En un gesto cargado de simbolismo, memoria y reconocimiento, el Banco de la República puso en circulación el pasado 11 de julio una moneda conmemorativa que celebra los 500 años de la fundación de Santa Marta, la ciudad más antigua de Colombia y una de las primeras en Sudamérica. Esta iniciativa forma parte de una serie de acciones diseñadas desde diversas instituciones del país para destacar hitos históricos de relevancia nacional.
La moneda, que ostenta un valor nominal de $20.000 pesos, no solo representa un objeto de colección, sino también un valioso testimonio tangible de medio milenio de historia, resistencia, transformación cultural y legado patrimonial.

Un objeto que guarda siglos
Diseñada con esmero por el equipo numismático del Banco de la República, la moneda está fabricada con alpaca blanca, una aleación metálica compuesta de cobre, níquel y zinc, que le da su distintiva tonalidad plateada. Tiene un diámetro de 35 milímetros y un peso de 21,75 gramos, características que la asemejan a otras ediciones conmemorativas realizadas anteriormente por el emisor central.
En su diseño, esta pieza de colección evoca tanto la importancia geográfica como el valor histórico de Santa Marta, fundada en 1525 por el conquistador Rodrigo de Bastidas. La ciudad, ubicada entre el mar Caribe, la Sierra Nevada y la Ciénaga Grande, ha sido testigo de complejos procesos sociales, interculturales y políticos desde la época de la conquista hasta nuestros días.
Más que una moneda: un símbolo de memoria y reflexión
Santa Marta no solo es la ciudad más antigua del país, sino también un crisol de culturas. Fue puerto de entrada del colonialismo europeo, escenario de resistencia indígena y afros, y lugar donde falleció el Libertador Simón Bolívar en 1830. Por ello, conmemorar sus 500 años implica también una mirada crítica y plural sobre el pasado.
La moneda lanzada se convierte, así, en una herramienta pedagógica, que invita a nuevas generaciones a reflexionar sobre los orígenes y procesos de formación del país, y sobre el rol de ciudades como Santa Marta en la construcción del proyecto nacional colombiano.
Además, su emisión coincide con otras iniciativas de conmemoración impulsadas por entidades como el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, la Universidad del Magdalena, y organizaciones comunitarias que trabajan por resignificar la efeméride desde una perspectiva incluyente y reparadora.
Una pieza para la historia y la colección
Como es tradición en estos lanzamientos, la moneda podrá ser adquirida en las sucursales del Banco de la República, principalmente por coleccionistas, historiadores, académicos y ciudadanía interesada en conservar un pedazo de historia viva. Más allá de su valor nominal, estas piezas tienden a ganar un valor simbólico y patrimonial con el paso del tiempo, convirtiéndose en referentes del calendario histórico colombiano.
Cinco siglos de legado en 21 gramos de historia
La moneda conmemorativa de los 500 años de Santa Marta no es un simple objeto de cambio. Es, ante todo, un reconocimiento a una ciudad que ha sabido reconstruirse sobre las ruinas del pasado, que ha abrazado su diversidad cultural, que ha sido cuna de artistas, escritores y pensadores, y que hoy mira hacia el futuro con la riqueza de su historia como estandarte.