Rodolfo Torres, el ciclista que nació en el pueblo más pequeño de Colombia
Rodolfo Torres, el ciclista que nació en el pueblo más pequeño de Colombia
04 / 06 / 2017

Rodolfo Torres, el ciclista que nació en el pueblo más pequeño de Colombia


Por Señal Colombia
Señal Colombia
04 / 06 / 2017
Rodolfo Torres, el ciclista que nació en el pueblo más pequeño de Colombia
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Nacer en el pueblo más pequeño de Colombia no le impidió a Rodolfo Torres Agudelo ser un ciclista profesional. A 85 kilómetros de Tunja, vía a Sogamoso y en medio de ciudades pioneras en el desarrollo industrial y comercial, se impone tímidamente Busbanzá.

Apenas 20 minutos de recorrido son necesarios para conocer este municipio. Tres cuadras rodeando los costados del parque, 250 casas aproximadamente y menos de 1500 habitantes hablan de la pequeña localidad, que durante la década de los noventa fue testigo del crecimiento deportivo de Rodolfo. Gracias a Felipe, su hermano mayor, heredó la pasión por el ciclismo.

‘Pueblo chico, infierno grande’, reza el dicho. Sin embargo, para Rodolfo resultó todo lo contrario: convivir con pocos niños, le ayudó a sobresalir en el ciclismo. A pesar de lo pequeño del municipio, las oportunidades nunca le fueron escasas. “Me acuerdo que mis hermanos y yo nos turnábamos la única bicicleta que teníamos. Todos los días hacíamos carreras para saber quién corría más rápido, pero casi siempre ganaba mi hermano Felipe; como era el mayor tenía más habilidad”, comenta Rodolfo.

Sus otros hermanos, Ciro, Julio, Luz Dany y Fabio, también tenían impregnada en su esencia la pasión por la bicicleta. Juntos recorrían los 22 kilómetros cuadrados de Busbanzá. Aunque no era un trayecto montañoso ni propicio para entrenar, ellos los disfrutaban al máximo. Sin embargo, a medida que fueron creciendo, la bicicleta fue quedando en un segundo plano. Pero para Rodolfo, el hijo menor de don Domingo y doña Helena, el sueño de recorrer las carreteras europeas montado en una bicicleta lo ilusionaba todavía más. “Comencé muy pequeño. Mi meta siempre fue imitar a los grandes ciclistas colombianos de la época. Gracias a mis habilidades empecé a ser reconocido y apoyado por las autoridades del pueblo”, recuerda.

A medida que él se hacía más grande, su pueblo le quedaba más chico. Girar alrededor de la plaza ya no le demandaba ningún esfuerzo. Con el apoyo de su familia, Rodolfo llegó a Bogotá. Allí y gracias a su hermano mayor comenzó a entrenar con el equipo ‘Boyacá es para vivirla’. Después de un tiempo viajó a Italia para disputar algunas carreras de ciclomontañismo y aunque los resultados lo acompañaron, extrañar a sus seres queridos lo hizo regresar antes de tiempo.

“Estar lejos de la familia es un tema difícil. El cambio de cultura es bastante complejo; la comida, el clima y la soledad no me dejaron acostumbrarme. Entonces decidí regresarme para Colombia y gracias a Dios y a mis condiciones pude entrenar primero con ‘Lotería de Boyacá’ y luego con ‘Formesán’”, reconoce Rodolfo, quien en ese momento entendía que volver otra vez al país no iba a ser impedimento para continuar con sus sueños.

Ya más maduro y consciente de que tenía que acomodarse a su nueva realidad, Rodolfo puso en práctica todo lo que había aprendido en el viejo continente. La disciplina, la manera de entrenar y la alimentación, comenzaron a tomar importancia en su vida. Rápidamente comenzó a sobresalir sobre los demás corredores colombianos. Su tenacidad y determinación, así como un estado físico envidiable lo llevaron al Team Colombia y después al Androni Giocattoli, escuadra italiana a la que llegó en 2016.