Imagen de la serie "¿Y dónde es el partido?"
Niños juegan al fútbol en la serie "¿Y dónde es el partido?"
05 / 06 / 2018

"¿Y dónde es el partido?", historias de resistencia deportiva


Por Paola Arcila
Paola Arcila
05 / 06 / 2018
Imagen de la serie "¿Y dónde es el partido?"
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Conoce a los sobrevivientes de una guerra que lograron comenzar de nuevo a través de una forma cotidiana pero poderosa: el fútbol.

Las historias que trae la serie de Señal Colombia ¿Y dónde es el partido? presentan el panorama de una guerra en Colombia que dejó sufrimiento y miseria en muchos rincones del país. Sin embargo, los sobrevivientes resistieron a través del deporte. Este es el caso de indígenas, campesinos y combatientes heridos que lograron, en el sencillo acto de mover una pelota, resistir y comenzar de nuevo en sus comunidades.

Corocito, Tame (Arauca)

El 8 de febrero de 2003 los paramilitares del bloque vendedores de Arauca de las AUC entraron en Corocito. En aquella ocasión asesinaron a dos personas, secuestraron y torturaron a tres y desaparecieron forzadamente a siete de ellas. 

Durvis, hermana de Onésimo Leonel Tonocolia Macualo, una de las víctimas de la masacre, se unió a la comunidad para comenzar de nuevo. Ahora en medio de la paz, los habitantes le realizan un sentido homenaje a las víctimas.

Imagen del documental ¿Y dónde está el partido?

   

Buenaventura, Valle del Cauca

El 19 de abril de 2005 se vivió en Buenaventura "la masacre de los 12 de Punta del Este" y Regina es una de las madres de esos jóvenes asesinados. Una mujer que nos demuestra que la resistencia no tiene edad y que a pesar de su tristeza seguirá buscando respuestas.

El dolor quedó flotando en el ambiente. Sin embargo, personas de la región, como Juan Reyes, trabajan por el derecho al deporte y por la búsqueda de la paz en Buenaventura. A pocos kilómetros de la masacre, Reyes entrena a decenas de niños para inculcar buenos valores y amor por el fútbol.

Imagen del documental ¿Y dónde está el partido?


El Tambo, Cauca

Leonardo es el profesor de deportes de El Tambo. Un sujeto humilde y tranquilo que fundó la Escuela de Árbitros del lugar. Allí  comenzó su amistad con Ricaurte Pungo, más conocido como "Pepe".

El amigo de Leonardo fue asesinado por los paramilitares del Bloque Calima; la violencia logró quitarles la tranquilidad y les dejó un doloroso momento en sus recuerdos. De todos modos, el profesor no se dio por vencido, actualmente sigue dirigiendo equipos del colegio, armando campeonatos y dando clases.

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Vallecito, San Pablo (Bolívar)

El 22 de junio del año 2000 los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia incendiaron la mitad del poblado viejo de Vallecito, desplazando a sus habitantes. 

Tres meses después, el mismo grupo regresó para quemar la otra mitad del lugar. William, quien aún no cumplía los 14 años, fue testigo de cómo los paramilitares quemaban el corregimiento.

William siempre fue amante del fútbol y al crecer se convirtió en el narrador del pueblo. Todo comenzó con un campeonato por la paz en el lugar y de forma empírica comenzó a narrar los partidos. Dichas narraciones hicieron que los partidos fueran más amenos y divertidos. El fútbol siempre ha sido la práctica comunitaria que mostraba la resistencia a la guerra.

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La India, Santander

Ramón es uno de los fundadores de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare y expresidente de la misma. Él tiene 80 años y sabe al pie de la letra la historia de su región y además ha sido uno de los tantos que dio la pelea para que su comunidad fuera libre. 

Hablaron con las Farc, con los paramilitares y con el Ejército Nacional y les dijeron “ni con ustedes ni con ellos, nosotros solos”, palabras que fueron históricas de la lucha por la paz de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare – ATCC. Gracias a personajes como él, actualmente se respira un ambiente de paz y hay un entorno deportivo en el lugar.

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Bogotá, Cundinamarca

Javier hizo su carrera militar por lo cual nunca le dejaron de decir "Sargento", apodo que hace referencia a su último rango. Cuando iba a ser trasladado de batallón fue obligado a cumplir la última misión, durante la cual pisó una mina antipersonal. En su recuperación, un día vio como otros soldados estaban jugando fútbol. En muletas, con un bombillo en una mano, intentó patear el balón al tiempo que el bombillo y sus muletas se fueron al suelo. Desde ese momento, tan duro emocionalmente para Javier, se prometió que sería capaz de jugar fútbol como lo hacía antes de ser víctima de la mina.

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Bocas del Yí, Mitú (Vaupés)

Jhon jugaba con toronjas como si fueran balones de fútbol. Un día, con tan solo 14 años, se fue a las filas de las Farc y militó durante 12 años. Luego se escapó para volver a su selva, a su familia y a su pasión, el fútbol. 

Es así como nuestro protagonista se convirtió en un líder, entró al equipo de la región, participa de todas las actividades de su comunidad y se declara como un ejemplo de vida que demuestra que se puede continuar después de la guerra.

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Atshintujkua, Sierra Nevada de Santa Marta

Esneider es un indígena wiwa coordinador de la institución etnoeducativa internado Zharneka. Un hombre que vio cómo sus amigos fueron reclutados por actores armados, usando el fútbol para persuadir a los niños y llevárselos a participar en una guerra que nunca quisieron. 

En la actualidad, Esneider aprovechó su cercanía con los jóvenes del internado para formar un equipo de fútbol con el cual participan en varios campeonatos indígenas y campesinos, espacio que utiliza para contarles a sus pupilos las dolorosas historias del uso del fútbol en la violencia y enseñarles que este deporte es mucho más que eso. 
 

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