El juicio del conde
16 / 07 / 2020

"El juicio del conde", un Quijote santandereano


Por David Jáuregui Sarmiento
David Jáuregui Sarmiento
16 / 07 / 2020
Serie

El juicio del Conde

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La miniserie El juicio del conde cuenta la curiosa historia de José María Rueda Gómez, un excéntrico hacendado santandereano que se hacía llamar el "Conde de Cuchicute".

Este drama con toques de comedia retrata las características que hicieron famoso a este personaje durante su estadía en Bogotá, época en la que se empeña en recuperar los bienes que le cedió a su hermano Timoleón. Su disputa llega hasta a los tribunales capitalinos, donde tendrá que probar que estaba "loco" cuando firmó los documentos.

La historia, que se desarrolla principalmente en la década de 1930, relata cómo Rueda se hizo cercano a Jiménez, un periodista de crónica roja que ve en el conde un personaje perfecto para regresar a las primeras páginas del sensacionalismo y así reivindicar su carrera.

El conde, en cambio, encuentra en su nuevo amigo una ayuda para vender la imagen de un noble aventurero que fue engañado de la manera más vulgar.

La serie, rodada entre Santander y Cundinamarca, es protagonizada por los actores Hernán Méndez y Toto Vega, acompañados además de los actores Nórida Rodríguez, Juliana Posso, Diego Mendieta, Germán Castro, Juan Sebastián Franco, Jairo Rizo y Herman Sánchez, entre otros.

Para conocer todos los detalles de la producción hablamos con Mario Mantilla, director de la miniserie El juicio del conde.

"La miniserie ya se había estrenado en algunos canales regionales, por lo que llegar a Señal Colombia que es de alcance nacional nos llena de mucha felicidad y estamos muy emocionados", aseguró Mantilla, quien trabajó junto a Luis Fernando Orduz en la producción de la mano de Orca Comm Cine y TV, equipo con el que ganó la convocatoria de la ANTV de 2019.

El director Mario Matilla y los actores Hernán Méndez y Toto Vega en el set.

¿De dónde surgió la idea de hacer una miniserie de este personaje?

Desde pequeños, los santandereanos nos preguntamos a qué correspondía que muchos lugares comerciales en el departamento se llamaban "El conde de Cuchicute", y nos decían que era un personaje que existió a principios de siglo XX y se trataba de un personaje muy particular, de buena posición económica, pero que estaba loco.

Por ahí en 2015, con el productor Luis Fernando Orduz, empezamos a investigar qué de todo lo que se decía de Rueda era cierto y qué no. Una vez encontramos una tesis doctoral de Juan Camilo Ramírez que se llamó "El solitario", que estaba muy completa sobre el conde de Cuchicute y pudimos entender bien la naturaleza de este personaje complejo y quijotesco.

Después de investigar mucho y de conocer muchas de sus historias, una en especial nos llamó la atención. José María Rueda intentó recuperar legalmente unos bienes que le había cedido a su hermano, Timoleón Rueda, unos años atrás.

Lo que quisimos trabajar en el argumento fue en qué momento José María, hijo de hacendados, estudiado en Nueva York y en París, se convirtió en ese personaje conflictivo y que marcó una parte de la vida pública nacional, especialmente en Bucaramanga y Bogotá.

¿Por qué esa historia en particular entre las tantas aventuras del conde?

Porque esa disputa, recuperar sus tierras, se convirtió en su razón de vivir. Él lo tuvo todo desde joven, pero no quería volver a Colombia y su padre lo obligó a volver. Con el tiempo eso lo afectó y lo fue carcomiendo, lo que lo volvió conflictivo hasta el punto de enemistad con sus hermanos.

En algún momento él sufrió unos episodios traumáticos que lo llevaron a clínicas de reposo y ante la imposibilidad de manejar los negocios de la familia José María acuerda con su hermano Timoleón que, a cambio de una pensión vitalicia, le cedería unas propiedades.

El conde reacciona después de 10 años, pero su hermano ya no quería devolver las tierras. Esto hace un pleito judicial muy interesante que nos dibuja este personaje anacrónico y especial. Encontrarse con José Joaquín Jiménez, uno de los más destacados periodistas de la página roja en Colombia, termina de redondear las historias en las que los personajes y las aventuras se desbocan.

Detrás de Cámaras el juicio del condeLa escenografía y el vestuario corresponden a la primera mitad del siglo XX.

¿En qué época y en qué lugares se ubica la serie?

La línea narrativa sucede en Bogotá en 1936, cuando Rueda va a juicio contra Timoleón. Tuvimos que recrear una Bogotá republicana difícil de conseguir. Encontramos algunas edificaciones de esa época en Bucaramanga, pero para Bogotá fue Zipaquirá el lugar donde encontramos los exteriores de esa Bogotá que buscábamos. Los recuerdos en sus fincas en Santander lo grabamos en una hacienda ubicada en la Mesa de Los Santos, en Santander.

La representación audiovisual de Santander es especial en esta miniserie. ¿Cree que se ha puesto mucha atención a otras regiones por encima de los Santanderes?

Uno encuentra que en los Santanderes hay historias maravillosas. Uno descubre que además no son historias del espectro local, sino que son de dimensión nacional e internacional. Un tipo como el conde es maravilloso, tiene un aire a Quijote y es de las regiones.

Por eso nos encanta que a través de la TV pública nacional se den a conocer, así como la producción audiovisual de los Santanderes se conozcan porque ya no es cuestión de localidades, sino de producción para todo el país.