Agricultura regenerativa: el modelo que transforma suelos, comunidades y territorios
02 / 12 / 2025

Agricultura regenerativa: el modelo que transforma suelos, comunidades y territorios


Por Lorena Rojas Sarmiento
Lorena Rojas Sarmiento
02 / 12 / 2025
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La sostenibilidad no debería ser un anexo corporativo ni una etiqueta que solamente se utilice durante crisis, por el contrario, debería ser una forma de mirar el territorio y relacionarse con quienes lo habitan y esa es precisamente la premisa del grupo Greenland.  

Este proyecto opera desde Uraba hasta Caldas con un modelo de desarrollo sostenible que combina innovación, agricultura regenerativa, impacto social y ambiental; todo intentando responder a la siguiente pregunta: ¿es posible producir y regenerar al mismo tiempo?

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Agricultura Regenerativa 360: un modelo que piensa desde el suelo hacia arriba

Según Juana Botero, Gerente de Sostenibilidad, explicó en qué consiste la Agricultura Regenerativa 360, se trata de integrar siete pilares para poder producir y regenerar: restauración de suelos, ciencia aplicada, biodiversidad, acción climática, economía circular, gestión responsable del agua y regeneración cultural.  

Aplicando este modelo, convierte cada hectárea, cada cultivo y cada comunidad en un laboratorio vivo donde ciencia, innovación y saberes locales se encuentran. Y en territorios como Urabá, históricamente marcados por desigualdades y disputas, la apuesta por la regeneración tiene un significado que va más allá de lo ambiental: es una apuesta por el futuro.

Los microorganismos que cambian la agricultura

La salud de los cultivos comienza mucho antes de que brote la primera hoja, Isabel Luna, líder del área de biotecnología de BioOrigen, filial encargada de desarrollar bioinsumos, explica cómo la recuperación del suelo a través de microorganismos permite reemplazar los insumos químicos por control biológico, creando sistemas agrícolas más estables, diversos y resilientes.  

El impacto ya es medible:

  • 37.000 litros de bacterias benéficas producidos en 2024.
  • 142 toneladas de hongos benéficos al servicio de los cultivos.
  • Una reducción significativa en la pérdida por Colaspis: del 4,4 % en 2022 al 1,6 % en 2024.
  • Son cifras que hablan de una transición real: del modelo extractivo hacia un sistema que recupera, protege y fortalece los ecosistemas agrícolas.
  • Sostenibilidad que también se mide en hectáreas, agua y carbono

El camino regenerativo de GreenLand se expresa también en metas ambientales concretas:

  • 1.600 hectáreas en conservación.
  • Más de 41.000 árboles nativos sembrados.
  • 42 % menos consumo hídrico gracias a mejoras en eficiencia y gestión del agua.
  • Certificación como compañía Carbono Neutro desde 2022, con el objetivo de ser Carbono Positiva en 2030.
  • En un contexto global donde la urgencia climática exige transformaciones profundas, estos datos revelan una línea de acción consistente, producir sin comprometer el futuro.

El territorio como centro: empleo, comunidad y oportunidades

Pero la sostenibilidad no es solo ambiental. En regiones donde la empresa es, muchas veces, el motor principal de desarrollo, su impacto social define tanto como su huella ecológica.

GreenLand genera más de 5.200 empleos directos y ha beneficiado a 4,9 millones de personas a través de su Fundación. Y su apuesta social se expande: en Nueva Colonia, muy cerca del futuro Puerto Antioquia, avanza la construcción de un Centro de Integración Comunitario, un espacio para la primera infancia, la formación, el deporte y la vida comunitaria.

El proyecto, que podría atender más de 934.000 servicios al año, busca fortalecer el tejido social y abrir oportunidades en una zona donde la infraestructura social ha sido históricamente limitada.

Hacia un modelo empresarial que conversa con el futuro

Lo que el Grupo GreenLand mostró en este recorrido no fue solo una serie de proyectos, sino una manera de entender la empresa como parte del territorio, no por encima de él. Agricultura regenerativa, innovación biotecnológica, conservación de ecosistemas, inversión social y visión de largo plazo configuran una ruta que rompe con el viejo dilema entre productividad y sostenibilidad.