El 9 de abril de 1948 se desató un torbellino de violencia y caos en Bogotá cuando asesinaron al líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, un político atípico que logró conectar con el pueblo gracias a su carisma e ideales. Al no venir de una familia tradicional de políticos, rápidamente se convirtió en la cara visible del pueblo, en una esperanza de cambio.
El abogado, orador, profesor, escritor y político era conocido como “El caudillo del pueblo”, desde que era un niño creció con ideales liberales gracias a su madre Manuela Ayala de Gaitán, quien además le inculcó la vocación por defender los intereses del pueblo. Jorge Eliécer Gaitán siempre luchó para cambiar los estatutos políticos de un gobierno hegemónico y conservador.
Tras la pérdida de las elecciones en 1946 ante el conservador Mariano Ospina Pérez y el liberal Gabriel Turbay, Gaitán siguió inmiscuido en la política y el 24 de octubre de 1947 fue proclamado como jefe único del Partido Liberal. Un año más tarde, debido a las constantes masacres de conservadores contra liberales, organizó varias marchas para que cesara la violencia.
El 9 de abril de 1948 Gaitán salió a mediodía de su oficina ubicada en el centro de Bogotá para almorzar con el dirigente liberal Plinio Mendoza Neira, cuando fue impactado por tres disparos que le causaron heridas mortales. Lo trasladaron a la Clínica Central, donde falleció a las 2:05 p.m.
El asesino fue Juan Roa Sierra, quien según la versión oficial actuó solo, pero existen diversas teorías que apuntan a que en realidad fue un complot político. En el lugar de los hechos Roa fue linchado, lo amarraron con corbatas en la carrera séptima y lo arrastraron hasta la Casa de Nariño.
La muerte de Gaitán desató una ola de furia popular que causó disturbios, saqueos e incendios en Bogotá. A este evento se le conoce como El Bogotazo y dejó un saldo de miles de muertos y heridos, así como una ciudad en ruinas.
Para entender más a fondo lo que sucedió aquel 9 de abril, en el pódcast Historias de Onda Larga de Radio Nacional hay varios capítulos dedicados a Jorge Eliécer Gaitán y aquel fatídico hecho, acá les compartimos algunos recomendados.
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La radio de los destrozos
Jorge Eliécer Gaitán fue el primer político colombiano que utilizó la radio para captar a todo tipo de público, sus discursos eran transmitidos por La Voz de Bogota y la Emisora Nueva Granada. En sus discursos aseveraba: “estamos a la defensa de esas inmensas masas que constituyen al Partido Liberal y de esas masas oscuras del Partido Conservador que no han visto la verdad”.
Por esta razón, el 9 de abril de 1948, día en el que fue asesinado, no solo cambió la historia de Colombia, también la de la radio en nuestro país.
Las voces de ‘El Bogotazo’ en la radio
Luego de que Jorge Eliécer Gaitán fue asesinado, los liberales se tomaron varias emisoras de Bogotá para exigir la cabeza del presidente conservador Mariano Ospina Pérez. El periodista Rómulo Guzman del radio periódico ‘Últimas noticias’, fue uno de los principales promotores de la violencia el 9 de abril de 1948, por esta razón se convirtió en una figura polémica.
Mientras que los micrófonos estaban abiertos se escuchaba "¡Queremos hechos, no palabras!".
Días sin control. El 9 de abril de 1948 en la radio
Después de la medianoche del 9 de abril el liberal Alfonso Araújo asumió la dirección de la Radio Nacional a petición del presidente Mariano Ospina Pérez. Araújo estuvo al frente de la emisora solamente por seis días y se encargó de grabar la señal de las emisoras liberales clandestinas.
Una vez que el orden se había restablecido Araújo renunció, a través de su correspondencia personal describió cómo se vivieron esos momentos de tensión, la adrenalina y los deseos de venganza que se apoderaron de la radio.
El camino a la oscuridad del 9 de abril
Tras el asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, las instituciones intentaban funcionar con normalidad, pero en las emisoras se escuchaba “Pueblo liberal de Colombia, por el triunfo de la revolución: ¡A la carga!”, un llamado a la justicia por mano propia. Así que el gobierno de la época ordenó suspender el suministro eléctrico dejando a la capital en total oscuridad.
Luego del asesinato del líder liberal, el país entró en un periodo de violencia bipartidista que duraría años.