La serie El chivo recrea la dictadura del déspota dominicano Rafael Leónidas Trujillo, pues se trata de una telenovela basada en la novela La fiesta del chivo, del Nobel de literatura peruano Mario Vargas Llosa, y que escribió a partir de una exhaustiva investigación sobre el tirano.
Producida por RTI Televisión, Televisa y Caracol Televisión, El chivo es una ficción histórica que cuenta la historia de este dictador del Caribe, cuyo voraz apetito sexual llevó a sus mujeres a la destrucción y fijó el curso no sólo de su país, sino de otras naciones del continente.
El chivo, lejos de ser una apología a las acciones de Trujillo, revela las atrocidades que el tirano lideró, y en medio de un drama televisivo recorre sucesos históricos que hicieron titulares en los diarios internacionales y quedaron registrados en los anales de la historia latinoamericana.
Estos son algunos de esos hechos históricos que rodean a la historia de El chivo.
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5 hechos históricos que ocurren en la historia de El chivo
La tragedia de las hermanas Mirabal
Como en todos los regímenes tiránicos, es común que los opositores y críticos del Gobierno sean asesinados. Ese fue el destino de la activista dominicana Minerva Mirabal, quien antes de su muerte dijo que si la mataban, sacaría los brazos de su tumba y sería más fuerte.
Desafortunadamente, así fue: el régimen de Trujillo acabó con su vida, pero también se cumplió su designio, y su muerte significó un hecho histórico que daría inicio al día mundial de la no violencia contra la mujer.
El 25 de noviembre de 1960 apareció el cuerpo destrozado de Minerva en el fondo de un barranco, al interior de un jeep. Junto a su restos sin vida estaban también los de sus dos hermanas, Patria y María Teresa, y el del conductor del vehículo, Rufino de la Cruz.
Su muerte fue uno de tantos hechos que rebosaron la paciencia de los dominicanos, quienes vivieron la dictadura del “Chivo” por más de tres décadas, y su asesinato y el de sus hermanas es considerado por muchos uno de los principales factores que llevó al fin del régimen trujillista.
Como si fuera poco, cada 25 de noviembre, en conmemoración a la fuerza de Minerva, Patria y María Teresa, se recuerda a esta activista con motivo del Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer, que fue declarado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en honor a las hermanas dominicanas.
El Desembarco del 14 de Junio de 1959
Décadas de regímenes y Gobiernos tiránicos muchas veces dan como resultado revoluciones populares y creación de movimientos guerrilleros. Uno de esos motines revolucionarios fue el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, un movimiento clandestino dominicano en contra de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.
Este movimiento intentó recuperar el poder del Gobierno dominicano a través de una expedición armada ideada por el abogado dominicano Manolo Tavárez Justo, con el cual llegó a cubrir casi todo el territorio nacional, y contó con unos 6.000 combatientes de todos los sectores sociales.
Así, aquel 14 de junio de 1959, las tropas del Movimiento de Liberación Dominicana, un grupo de dominicanos exiliados que se reagruparon en Cuba para entrenarse en guerra de guerrillas, apoyados por Fidel Castro, desembarcaron en diferentes pueblos de República Dominicana para derrocar a Rafael Leónidas Trujillo, iniciando así una breve guerra civil en el país caribeño.
Sin embargo, la revolución fue derrotada desde el punto de vista militar por el ejército y la fuerza aérea de Trujillo, pero según los historiadores logró plantar la semilla de rebelión en el pueblo dominicano.
Secuestro y asesinato de Jesús Galíndez
Los secuestros y los crímenes trasnacionales también hacen parte del libro de juego de los gobiernos tiránicos como el del dictador Rafael Trujillo. Uno de los asesinatos más destacados por su nivel de planeación y costo fue el del escritor, jurista, profesor y político español Jesús Galíndez.
Galíndez llegó a República Dominicana exiliado de Europa durante la II Guerra Mundial, y aunque se mantuvo al margen del régimen para evitarse problemas, un día fue raptado en Nueva York y enviado a la fuerza por avión a República Dominicana donde fue asesinado por orden de Trujillo.
La razón: la tesis doctoral de 700 páginas que elaboró Galíndez para licenciarse en Filosofía por la Universidad de Columbia, en la cual estudia la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, y que tituló La era de Trujillo: un estudio casuístico de dictadura hispanoamericana.
Allí, el escritor denunciaba el régimen del dictador dominicano y ponía de manifiesto que su hijo Ramfis no era biológicamente descendiente del dictador. Ante la amenaza de la publicación de la tesis, Trujillo, al parecer con la anuencia de los Estados Unidos, ordenó su secuestro y traslado a Santo Domingo. Fue dado oficialmente por muerto el 30 de agosto de 1963, pero su cadáver nunca apareció.
Este tipo de incursiones internacionales también llevaron a su fin al régimen, pues ataques a enemigos en el extranjero como el intento de asesinato de Rómulo Betancourt, presidente de Venezuela en aquel momento, llevaron a la imposición de sanciones económicas contra República Dominicana por parte de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la década de 1950, lo que le significó al país una debacle económica que impulsó el complot que llevó al dictador a la tumba.
La masacre del perejil
Otro punto en el que nunca fallan los dictadores es en realizar grandes masacres sistematizadas para mantener el orden público o ganar popularidad entre sus seguidores. Este es el caso de la “masacre del perejil”, ordenada por el dictador dominicano Rafael Trujillo.
En octubre de 1937, Trujillo ordenó a sus tropas la erradicación masiva de la población de origen haitiano que residía en el territorio dominicano, particularmente en las fincas agrícolas azucareras situadas a lo largo de la frontera entre Haití y República Dominicana.
Se bautizó como la Masacre del Perejil porque los soldados dominicanos llevaban una rama de perejil, y les pedían a quienes creían que eran haitianos que dijeran dicha palabra, pues para aquellos que hablaban desde la cuna criollo haitiano les resultaba difícil pronunciar. Increíblemente, con ese criterio "identificaban" a los haitianos y les quitaban la vida.
De acuerdo con los historiadores, la matanza dejó entre 9.000 y 20.000 haitianos asesinados con la excusa de que, tras la gran depresión económica de 1929, los haitianos tenían parte de la culpa de la caída económica del país, pues “dejaban sin trabajo a los dominicanos”.
En realidad, como en todo régimen tiránico, realmente se trataba de la búsqueda de un “enemigo común”, o chivo expiatorio, a quien culpar para aliviar los ánimos de las masas.
Asesinato de Trujillo
La muerte de un dictador genocida siempre es un evento histórico, y El chivo, al tratar la historia de un tirano, también cuenta dicho momento en la historia de América Latina.
La historia relata que el martes 30 de mayo de 1961, cerca de las 10 p.m., en la carretera de Santo Domingo a San Cristóbal, el auto en el que viajaba Trujillo fue atacado con numerosas armas de fuego en medio de una emboscada.
Se registró que el vehículo recibió más de 60 impactos de bala de diversos calibres, de los cuales siete impactaron el cuerpo del dictador causándole la muerte.