Édgar Moreno, jugador de baloncesto
24 / 11 / 2015

"Yo no escogí el baloncesto, él me escogió a mí": Édgar Moreno


Por Señal Colombia
Señal Colombia
24 / 11 / 2015
Édgar Moreno, jugador de baloncesto

Édgar Moreno Asprilla habla de la misma manera que juega. Pausado. Usa sus imponentes manos para darle fuerza a las ideas que quiere transmitir. Con el paso de los años aprendió a ser conciso. Sabe que cada milésima de segundo es oro.

Este chocoano lleva más de 22 años en el mundo del baloncesto y por lo menos 15 trabajando en el desarrollo deportivo de su departamento. Hijo de Amada Asprilla Gómez, profesora de matemáticas y jugadora de ese deporte, y Franklin Ovidio Tejada, electricista, el armador de 1.87 cm habló con Señal Colombia Deportes.  

¿Por qué escogió el baloncesto?

Creo que fue al contrario. El baloncesto me escogió a mí. Empecé jugando fútbol y me destaqué por mi contextura física. Incluso hice parte de la selección chocoana juvenil. Pero en esa época mi mamá también me llevaba al coliseo El Jardín de Quibdó para que la  acompañara a los entrenamientos de baloncesto. Eso me parecía espectacular y poco a poco me empecé a inclinar por el segundo.

¿Qué lo enamoró?

Sentía vibraciones más continuas que en el fútbol. Encestar, defender y pasar era mucho más alegre que ir con el balón en los pies. Cuando cumplí 13 años me pasé definitivamente al baloncesto y desde ahí no lo dejé de amar.

¿No le dijeron nada en la selección de fútbol?

No me querían dejar ir. Incluso al final me usaban como arquero porque decían que tenía buen movimiento en las piernas y usaba mucho las manos. Era porque ya estaba entrenando baloncesto (risas).

¿Y qué pasó?

En 1993 entré a la selección de minibaloncesto de Chocó. Ese equipo representó a Colombia en un campeonato en Argentina y quedamos campeones. Ahí me motivé y luego pasé a jugar en infantil, categoría en la que también terminamos en el primer lugar. Lo mismo que en junior, juvenil y en sub 23. Luego llegué al profesionalismo.

¿Cómo vivió ese paso al profesionalismo?

Cuando terminé el colegio me llamaron de Sabios, el equipo de Manizales. Empecé a jugar y a estudiar en la Universidad Autónoma de esa ciudad. Estando allá me gané una beca en Estados Unidos, en el Lon Morris College en Jacksonville. Luego me escogió la Universidad de Texas, en Austin. Jugué un año y me transferí a la Universidad de Texas El Paso.

¿Qué tal es el baloncesto universitario de Estados Unidos?

Un nivel increíble, pero a mí me penalizaron un año cuando me cambié de universidad. Sin embargo, aproveché ese receso para terminar mi carrera de sociología. Cumplí la sanción y jugué un año con Texas El Paso. Luego regresé a Colombia.

¿Quién lo repatrió?

El profe Carlos Parra me llamó para reforzar a Búcaros. Fuimos dos años consecutivos campeones. De ahí pasé a Cúcuta. Nuevamente nos consagramos bicampeones y también logramos un subcampeonato. Luego llegué a Piratas de Bogotá y finalmente en Cimarrones donde conseguimos un título.

¿Jugó en otras ligas?

Estuve en Puerto Rico, República Dominicana, México y Venezuela. En este último país jugué con Cocodrilos y fui campeón.

¿Por qué Chocó no había tenido un equipo profesional antes de Cimarrones?

Muchos habían tenido la idea de hacer un equipo de baloncesto en Quibdó. Sin embargo, consolidarla había sido difícil por patrocinios, se dilataba. Afortunadamente yo me vinculé con la parte gubernamental  y así conseguimos subsidios. También pudimos arreglar El Jardín para recibir partidos profesionales. Luego de una extensa carrera,

¿cómo define al baloncesto?

Como una novia fiel por la que siento amor puro. Hasta mi esposa tiene celos del basket. (Risas)  

¿Cuál es la mayor debilidad de su juego?

No tengo un tiro consistente de tres puntos. Pero es una debilidad que no me detiene como jugador.

¿Y la fortaleza?

Gran visión de juego que me permite manejar los tiempos como armador. También soy un gran pasador y un penetrador de área.

¿Tiene algún ídolo?

Dos. Michael Jordan y Kobe Bryant.

¿Qué representan estos Juegos Nacionales para el Chocó?

Esta es la oportunidad más grande del mundo. Cuando nos anunciaron como una de las sedes, me parecía estar viviendo un sueño. Tuvimos muchos problemas en la organización y a pesar de eso hemos podido sacar adelante estas justas. Se pueden convertir en el polo deportivo del chocó.

¿Por qué se dieron esos problemas?

Chocó está olvidado por el gobierno central, hemos sido maltratados. También influye la corrupción que hay en este lugar y la falta de apropiación de los mismos chocoanos.

¿Cómo describiría a Chocó?

Una zona difícil que tiene mucho para dar. Hay muchos deportistas con gran potencial pero con una cultura y mentalidad deprimente. Tenemos muchas cosas por mejorar.

¿Cómo mejorar esos aspectos?

Desarrollo y ganas de salir adelante. Me lo propuse y lo logré ¿por qué ellos no? Todo está en la mente.

Foto: Cortesía Édgar Moreno