URSS: qué significó su caída en 1991 y cómo transformó el mundo
URSS: qué significó su caída en 1991 y cómo transformó el mundo
26 / 12 / 2025

URSS: la caída de un Estado que marcó el siglo XX


Por Tomás Pianeta
Tomás Pianeta
26 / 12 / 2025
URSS: qué significó su caída en 1991 y cómo transformó el mundo
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URSS dejó de existir oficialmente el 25 de diciembre de 1991, cuando Mijaíl Gorbachov anunció su renuncia como presidente y la bandera soviética fue arriada del Kremlin. Con ese gesto simbólico concluyó uno de los proyectos políticos, económicos e ideológicos más influyentes del siglo XX, poniendo fin a más de siete décadas de historia y reconfigurando de manera profunda el orden mundial.

URSS fue mucho más que un Estado: fue un actor central en la política internacional, una potencia militar y científica, y el principal referente global del socialismo real. Su existencia moldeó alianzas, conflictos, revoluciones y debates ideológicos en todos los continentes, especialmente durante la Guerra Fría, período en el que el mundo quedó dividido entre dos grandes bloques: el capitalista, liderado por Estados Unidos, y el socialista, encabezado por la Unión Soviética.

URSS

URSS y su influencia en el mundo

Desde su creación en 1922, la URSS ejerció una influencia determinante en la historia global. Su papel fue clave en la derrota del nazismo durante la Segunda Guerra Mundial, en la carrera espacial, con hitos como el lanzamiento del Sputnik y el primer ser humano en el espacio, y en el apoyo político, militar e ideológico a movimientos de liberación nacional en Asia, África y América Latina.

La existencia de la URSS ofreció una alternativa al modelo capitalista dominante, inspirando sistemas políticos, economías planificadas y proyectos sociales en numerosos países. También impulsó la consolidación de partidos comunistas y socialistas en Europa occidental y fomentó debates profundos sobre derechos laborales, redistribución de la riqueza y soberanía nacional.

El colapso soviético y sus causas

La disolución de la URSS fue el resultado de múltiples factores acumulados a lo largo de décadas: estancamiento económico, tensiones internas entre las repúblicas soviéticas, crisis de legitimidad política y una creciente incapacidad del sistema para responder a las demandas sociales. Las reformas impulsadas por Gorbachov, la perestroika (restructuración económica) y la glasnost (apertura política), buscaron modernizar el Estado, pero terminaron acelerando su desintegración.

Entre 1989 y 1991, los países del bloque socialista en Europa del Este abandonaron sus regímenes comunistas y varias repúblicas soviéticas declararon su independencia. Finalmente, la creación de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) selló el fin formal de la Unión Soviética.

 

El mundo después de la URSS

Tras la caída de la URSS, el sistema internacional entró en una etapa marcada por la hegemonía de Estados Unidos y la expansión del neoliberalismo. Muchos países del antiguo bloque socialista enfrentaron transiciones complejas hacia economías de mercado, con profundas consecuencias sociales, como el aumento de la desigualdad y la pérdida de derechos laborales.

Sin embargo, lejos de significar el fin de las ideas de izquierda, la desaparición de la URSS dio lugar a una reconfiguración del pensamiento progresista a nivel global. Surgieron nuevos movimientos de izquierda que, aprendiendo de las experiencias soviéticas, buscaron distanciarse del autoritarismo y replantear el socialismo desde perspectivas democráticas, comunitarias y culturales.

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Herencias políticas e ideológicas tras la caída

En América Latina, por ejemplo, el vacío dejado por la URSS coincidió con el surgimiento, años después— de gobiernos progresistas y movimientos sociales que retomaron banderas como la justicia social, la soberanía y la integración regional, aunque desde modelos propios. En Europa, partidos de izquierda redefinieron sus programas, dando paso al eurocomunismo y a nuevas formas de socialdemocracia crítica.

A nivel global, la experiencia soviética continúa siendo objeto de análisis histórico, debates académicos y reflexiones políticas. La URSS sigue influyendo en la manera en que se discuten temas como el papel del Estado, los límites del mercado, la planificación económica y la justicia social.

La caída de la URSS no fue solo el fin de un país, sino el cierre de una era histórica cuyas consecuencias aún resuenan en la política internacional y en los movimientos sociales contemporáneos. Entender su impacto es clave para comprender el mundo actual y los debates que siguen definiendo el rumbo de nuestras sociedades.