Caster Semenya, atleta sudafricana / Instagram oficial de Caster Semenya
Caster Semenya, atleta sudafricana / Instagram oficial de Caster Semenya
09 / 07 / 2018

¿Por qué nos incomodan los deportistas LGBTI?


Por Julián David Bernal Pulido
Julián David Bernal Pulido
09 / 07 / 2018
Caster Semenya, atleta sudafricana / Instagram oficial de Caster Semenya
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El deporte no es más que una representación de la realidad. En ese sentido, en el deporte se reproducen estereotipos y roles de género que existen en la sociedad. Por esta razón, nos preguntamos por qué insultos que aluden a la población LGBTI son los más escuchados en en ámbitos deportivos y por qué son pocos los que se atreven a salir del clóset.

Joaquín Piedra, PhD del departamento de Educación Física y Deporte de la Universidad de Sevilla, explica que el deporte en general se ha visto históricamente como un ámbito de hombres heterosexuales. Por esto, es que “cualquier persona que se saliera de ese estereotipo, rápidamente, era señalado por sus compañeros, medios de comunicación, familia y aficionados”.

Boxeador con bandera LGBTI

El español añade que hay ejemplos de personas que sufren ataques de la afición porque simplemente se salen de los estereotipos. “Se espera que el deporte haga deportistas agresivos y valientes. Esa característica a nivel social no está asociada a la población LGBTI. Está más asociada con las personas heterosexuales”.

La abogada experta en género y activista lesbiana, Elizabeth Castillo, cuenta que en las dinámicas deportivas hay estereotipos de género muy rígidos y relata que “en deportes con mayor participación femenina como la natación, el estereotipo de mujer es una mujer muy femenina, mientras que en otros deportes de mayor participación masculina como el fútbol o el boxeo, el estereotipo es de hombres muy masculinos. En ese sentido, esos roles de género impiden que sea fácil que un deportista de alto rendimiento se atreva a salir del clóset en contextos tan hostiles a una expresión de género distinta”.

Santiago Rivera, portavoz del colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM), asegura para El Mundo de España que hay deportistas LGBTI como "los hay como en todas partes, pero evitan salir del armario para evitar el rechazo de las aficiones y de las marcas comerciales”.

El fútbol sin dudas es un lugar en donde poco vemos a deportistas LGBTI. En ese sentido, Rivera cuenta que allí “se dan comportamientos muy machistas y homófobos que quedan impunes y esto provoca que tanto los futbolistas como otros deportistas no se atrevan a salir"

 

El insulto más escuchado en los campos de fútbol es maricón y nadie dice nada.

Alfonso Llopart, director de la revista 'Shangay'

 

El delantero de la selección francesa, Antoine Griezmann, cree que en el fútbol no es habitual ver deportistas LGBTI porque se hacen “los duros y los fuertes” y además le tienen miedo a lo que puedan decir.

“Hay mucha gente mala en el fútbol. Y pueden tener miedo a ir a los estadios y que les insulten. Yo creo que lo haría. Claro, es más fácil decirlo cuando no tienes que pasar por ello”, apunta el artillero galo en su charla con el portal ICON de El Mundo.

Y es que al final, como dice el director de la revista 'Shangay', Alfonso Llopart, “el insulto más escuchado en los campos de fútbol es maricón y nadie dice nada".

 

¿Cuáles son las consecuencias?

Joaquín, sin embargo, señala que hay ejemplos de toda clase de situaciones, tanto cosas negativas como positivas. “Tenemos deportistas de la NBA que se han declarado abiertamente homosexuales y el patrocinador no se ha retirado, ni tampoco la afición le ha abucheado. Al contrario, los han aplaudido por ser un ejemplo para toda la sociedad”.

Uno de ellos es Jason Collins, un exjugador de baloncesto. Collins jugó 13 temporadas en la NBA y en 2013 anunció que era homosexual convirtiéndose así en el primer jugador activo de la NBA que dio el paso.

Pese a esto, recuerda que “por desgracia, tenemos ejemplos en los que una persona que sale del armario es insultada por la afición y por los adversarios. También que el padre o la madre rechazan a su hijo o hija por ser LGBTI”.

 

Las grandes empresas difícilmente se van a mostrar en contra de la homosexualidad

Joaquín Piedra

 

Un jugador de la Bundesliga, la liga de fútbol de Alemania, habló con el diario Fluter sobre la homosexualidad. El deportista, que guardó anonimato, contó que prefiere no salir del closet porque "cuanta más gente habla, mayor es la presión sobre mí". Asimismo, afirma que es un asunto que solo le interesa a él y a su pareja y que no aguantaría que todo un país hablara sobre su vida privada.

El futbolista cuenta que tiene que actuar todos los días y negarse a sí mismo. Esto, añade, hace que tenga una presión inmensa sobre sí entre ser “el jugador modelo heterosexual” y el descubrimiento de su verdadera orientación sexual.

A esto se suma que en mayo de 2015, Derrick Gordon, un jugador del torneo de baloncesto universitario de Estados Unidos, denunció que muchas universidades no lo querían por su condición de homosexual.

Joaquín manifiesta, que, sin embargo a nivel de alto rendimiento, hay una tendencia a una normalización en el sentido en que las grandes empresas, difícilmente se van a mostrar en contra de la homosexualidad porque si lo hacen van a tener un decrecimiento en los ingresos, va a haber boicot y van a salir de forma negativa en los medios de comunicación. Oficialmente deben mostrarse respetuosos y no en rechazo.

 

Lo que pasa en los deportes no es más que el reflejo de lo que pasa en el mundo con los estereotipos de género

Elizabeth Castillo

 

Además, el profesor español añade que “los deportistas pueden ser ejemplo positivo para las demás personas que están un ámbito menos conocido y que sufren mayor discriminación e injusticia”.

En este sentido, Elizabeth afirma que en general, a cualquier persona que salga del clóset, la vida se le mejora. “En el primer momento, puede que tenga rechazos o dificultades. Lo que he podido ver es que una vez salgan del clóset viven de manera más tranquila. El clóset es un espacio desolador, triste y que causa amargura”.

 

¿Cómo cambiar la realidad?

Joaquín cree que todos tenemos que aportar nuestro granito de arena, debemos cambiar el chip, ser más sensibles y ser conscientes de las diferentes realidades que existen. “Sensibilizarse, conocer e informarse es clave. Hay dos ámbitos clave: la educación, enseñarle a todos nuestros niños y niñas a ver esa diversidad sexual como normal, tolerable, respetuosa y para nada anormal, peligrosa o delictiva; y los medios de comunicación, que sea bueno el tratamiento de la información para que esos niños y niñas no reciban una información diferente y contraria, sino que vayan acompañando esa educación con información respetuosa y tolerante”.

Elizabeth, por su parte, afirma que hay que trabajar para erradicar los estereotipos de género en la sociedad y que eso beneficiaría a que cada vez más los deportistas puedan ser lo que quieran ser y ya. “Lo que pasa en los deportes no es más que el reflejo de lo que pasa en el mundo con los estereotipos de género”.

Alex Horne, secretario general de “Opening Doors and joining in”, programa para esta situación de la Asociación de Fútbol (Federación inglesa de este deporte) cree que su labor es “asegurar de que cualquiera pueda participar en nuestro deporte (el fútbol), sin importar su sexualidad, sin miedo. Si algún futbolista es gay queremos que se sienta seguro de que no será objeto de abuso o ridículo si elige salir del armario”.

 

¿Y los transexuales?

Temas como el de la atleta sudafricana Mokgadi Caster Semenya, a quien se le pidió un test de verificación de sexo por niveles de testosterona tres veces superior a lo normal semanas antes de ganar la medalla en el Campeonato Mundial de Atletismo de Berlín de 2009, son cada vez más frecuentes en el deporte.

Si bien Semenya no es una atleta transgénero, hay casos de personas intersexo o que nacen mujeres y quieren competir con el género masculino o viceversa. ¿Allí qué debemos hacer?

 

Lo que hace la diferencia en cuanto al desempeño físico es el entrenamiento no la condición genética

Elizabeth Castillo

 

Joaquín explica que en el colectivo LGBTI cada realidad es diferente porque cada una tiene su particularidad y añade que el colectivo transexual es el más complejo porque “el deporte está montado en un sistema binario en el que eres hombre o mujer y debes competir en el deporte masculino y en el femenino”.

El español agrega que encajar dentro de un sistema binario personas que se traspasan de un lado a otro se encuentra mucha resistencia. “Afortunadamente, se ha ganado en respeto y conocimiento. Sin embargo, las instituciones son reticentes a una normativa flexible que permite a cualquier persona en el ámbito o categoría que se sienta identificado e identificado”.

En este aspecto, ya hay legislaciones que permiten competir en Juegos Olímpicos a personas que, habiendo nacido mujer u hombre, ya pueden competir en la categoría contraria porque allí se identifican. Incluso, pueden participar personas sin que se les exija medicaciones, cambios o cirugías.

“Va a costar trabajo porque hay resistencia, pero es una victoria segura, pero que vamos a tener que trabajar porque hace falta trabajo, perseverancia y colaboración”, añade.

Elizabeth, por su parte, cree que el hecho de la resistencia a que una mujer o un hombre compitan con el género contrario está fundada en preconceptos que no son ciertos como el que los hombres sean más fuertes por naturaleza.

“Algunos serán más altos y tendrán músculos y huesos más largos, pero la fuerza no depende de la contextura física sino de tu preparación física. Lo que hace la diferencia en cuanto al desempeño físico es el entrenamiento no la condición genética”, señala.

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