“Es un salvaje”, dijo el entrenador John Jaime González de su pupilo Fabián Puerta, que calentaba una hora antes de su primer heat en el keirin de la Copa Mundo de pista en Cali en enero 2015. No sólo lo aseguró porque fuera el líder en el ranking UCI de esta especialidad, sino por los números que tanto le encantan. Agarró un aparatico (potenciómetro) que se cuelga debajo del sillín para medir la potencia y tomó impulso para hablar: “Fabián pasa los 3.000 vatios pedaleando. Y nunca he visto, en resultados publicados, que alguien pase de 2.600”.
¡3.000 vatios!
Calcule que caminar a tres kilómetros por hora produce 35 vatios, subir unas escaleras con afán unos 200 y montar bicicleta a nivel amateur unos 240 (160 en mujeres). Nairo Quintana puede producir 300 en un ascenso difícil y Fernando Gaviria, después de un recorrido montañoso, alcanza hasta 1.600 en el embalaje final. Mientras que Fabián Puerta, en octubre de 2014, alcanzó los 3.070 vatios en un entrenamiento, produciendo 104 revoluciones por minuto.
“Fabián es una bestia”, repitió John Jaime González en esa ocasión. Él entrena todos los días a excepción del domingo: del velódromo al gimnasio sin excusas. Levanta 360 kilogramos en press de pierna y 270 en sentadilla. Por eso el tamaño de sus piernas y de su espalda.
Si el pedaleo de Puerta lo conectaran de alguna manera a un transformador de energía, sería capaz de satisfacer las necesidades básicas de una casa: luz para cocinar y refrigerar, y también para los aparatos electrónicos. Un televisor podría necesitar alrededor de 130 vatios, un DVD 100 vatios y un computador 800. Tranquilos: ‘Chispas’ podría mantener todo encendido mientras entrena en su bicicleta estática.