‘Desarme’, la lucha de la familia Marcenac en Argentina
14 / 09 / 2016

‘Desarme’, la lucha de la familia Marcenac en Argentina


Por Sherly Montaguth Gonzalez
Sherly Montaguth Gonzalez
14 / 09 / 2016

Señal Colombia estrena en pantalla el documental argentino ‘Desarme’, una pieza que hace parte de la serie DocTV y que discute la Ley de Armas en Argentina a través de la historia de una víctima.

Desarme

Domingo 18 de septiembre, 7:00 p.m.

El 6 de julio del año 2006, Alfredo iba caminando por la Avenida Cabildo en Buenos Aires con dos amigos buscando algún restaurante para comer después de haberse bajando en la estación del subterráneo de la zona. De la nada, una persona que iba a transitando sacó un arma que llevaba escondida en su chaqueta, descargó al menos unas 11 balas, y se fue huyendo en un autobús dejando atrás siete heridos y un único muerto tendido en la acera: Alfredo Marcenac. Solo tenía 18 años.

“Todo se dio para que nosotros tuviéramos que estar en ese lugar”.

 

Fotografía de Alfredo Marcenac.

 

 

Una vez la familia Marcenac entierra a su hijo, inicia toda un camino para hallar al responsable del asesinato y para buscar justicia; camino que fue haciéndose cada vez más largo a medida que nuevos retos aparecían en el camino a partir de la necesidad de buscar una solución de raíz.

El documental ‘Desarme’ narra el después de ese día en el que un extraño acabó con la vida de Alfredo, y cómo su familia -a pesar de la tragedia- escogió buscar un camino hacia la felicidad a través de un cambio en la política de armas del país, muy duro de lograr, pero que podría evitar que el hijo de otra familia sea víctima de otro portador de armas que no debería tener licencia para cargarla.

Antes de la muerte de Alfredo era relativamente fácil obtener un permiso en el Registro Nacional de Armas de Argentina a través de un proceso poco vigilado en el cual cualquier armería podía diligenciar los papeles a nombre del cliente interesado en comprar un arma, sin necesidad de que éste se sometiera ni siquiera al trámite burocrático, mucho menos sin que tuviera que someterse a una revisión estricta por parte de un profesional de la salud.

Así las cosas, ante este episodio tan trágico, Adrián y Mónica tenían dos alternativas: entregar su vida al dolor provocado por la pérdida o ver en ese dolor una oportunidad de tratar de cambiar las reglas del juego que hacen posible que hechos como ese se presenten. Al escoger lo segundo forman una fundación en la cual se apoyan para desarrollar proyectos pedagógicos diseñados para enseñar a los jóvenes la importancia del desarme, y a su vez emprenden una pelea contra el Estado.

Qué sucede con ellos es historia para ver en el documental, el cual cuenta con una excelente secuencia en la narrativa y un aporte significativo de material de archivo que reconstruye el camino de la familia Marcenac desde el día en el que Alfredo perdió la vida.

Adrián Marcenac y Mónica Bouyssede, padres de Alfredo.

 

 

Ahora, ¿cómo es en otros países de Latinoamérica?

Cada país tiene su propia legislación para la tenencia y porte de armas, siendo la tenencia el acto de dejarla guardada en casa para efectos de seguridad, y el porte el acto de sacarla a las calles.

El caso de nuestro país, Colombia, es realmente excepcional: después de un piloto que inició en diciembre de 2015 y que terminó en enero de 2016, el Estado aseguró un balance positivo en la prohibición de porte de armas durante este periodo y decidió extenderlo a todo el año 2016, es decir, durante este año los permisos están suspendidos. La decisión pretende facilitar a las autoridades del control de porte de armas con permiso y así mismo controlar las armas que se portan de manera ilegal; el fin último es reducir los índices de crímenes cometidos con armas de fuego en situaciones como las riñas callejeras, por ejemplo.

En medio de un proceso de paz que tiene a los colombianos en el punto álgido del debate, una prohibición de porte de armas puede parecer poco pero realmente es un paso importante si se tiene en cuenta que en el país 500.000 personas tienen permiso de porte, 400.000 tienen permiso de tenencia, y casi 2.5 millones de armas sin permiso están descansando en algún cajón o en algún bolsillo.

Cualquier ciudadano colombiano mayor de 25 años que quiera tramitar un permiso de porte o tenencia de arma de fuego debe realizar un proceso ante el Ministerio de Defensa que exige el no tener antecedentes penales ni disciplinarios, un curso especializado de manejo de armas, un exámen psicométrico que analiza de los rasgos de la personalidad y es expedido por la Dirección General de Sanidad Militar, y por supuesto una sustentación del por qué necesita el arma.

Los 25 años parece ser una edad razonable para solicitar el porte de un arma, pero en otros países la mínima es de 18 años:

Aunque entre estos países latinoamericanos hay diferencias en edad mínima para solicitar un permiso de porte de armas para persona natural, que también varía en vigencias, sí comparten otras exigencias como exámenes psicológicos realizados por los entes de salud designados por el gobierno, y algunos incluso niegan el permiso por antecedentes de violencia doméstica.

 

 

¿Realmente funciona una política de armas estricta?

Algunos países de la región tienen políticas más estrictas y otros son mucho más laxos; por ejemplo, México es el país con la política de armas más estricta, en la cual obtener un permiso de tenencia es un proceso bastante exigente que requiere varios controles de antecedentes, e incluso así el solicitante solo puede adquirir el arma en la única tienda que existe en el país -que es propiedad del ejército- y no puede portarla en las calles. A pesar de estas restricciones, México es un país con una tasa de homicidios bastante alta debido al conflicto interno de narcotráfico que actualmente enfrenta.

En nuestro país existe una política estricta -aunque no tan estricta como la mexicana- que ha demostrado que los requisitos para el registro de un arma, por muy estrictos que sean, no funcionan por solos. Colombia ha demostrado que es necesario añadir más fuerzas a la ecuación, como intensos despliegues de la Policía Nacional para la confiscación de armas.

Son muchos los factores que influyen en el éxito de las políticas de control de armas, como los conflictos internos del país y la fortaleza de sus instituciones, pero lo que sí es claro es que por esos cambios de política se empieza y la familia Marcenac lo tiene tan claro que su lucha ha logrado significativos cambios en Argentina.