profesional de este par de jóvenes. Daniel tiene 24 años y empezó a viajar con las delegaciones a los 18 por recomendación del técnico José Julián Velásquez, a quien poco le importó la cédula y lo llevó sin prejuicios a los Juegos Bolivarianos del 2009. Aliter, de 26, entró en la delegación nacional para los Juegos Panamericanos de 2011, avalado por Jhon Jaime González.

“A veces es un trabajo ingrato, pero lo disfruto”, dice Aliter. “Aquí algo es claro: esto no se hace por el dinero que puedes llegar a ganar”, añade Daniel. Los dos coinciden en ese punto: disfrutar a pesar de la tensión. Sólo así pueden ser tan pacientes como un artesano. Ambos llegan dos horas antes que los corredores al velódromo, para alistar el material, las 14 bicicletas y ubicar los rodillos.

Una vez llegan los ciclistas, comienzan a caminar más rápido en la rotonda del velódromo. Agarran infladores, brillan con silicona, sacan repuestos de maletas gigantes, templan cadenas, cambian platos y relaciones con sacapiñones, llevan una llave en el bolsillo de atrás y mantienen con las manos negras hasta el final de la jornada. Sufren y disfrutan tanto o más que los ciclistas.

De hecho, Aliter fue juvenil del GW Shimano. “No era tan malo”, recuerda sonriente. “A mí se me salieron las lágrimas cuando Edwin Ávila ganó en Holanda”, dice Daniel. “Sí, es que eso es muy emocionante”, replica su colega, empleado de la Liga de Ciclismo de Antioquia y quien si se presentara la ocasión, dedicaría un espacio de su tiempo a los estudios de Biomecánica. La vida de Daniel, en cambio, gira entorno a las bicicletas y a la tienda que administra con su familia en la Unidad Deportiva María Luisa Calle, una de sus compañeras de viaje.

Hoy, su vocación los vuelve a reunir en Francia, uno de los tantos países que se suman a la larga lista de otros que ya han conocido. No se jactan de ello, pero sí del orgullo que representa cada victoria en la que han sido partícipes. “Ellos son los que levantan las manos y se llevan un justo reconocimiento, pero detrás también hay gente que los apoya y está pendiente de que nada les falte”. Y nada les faltará mientras ellos estén al frente como confidentes de las bicicletas.