‘Santi’, el niño que firmó su primer autógrafo a los 13 años, hace historia
31 / 03 / 2017

‘Santi’, el niño que firmó su primer autógrafo a los 13 años, hace historia


Por Señal Colombia
Señal Colombia
31 / 03 / 2017
0

La gorra y las camisetas eran más grandes que su cabeza y su cuerpo. Y la raqueta era más larga que su tronco inferior. Santiago Giraldo estuvo por muchos años muy abajo del promedio de estatura, tanto que por el miedo a quedarse bajito, se colgaba de barras y ramas ocasionales. Y se veía más enano cuando se subía de categorías y enfrentaba a rivales hasta tres años mayores. Su tenis, por el contrario, estaba muy superior a la del promedio. Desde siempre.

Lo vi por primera vez en una cancha de tenis, como debía ser. Tenía unos nueve años, pero parecía de siete. Y enfrentaba en la cancha 6 del Campestre de Pereira a un rival con el doble de estatura y masa muscular que Santiago. Él sujetaba una raqueta ‘Head’ de cabeza pronunciada y debía pegar a unos cinco metros de la línea de fondo (casi tocando el muro) porque sólo ahí la bola no le quedaba tan alta para impactarla. Gritaba por cada golpe y el rival se intimidaba progresivamente.

Todos apoyaban a Santiago, en parte porque en ese club creció y en parte porque desde siempre se construyó un imaginario colectivo: Santiago Giraldo sería profesional. Nadie quería poner en tela de juicio su capacidad pitonisa. Y ese partido, en efecto, lo ganó a fuerza de gritos y globos y por hazañas como esas, ya demandaba admiración. Y así llegó el día en que le pidieron el primer autógrafo, el 11 de febrero de 2001, cuando apenas tenía 13 y acababa de ganar un partido en un torneo regional en el mismo Club Campestre. Diego Marulanda, socio de allí, les dijo a sus hijos Camilo y Mateo que se lo pidieran, porque su futuro era prometedor.

Ambos hermanos, que también jugaron tenis por años en ese club, tenían 10 y 7 años. Se acercaron con timidez a la mesa donde se sentó Santiago después de ganar. Y por orden del mayor (por esa extraña potestad que tiene el primero en nacer), el más pequeño le pidió lo inédito. Santiago se sonrojó. Nunca le habían requerido algo así, pero estampó su primera rúbrica aún con letra de colegial:

Pereira, 11 de febrero.

Para Camilo y Mateo Marulanda, mi primer autógrafo:

Santiago Giraldo S.

La hoja de cuaderno, que cada vez pierde más su blancura, ha permanecido en un álbum de la familia desde entonces. Ese pedazo de hoja y de historia, sirve como prueba de que Santiago ha crecido, porque su firma ya es por estos días un maremágnum de líneas que esta sociedad acepta como elegante. De hecho, la estampó este año en plena cámara al derrotar a Andy Murray en el Masters 1.000 de Madrid con un mensaje patriotero: “Soy Colombia”. Pero la primera rúbrica solicitada por los Marulanda también es la muestra de que los presagios de todos se cumplieron.

13 años después de aquella tarde en el Campestre de Pereira, Santiago ocupa el Top-30 del escalafón (el mejor de un nacional en la historia) después de convertirse en el primer colombiano en llegar a una final de un ATP 500 y de ser preclasificado en un Grand Slam. Total: se cumplió la profecía de los Marulanda.

Foto: EFE.