María Fernanda Monroy tiene 25 años. ‘Mafe’, como la llaman sus amigos, es estudiante de publicidad y amante de la bicicleta. A los cinco años aprendió a montar en ‘bici’, gracias a su padre, en una todoterreno con marco para hombre. No le molestó nunca y de hecho cuando su familia se trasladó a Pijiño, Magdalena, en lo que entonces era un corregimiento de Santana, llevó su bicicleta amarilla desarmada en la lancha.
El lugar no llegaba a los mil habitantes, los carros que llegaban lo hacían por medio de planchones y la cotidianidad de los sábados y domingos se rompía gracias a Mafe, quien se reunía junto con sus amigos en la plaza a pedalear. No todos podían adquirir una bicicleta, por lo que la suya se convirtió en una de las referentes del pueblo. Era una de las pocas alumnas que llegaba en 'bici' al colegio, recorrió durante dos años las calles de Pijiño, hasta que se trasladó de nuevo a Bogotá. La ‘bici’ amarilla fue heredada por un primo suyo, quien tenía una más pequeña que él y estaba pinchada. 'Mafe' no ha vuelto a Pijiño desde ese entonces, pero su amor por la bicicleta siguió intacto.
Se esforzó subiendo puentes con una playera que le dio tiempo después su papá, practicó ciclomontañismo en Bojacá y ahora anda en una ‘fixie’, una bicicleta de piñon fijo parecida a las que utilizan los corredores de pista. En la universidad, junto a su novio Camilo, se le ocurrió la idea de vender algún producto, pero que la forma de repartirlo fuera a través de domicilios en bicicleta.Primero pensaron en huevos, pero trasladar un alimento tan frágil en la ‘bici’ era complicado. La madre de Camilo les sugirió que empezaran a probar con merenguitos y así nació ‘Merenguitos en Bici, “una propuesta en en la que se combina la bicicleta y la cocina”, asegura María Fernanda.
Su debut en las ventas fue en el Parque Simón Bolívar, en un una competencia de fixies en un pequeño velódromo. Camilo iba a competir y aprovecharon para llevar los merenguitos, no tenían experiencia como vendedores y la pena los invadió en el momento. Sin embargo, el presentador del certamen se fijó en que llevaban merengues y llaveros de bicicletas y empezó a hacerles preguntas sobre el producto. Al final cuando hablaba a través del megáfono propuso que los ganadores aparte de recibir premios como rines, marcos, tapas etc, se llevarían también un paquete de merenguitos.
No fue necesario que el animador dejara de hablar para que los asistentes del lugar empezaran a comprar el postre que habían hecho María Fernanda y Camilo. Ese día se vendió todo. Desde el 2012 el negocio se ha mantenido. Los pedidos han aumentado y ya no son solo familia y amigos los que compran, sino también amantes de la bicicleta. Cada paquete cuesta cuatro mil pesos que incluye merengues, pedaleada hacia el lugar donde solicitan el domicilio, llavero de bicicleta y tarjeta de 'Merenguitos en Bici'.
La pareja cocina el postre cada ocho días de acuerdo al número de solicitudes de merenguitos que reciben a través de las redes sociales, organizan la ruta y dependiendo de la disponibilidad del tiempo de cada uno, reparten los merengues en diferentes puntos de Bogotá. Se han enfrentado a la ardua búsqueda de direcciones en la ciudad, a grandes recorridos y (a propósito del Día Mundial de la Bicicleta) a transportarse en un elemento que ha venido creciendo no solo como medio de transporte, sino también como una herramienta de trabajo.
Foto: Página de Facebook 'Merenguitos en Bici'
Texto: Natalia Vargas