Estar en la élite de la natación internacional siempre fue el sueño de toda su familia. En especial el de su padre, Ómar Pinzón Useche. Él siempre quiso que su hijo, Ómar, fuera el mejor. Y por eso durante toda su vida se encargó de hacer todo lo posible para que sus metas se convirtieran en realidad. El motor de su carrera: su padre. Ese impulso que todo niño necesita para crecer como persona.
Esa voz de aliento que cada persona requiere para seguir adelante cuando las cosas no marchan como uno quiere. Por eso, una de las cosas que más han afectado a este nadador bogotano de 28 años fue la muerte de su “viejo”, como cariñosamente lo llamaba. “Hace tres años perdí a mi papá por un cáncer y me dolió muchísimo. Él fue la persona que siempre me motivaba a soñar en grande, a seguir luchando a pesar de las dificultades, a pesar de los obstáculos que nos pusiera la gente. Era mi mejor amigo, era esa persona a la que le podías contar cualquier cosa porque siempre tenía la palabra justa para decirme. Fue muy importante para mi carrera. Aunque fue un momento triste, son cosas que hay que vivir como una prueba que hay que saber pasar. Son cosas que te marcan la vida para siempre”, recuerda con nostalgia Ómar Pinzón.
Aunque al principio Ómar no quería nadar, su papá le insistió tanto que terminó convenciéndolo. Era muy pequeño, tendría alrededor de seis años. Apenas tuvo contacto con el agua sintió algo dentro de él que se hace difícil de explicar. “Muchos dirán que es emoción pero yo diría que fue pasión. La pasión que siente cualquier persona cuando está haciendo algo que realmente lo hace feliz”, dice.
En el colegio tenía la opción de ir a un club en el norte de Bogotá a hacer deporte. Y como sentía una gran conexión con el agua intentó meterse a clases de natación pero ya no había cupos, así que se inscribió a otros deportes como taekwondo, tenis y fútbol. Pero se dio cuenta que nadar era lo suyo. Y así lo hizo hasta convertirse en uno de los mejores nadadores de nuestro país. Sin embargo, Ómar vivió en el 2012 una pesadilla que por poco lo aleja de las piscinas. Dio positivo por cocaína. Un golpe durísimo para él y su familia. Aunque siempre supo que era inocente, todo lo que se habló le afectó mucho.
“Todas las carreras tienen momentos altos y bajos, pero pienso que el falso positivo del doping ha sido lo más difícil de mi carrera. Aunque lo que más me dolió fue que en ese proceso perdí a mi padre. Desafortunadamente Lo bueno de todo esto fue que entendí el amor que un padre puede tener por sus hijos. Él siempre confió en mí, siempre estuvo a mi lado. Creyó en mi inocencia a pesar de que los medios estaban en mi contra. Yo sé que en el fondo él estaba tranquilo porque sabía que esto se iba a solucionar a nuestro favor”.
Cuando por fin salió la sentencia de inocencia Ómar se sintió tranquilo. Siguió con su carrera a pesar de haber perdido a su padre. Entrena todos los días para alcanzar su máximo nivel. Ha conseguido medallas en casi todos los campeonatos que ha disputado y actualmente se prepara para los Juegos Bolivarianos Santa Marta 2017, donde actuará en el Complejo Acuático de la ciudad entre el 20 y 23 de noviembre. Allí mostrará por qué su destreza en el agua lo hace único en Colombia.
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El mayor éxito de este nadador bogotano en los Juegos Nacionales lo obtuvo en 2008 cuando ganó ocho medallas de oro.